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Dos ladrones, de 18 y 25 años, murieron tras disparar e intentar robar en una ferretería en Las Heras en febrero de 2012.
“Todo lo que pasó no fue por el robo”, aclaró desde el principio el hombre que mató a dos delincuentes cuando tenía 55 años. “Fue porque el criminal cometió el error de apuntar con el arma a mi esposa en la cara. Sé lo que es un tiro en la cara.“.
Indicó: “Le estaba dando el dinero al tipo, se lo estaba dando a él.pero para asustarme cargó el arma en la cara de mi esposa y eso me sacó, me desconcertó. Dejé el dinero, agarré el arma y Le disparé al que estaba frente a mí“.
Relató: “El otro estaba arrodillado en el mostrador y asomado, yo también le disparé pero me escapé. El tipo va hacia la puerta, la abre porque la habían cerrado al entrar, y Me amenazó con el arma bajo mi brazo izquierdo. Cuando me amenazó le volví a disparar y luego le pegué.“.
Recordó que uno de ellos también disparó y la marca aún está en la pared. “Cuando hicieron las investigaciones, la Policía Me dijo que me fallaron por un centímetro porque la bala pasó por mi cabeza.“, sostuvo.
Doce años de amenazas tras matar a dos ladrones en su negocio
Como consecuencia de haber matado a dos agresores de 18 y 25 años, Sufrió amenazas durante muchos años, aunque decayó con el tiempo. Ahora de vez en cuando alguien le grita”asesino a reacción“.
“Tuve muchas amenazas, pero Nunca me escondí porque si no te pasan por alto.“dijo Hugo Correa, y dijo: “Hace 15 días fue la última amenaza que tuve. Me llamó la atención porque hacía años que no tenía amenazas ni nada, más que un auto que pasaba y me gritaba ‘asesino’”.
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Durante mucho tiempo Hugo Correa tuvo consigna policial debido a las amenazas que sufrió por parte de los familiares de los ladrones muertos.
Sucedió cuando estaba cerrando su negocio: “Estaba guardando las cosas que guardaba fuera del negocio, Una persona pasa a mi lado y me dice: ‘Viejo matachorro’, y siguió caminando, no se detuvo en ningún momento. Tengo la costumbre de mirar a quien pasa por mi lado, lamentablemente. Vivo atenta las 24 horas del día.pero ya es parte de mi vida”.
Cuando el hombre ya había pasado unos 10 metros, Correa le preguntó: “‘¿Cómo tu me dijiste?’. Se dio la vuelta e hizo un gesto feroz seguido de otro que decía ‘más tarde’, como diciéndome: ‘Vuelvo más tarde’.“.
Pese a ello, el dueño de la ferretería sostuvo: “Nunca tuve miedo, sí me cuidé. Me pasó que entra gente al negocio que parece sospechosa, pero nunca les doy la espalda, trato de ver si meten la mano en algún bolso o en algún lado. “Es una rutina diaria mía”.
Lo único que dijo que teme es que le pase algo a un familiar. y es por eso que hasta el día de hoy, 12 años después de aquel violento hecho, le pide a su esposa que siempre se mantenga a varios metros de él cuando cierra la ferretería.
Aseguró que el ritmo de su vida no cambió
Uno de los agresores murió en el interior de su ferretería, pero su cómplice huyó herido y falleció ese mismo día en el hospital Carrillo. Mientras tanto, Hugo Correa fue trasladado a una comisaría donde fue identificado, le incautaron su arma de fuego y lo sometieron al circuito policial para determinar si tenía antecedentes o medidas pendientes. Al día siguiente fue puesto en libertad y regresó a su casa, porque el caso se consideró legítima defensa.
“Le sugerí a mi esposa que podíamos vender todo y salir del país. porque tenía mucho miedo, pero me dijo que no por nuestros hijos que se iban a quedar aquí. Trabajé 25 años en el Banco Mendoza y luego me dejaron en la calle. Me tomó 20 años construir esta ferretería y no iba a dejarla así. Entonces Una semana después de lo sucedido abrí nuevamente el negocio.“él dijo.
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Añadió: “La vida cambia porque ya no tienes la misma tranquilidad que antes, pero yo no cambié mi ritmo de vida. Me levanto todos los días a las 7 de la mañana para ir a trabajar y no molesto a nadie”. Y recordó: “Tuve una discusión con un policía porque comencé a regar a las 11 de la noche y me preguntó si quería que le pegaran un tiro en la cabeza. “Le dije que no había hecho nada malo y que no iba a cambiar mi vida por dos delincuentes”.
Sin dudarlo, Correa expresó que No se arrepiente en absoluto “de haberle salvado la vida a mi esposa. Mi reacción fue por eso. Lo hice por mi esposa, no por el dinero. Le estaba dando 10.000 dólares, lo que era mucho dinero hace 12 años. Si la vida de alguien de mi familia o de un cliente está en riesgo, por supuesto que lo volveré a hacer. “Lo haría de nuevo porque no quiero que maten a nadie de mi familia ni a nadie”.
Su recomendación a cualquier comerciante es que no tenga un arma si no sabe usarla y no la va a usar, y que en caso de ser asaltado, entrega todo el dinero, “¿cuánto se pueden llevar? No está justificado ni vale la pena correr el riesgo”.
