Trabajadores sociocomunitarios en Córdoba Capital – .

En la ciudad de Córdoba, casi el 90% de las personas encuestadas en 51 cafeterías y merenderos son mujeres, que dedican a esta labor entre 5,5 y 7 horas diarias, sin recibir salario ni protecciones de seguridad social. Las tareas de cuidado comunitario, históricamente feminizadas e invisibilizadas, son las trabajo esencial sobre los cuales se construye la economía argentina para funcionar. Si no fuera por este trabajo –sí, trabajo– no sería posible la acumulación de riqueza y mucho menos la sostenibilidad de la vida.

Por Sara Smart para The Ink*

Mucho más que parar la olla

La encuesta cuantitativa y cualitativa de un proyecto de investigación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC, (Re)Mapear respuestas contra el hambre. Procesos y condiciones de trabajo en comedores y merenderos desde una perspectiva de género en la ciudad de Córdoba., permite reconocer que las tareas desplegadas en estos espacios tienen una centralidad en la provisión del bienestar de las comunidades. Frente a la precariedad de los territorios que habitan, este trabajo brinda formas complementarias de subsistencia familiar y barrial.


Según los datos, el 98% de los comedores y merenderos desarrollan actividades sociocomunitarias adicionales al servicio de alimentación. El 64% moviliza posibilidades de trabajo remunerado generando espacios productivos bajo formas asociativas y cooperativas (fabricación de alimentos, producción textil, ferias, huertos comunitarios, entre otros). Además, realizan numerosas actividades asistenciales o socioculturales: apoyo escolar, actividades lúdicas, promoción de la salud, apoyo en situaciones de violencia de género, consumo problemático, entre otras. En el 47% de los casos las actividades se desarrollan en una vivienda familiar, sólo el 39% cuenta con un espacio de uso exclusivo.


Mucho más que llenar las barrigas donde duele el hambre, los trabajadores, que dedican entre 20 y 30 horas semanales a este trabajo de forma habitual. Despliegan formas particulares de solución de problemas complejos de manera integral y situada a partir de una experiencia que en algunos casos se remonta a dos o tres décadas atrás. Entonces, El trabajo sociocomunitario va más allá de la alimentación y permite la reproducción social ampliada de los territoriospues implica un trabajo afectivo de subjetivación y cuidado, junto con diferentes formas de provisión, atención e interacción que producen, sostienen y posibilitan los vínculos sociales.

Ni perezosas ni planificadoras, mujeres trabajadoras sociocomunitarias

Los trabajadores sociocomunitarios desempeñan un papel central en la sostenibilidad de la vida y el bienestar de las grandes mayorías urbanas, donde la gestión de las necesidades urgentes se entrelaza con la precariedad sostenida en el tiempo. Son mujeres en edad productiva, la mayoría tienen entre 25 y 45 años, y son residentes del barrio donde se ubican los espacios sociocomunitarios, cuyos hogares a cargo están integrados principalmente por niños, niñas y adolescentes o jóvenes. Se enfrentan a lo que se llama jornada laboral tripledonde articulan un rol (re)productivo y de gestión comunitaria. A las jornadas de trabajo remunerado y no remunerado (fuera y dentro de sus hogares), se suma la multiplicidad de tareas realizadas en los comedores y merenderos que garantizan la reproducción ampliada de la vida comunitaria. Esta tríada de actividades se superpone en el tiempo y el espacio.

Siguiendo los datos recogidos en el Informe Técnico N°1 del proyecto (Re)Mapear, la mitad de las mujeres encuestadas indicó compaginar su trabajo sociocomunitario con otro, provenientes principalmente de la economía popular y vinculados a tareas altamente feminizadas. 9 de cada 10 realiza algún aporte económico a su familia a través de su trabajo y 4 de cada 10 dijeron ser quienes generaron mayores aportes. 5 de cada 10 del total de mujeres encuestadas trabajan exclusivamente en espacios sociocomunitarios. Y, de ellos, el 80% realiza algún aporte económico a su vivienda; donde 3 de cada 10 realizan el mayor aporte familiar, 3 de cada 10 son los únicos contribuyentes adultos en familias compuestas por 1 a 3 hijos, y 2 de cada 10 realizan un aporte equivalente a otro miembro de la familia.

Con una importante dedicación de horas regulares y rutinarias, junto con una antigüedad promedio de 5 años en la actividad sociocomunitaria, el trabajo de estas mujeres se basa en una saber hacer construido a partir de experiencias personales y comunitarias, vínculos familiares y redes colectivas. En los espacios sociocomunitarios, el trabajo reproductivo asignado a las mujeres e históricamente confinado al ámbito privado, es resignificado y problematizado en el espacio público de manera colectiva.

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Imagen: Sara Smart / Investigación (Re)Mapeo de respuestas contra el hambre

Cuando el hambre vuelve a ser la única necesidad y urgencia

En apenas seis meses de gestión libertaria, la situación de los comedores comunitarios y merenderos en Argentina es sumamente crítica. Las políticas económicas en busca de superávit fiscal, impulsadas por el ministro Caputo, generaron (nuevamente) una profunda pérdida de poder adquisitivo -entre diciembre y mayo la inflación acumulada es del 118%-, una caída de la actividad económica, exacerbaron los aumentos de los servicios públicos, energía y transporte, así como sustancialmente en alimentación.


El Beneficio Alimentar (antes “Tarjeta Alimentar”) -transferencia de ingresos a beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo con dependientes menores de 14 años- vio destruido su poder adquisitivo un 24%, entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, pasó de cubriendo de 63 litros de leche líquida a 37 litros.


El plan “motosierra” también incluía políticas alimentarias. El Ministerio de Capital Humano no ha ejecutado las partidas presupuestales correspondientes, se han hecho recortes y se han suspendido fondos e insumos para la producción de alimentos. Con una lógica que busca desmantelar las redes comunitarias de asistencia alimentaria, la actual ministra Sandra Pettovello aseguró que recibirá “uno a uno” a las personas que “tienen hambre” y no a los representantes de las organizaciones sociales. Posteriormente reemplazó su papel por instituciones religiosas, para garantizar “ayuda directa y sin intermediarios”. Bajo una pedagogía del hambre y la miseria, funcionarios de La Libertad Avanza confirmaron que tenían casi 6 millones de kilos de alimentos -comprados por la administración anterior-, no entregados y a punto de caducar en los almacenes del ex Ministerio de Desarrollo Social.


En este escenario hostil y complejo, las mujeres trabajadoras de espacios sociocomunitarios intensificaron sus jornadas laborales tratando de obtener recursos y atender la emergencia alimentaria, mientras muchos espacios han tenido que reducir sus actividades ante la imposibilidad de conseguir insumos y, en el peor de los casos, escenario, cierra tus puertas.


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Imagen: Sara Smart / Investigación (Re)Mapeo de respuestas contra el hambre

Reforma jurídica para la desigualdad social

En abril, el proyecto “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” – conocida como “Ley de Bases”-, obtuvo la media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación. De aprobarse en la Cámara Alta, será aún más perjudicial para las condiciones laborales, un retroceso en los derechos de los trabajadores, incluidos los que desarrollan sus tareas en comedores comunitarios y merenderos. En particular, se mencionan aquí brevemente tres aprobaciones que afectan directamente a los trabajadores sociocomunitarios:

El derogación de la Ley 27.705, Plan de Pago de Deuda de Pensiones. La normativa permite que las personas que no completen los 30 años de aportes accedan a una modalidad de pago para completar los años restantes y así poder jubilarse. Las mujeres que realizan labores de cuidados en los hogares han sido unas de las principales beneficiarias de esta política. Sin embargo, ahora los diputados ultiman un debate que busca imposibilitar la jubilación, principalmente para las mujeres de entre 60 y 64 años: 9 de cada 10 quedarían excluidas de las moratorias previsionales y sólo podrán acceder a la Pensión Universal para la Tercera Edad Ciudadano (PUAM), que equivale al 80% de la jubilación mínima.

El reforma fiscal y con ello, la eliminación del monotributo social: permitió a los trabajadores de la economía popular poder facturar, realizar aportes jubilatorios y tener acceso a obras sociales.

El reforma laboral, que propone incentivos a la subcontratación laboral sin ningún tipo de control o sanción para el empleador que incumpla con la obligación de registrar a las personas que trabajan. Si se convierte en ley, podría arrojar a miles de trabajadores a la informalidad y profundizar –aún más– la precariedad del mundo laboral. Una vez más, la política neoliberal perjudica principalmente a las mujeres: aquellas que trabajan en casas particulares y más aún, aquellas que combinan actividades comerciales y de economía popular, entre las que se encuentran las comunitarias.

El informe (Re)Mapear alerta de que el 51% de los trabajadores sociocomunitarios tiene otra ocupación fuera de los comedores y merenderos (concentrada en servicios de limpieza, cuidados y producción de alimentos). Dentro de este universo de trabajadores pluriactivos, 4 de cada 10 se encuentran en relación de dependencia y de ellos, el 59% no está registrado, es decir, no se le reconocen sus derechos laborales ni tiene aportes a la seguridad social. Un tercio de las mujeres indicó que trabaja de forma independiente y autogestionada (de forma permanente) y otro tercio expresó que realiza trabajos temporales.

En un presente con la crueldad, el odio y la violencia como política de Estado, el trabajo sociocomunitario se vuelve imprescindible, una vez más, para seguir asegurando el sustento de la vida en territorios marcados por el despojo. Hasta que la dignidad se convierta en costumbre, seguiremos repitiendo: las tareas sociocomunitarias realizadas por las mujeres Es TRABAJO que debe ser reconocido con remuneración estable y protecciones sociales.

Por Sara Smart para La tinta / Imagen de portada: sara inteligente.

*Preparación en el marco del proyecto de investigación. (Re)mapear respuestas contra el hambre. Procesos y condiciones de trabajo en comedores y merenderos desde una perspectiva de género en la ciudad de Córdoba. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Córdoba.

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Palabras clave: Cocinas de barrio, trabajadores.

 
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