Registrar el campo como reserva natural, una forma de promover la empresa agrícola – .

Martes 4.6.2024

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Última actualización 10:01

Desde 2003, Santa Fe cuenta con un Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas, creado por la Ley N° 12.175. Son ambientes o territorios sujetos a un manejo especial para cumplir objetivos de conservación, protección y/o preservación de su flora, fauna o paisaje. Estas áreas se clasifican en: reservas naturales, científicas, hídricas, culturales, paisajes protegidos, parques provinciales y monumentos naturales.

También pueden ser Reservas Privadas de Uso Múltiple (RPUM): establecimientos privados que, mediante convenio con el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático, se suman a las áreas protegidas de la provincia. Sin renunciar a beneficios ni restringir el uso de la tierra, generalmente agrícola-ganadero, se comprometen a garantizar la conservación de los recursos naturales o facilitar su regeneración.

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Para alcanzar el objetivo, pueden adoptar prácticas sostenibles como el pastoreo rotativo o la recolección de agua. Además, añade actividades relacionadas con el disfrute o estudio de la naturaleza, como turismo rural, visitas turísticas, senderismo y safaris fotográficos, entre otras. O implementar un plan de manejo del bosque nativo y recibir los fondos que brinda la Ley Forestal, útiles para invertir en infraestructura y mantenimiento de la propiedad.

Existe la posibilidad de convertirlas en Reservas Privadas de Uso Múltiple (RPUM).

Entre los beneficios que genera, quienes registraron su establecimiento como RPUM destacan la rápida respuesta del Estado ante una intrusión, ya que las fuerzas de seguridad tienen prioridad para actuar ante un conflicto en una de estas zonas. También consideran que en el mediano plazo se puede mejorar el negocio agrícola, certificando que su producción proviene de una reserva natural.

Superficies más protegidas

A su vez, las RPUM fueron designadas como piezas claves en la implementación de planes de conservación, como el diseñado para la protección del cardenal amarillo y el águila coronada, dos monumentos naturales de Santa Fe. Por eso, y porque así lo establece la Ley 12.175, es un objetivo “ampliar el área protegida” en la provincia.

La directora de Bosques y Áreas Protegidas, Luciana Manelli, dijo que la meta en Santa Fe -en línea con el Acuerdo de Biodiversidad de París- es alcanzar el 30% del área protegida al 2030. “Actualmente estamos muy por debajo y por eso estamos Muy interesado en generar acuerdos con propiedades privadas que consideren sumarse”, indicó.

Existe la posibilidad de convertirlas en Reservas Privadas de Uso Múltiple (RPUM).

El funcionario aclaró: “no quiere decir que en ese 30% no se pueda hacer nada”, sino que “hay muchos niveles de protección” para registrar una propiedad. Entre los requisitos, el primero es la escala, ya que la superficie mínima es de 1,5 hectáreas. Tampoco se pueden realizar actividades extractivas o intensivas: “no feedlot, sino ganadería silvopastoril; abejas; senderismo.” Y no es obligatorio cerrar zonas del campo, aunque se puede hacer si el propietario lo desea. El Estado también apoya estas iniciativas desde la Secretaría de Turismo del Ministerio de Desarrollo Productivo, brindando asesoría en el diseño de los servicios turísticos a ofrecer.

El caso de “La Herminia”

Una de las más recientes de creación es la RPUM “La Herminia”, propiedad de Francisco Buyatti. Ubicado en el departamento 9 de Julio, consta de 2.500 hectáreas de bosque con campos abiertos, en las que la ganadería convive en armonía con la fauna y flora silvestres. “Tengo tres especies que están al borde de la extinción”, dijo en referencia al águila coronada, el cardenal amarillo y el guazú crinado; además de pumas y pecaríes de collar, entre muchas otras aves, reptiles y mamíferos. A partir de este recurso también se pretende desarrollar el ecoturismo. Desde que empezaron a circular fotos de esta biodiversidad, “el campo se llena de gente los fines de semana”.

Existe la posibilidad de convertirlas en Reservas Privadas de Uso Múltiple (RPUM).

El productor decidió sumarse “porque se puede producir conservando, sin alterar tanto el medio ambiente”. El registro, afirmó, no es nada engorroso. Sólo hay que contactar con el Ministerio de Medio Ambiente, manifestar interés y presentar la documentación del establecimiento. “Vienen, hacen un estudio de la fauna y la flora y te dicen cómo podrías gestionarla de forma sostenible”.

Por otro lado, aclaró: “no tiene casi nada que ver con la producción; Lo único que no puedo hacer es desmantelar”. Algo que no le interesa, porque ese bosque tiene un valor productivo, sobre todo cuando hace mal tiempo. “Por ejemplo, en épocas secas, es espectacular cómo el animal aprovecha el fruto del monte”.

Entre otros beneficios, Buyatti destaca como muy importante la protección contra los cazadores furtivos. “Al tener el campo en reserva, hoy la Guardia Rural tiene la obligación de atender una denuncia porque es como si fuera un parque nacional”.

Mientras avanza en la oferta turística, el productor no duda que como ganadero obtendrá un beneficio por ser RPUM. “Sé que mañana me dará sus frutos, porque levantar fincas en campos naturales será un nicho de mercado muy rentable al que podré atender; A largo plazo será una ventaja que el campo produzca de forma sostenible”. Incluso el mercado de créditos de carbono, aunque “incipiente”, también resulta atractivo en el futuro.

Buyatti afirma que la figura del RPUM genera un interés creciente entre sus pares. “Mis vecinos vinieron y se reunieron; Estuvimos en conversaciones con técnicos del Conicet y de Medio Ambiente de la provincia y están interesados ​​en sumarse”, dijo.

 
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