Errores oficiales e internos de la oposición ponen en riesgo el proyecto Milei en el Senado

Errores oficiales e internos de la oposición ponen en riesgo el proyecto Milei en el Senado
Errores oficiales e internos de la oposición ponen en riesgo el proyecto Milei en el Senado

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El mala práctica y el errores de cálculo de un partido gobernante que pretende acelerar a fondo cuando no tiene los votos para hacerlo, más el Luchas internas que recorren los restos de lo que fue Juntos por el Cambio, se ha convertido en un cóctel explosivo para el gobierno de Javier Mileique ve cómo la oposición dialogante del Senado comienza a desecharlo tu preciosa Ley Basehasta el punto de dejarla al borde del fracaso.

No son los únicos factores que juegan en el tablero en que se ha convertido la Cámara Alta desde que los proyectos -también está la reforma tributaria- fueron aprobados por Diputados el último día de abril. También juegan un papel importante en esta historia los Relación interna feroz y apenas disimulada entre la Casa Rosada y la vicepresidenta Victoria Villarruely el ataques permanentesaunque algo disminuido en las últimas semanas, de Milei a la “casta política” de la que depende para que algún día sus anheladas leyes puedan ser promulgadas.

El pecado original del Ejecutivo fue operar en el Senado con el mapa político de la Cámara Baja, subestimando el delicado ecosistema político que dejaron las elecciones del año pasado y el peso específico que cada voto tiene en la Cámara Alta, especialmente en las comisiones. .

Enojados como están con Villarruel desde la campaña electoral, en las oficinas de la Casa Rosada no lo tomaron en cuenta un hecho fundamental y que tuvo su fecha de fundación en la sesión preparatoria del pasado 13 de diciembre. Ese día, la vicepresidenta logró arrebatarle el control del Senado al kirchnerismo al forjar una alianza con la oposición que, a diferencia del kirchnerismo, estaba dispuesta a colaborar para que el oficialismo partido podría hacer funcionar el organismo, aunque sólo tenga siete senadores. de un total de 72.

Sin embargo, esa fue la construcción de un mayoría circunstancial que un senador peronista del norte calificó de “modular”, que no estaba tallado en piedra y que, por tanto, iba a variar según el proyecto que se discutiera. Esto quedó demostrado muy pronto, cuando a finales de enero Villarruel tuvo que renuncia a su intención de sancionar la ley de voto único debido a la negativa de los senadores de las fuerzas provinciales de Misiones y Río Negro a votar el texto tal como había salido de Diputados.

Atauche y Abdala conversan durante el pleno de comisiones del SenadoFabián Marelli

Si en aquella ocasión unos pocos cambios en un par de cláusulas se convirtieron en un obstáculo hasta entonces insalvable para el oficialismo, con más razón el Gobierno debería haber calculado que el escenario podría repetirse e incluso multiplicarse con un proyecto como la Ley de Bases, que Abarca múltiples áreas, que van desde una reforma del Estado hasta cambios en la ley de hidrocarburos, pasando por cambios en las pensiones y las condiciones laborales. Sin olvidar la reforma tributaria y el intento de restablecer la cuarta categoría del impuesto a la renta, que puso en pie de guerra a todas las provincias de la Patagonia, que tienen una pequeña porción de diputados, pero controlan el 25% del recinto del Congreso. Senado.

A esto se suma la mala praxis y falta de cintura de los senadores oficialistas, quienes son los encargados de ejecutar las jugadas del Poder Ejecutivo en las trincheras del Senado. Presionado por Karina Milei y Santiago Caputolas caras visibles de La Libertad Avanza en el debate de la Ley de Bases, Bartolomé Abdalá (San Luis) y Ezequiel Atauche (Jujuy) quedaron atrapados entre los pedidos de acelerar el tratamiento de los proyectos y su falta de gimnasia parlamentaria para llevar a cabo un debate tan importante. Sus carencias quedaron expuestas en varias de las reuniones de comisión que les tocó liderar, en las que mostraron una notable debilidad a la hora de defender proyectos.

Pero no todo es culpa del oficialismo. Los asuntos internos inestables tras las elecciones del año pasado que atraviesan a la UCR y al Pro también han comenzado a jugar un papel importante en esta novela política que ya lleva tres semanas en el Senado.

Martín Lousteau y Guadalupe TagliaferriHernán Zenteno – LA NACION

Esto es lo que explica la posición de Martín Lousteau (UCR-Capital), que decidió transferir su Lucha interna con la mayoría de los gobernadores del partido. al Senado y exigir cambios en los proyectos tomando como punto de partida algunas banderas históricas del radicalismo, dejando, a cambio, en fuera de juego a los dirigentes que quieren que el Gobierno tenga sus leyes lo antes posible.

La postura del senador empieza a generar sospechas entre sus correligionarios y también en el partido gobernante, que Le acusan de mover los hilos del Gobierno para sumar puntos de cara a las elecciones de 2025 bloqueando las leyes que pide Milei. En su círculo más cercano, Lousteau sostiene que la disputa no es sólo técnica, sino también política e ideológica, y que está dispuesto a pagar el costo de ir en contra de su bloque, como lo hizo en la sesión en la que el Senado rechazó el DNU 70. /23.

En Pro pasa algo similar con Guadalupe Tagliaferri (Capital), en columnas con Horacio Rodríguez Larreta y eso también iba en contra de la dirección de su bloque, que responde a los mandatos de Mauricio Macri y apoya los proyectos. Aunque ya dijo públicamente que quiere colaborar Con la aprobación de las iniciativas, que no se va a convertir en un obstáculo insalvable, el senador bonaerense sostiene que No está dispuesto a dejar de lado cuestiones básicas como la autorización para blanquear activos en manos de testaferros.

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