Continúa la temporada de incertidumbre económica en Colombia. El Departamento Administrativo de Estadística (Dane) publicó este miércoles el dato de crecimiento del primer trimestre del año: un 0,7% superior al de ese mismo período de 2023. Una cifra residual que ha dejado a más de un analista en estado reflexivo. . La industria continúa contrayéndose en todos los sectores y en la construcción; Si bien tuvo un ligero repunte, tiene rubros como la infraestructura en estado de paralización. Los mercados pronosticaban un aumento ligeramente mejor del Producto Interno Bruto (PIB), que rondaría el 1%, pero los resultados muestran que persisten nubes más grises y que las proyecciones para fin de año probablemente estarán sujetas a algunos ajustes.
Dos áreas ayudaron a que los resultados no fueran peores: administración pública y defensa. Una realidad “preocupante” e “insostenible” en palabras del académico de la Universidad de Stanford Javier Mejía: “Sobre todo por los nuevos escenarios fiscales de recaudación menor a la esperada”. Y mientras cobra impulso el apetito estatal por reforzar la nómina pública y repartir subvenciones, las últimas revisiones de los ingresos estipulados dentro de los Presupuestos Generales del Estado no encajan.
La agricultura, la ganadería, la caza y la silvicultura aportaron el 0,5% a la variación anual y crecieron un 5,5%. Una situación positiva para un sector acechado por las amenazas climáticas y los efectos de la pandemia. Detrás de este soplo de oxígeno están las buenas cosechas de café de enero y febrero y la paulatina disminución de los precios de los insumos para la ganadería, por ejemplo. En términos anuales, el crecimiento del PIB estuvo parcialmente impulsado por las exportaciones netas y el consumo de los hogares. En términos desestacionalizados, la economía creció 1,1% entre el último trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024, impulsada principalmente por el entretenimiento, la administración pública y la agricultura.
Pero el panorama general es un aterrizaje algo brusco con la realidad. Algunos economistas consideran que entre la inflación aún elevada, del 7,16% anual en abril, y los tipos de interés, del 11,75%, se ha configurado un complejo laberinto para insuflar dinamismo a una economía malherida. “Lo que más me preocupa es que sectores que antes lucían muy dinámicos, en este momento ya no lo son”, explica el economista jefe de ScotiaBank Colpatria, Sergio Olarte. Para él, “desde el punto de vista de la demanda, no hay nada que despeguen los sectores de bienes duraderos (muebles o maquinaria) o semiduraderos (ropa o automóviles) y, sobre todo, nada que recupere la inversión”.
El director de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), José Ignacio López, recordó en su cuenta X que la economía ha tenido tres trimestres con cifras anuales negativas para el sector privado. También afirmó que si bien la cifra del 0,7% anual no sorprende, sí constituye un campanazo evidente para “impulsar medidas de reactivación”. El exministro de Hacienda José Manuel Restrepo también expresó en la misma plataforma su preocupación por las afectaciones en sectores como la industria, el comercio u otros servicios.
El equipo técnico del banco Itaú proyecta que la economía crecerá un 1,2% en 2024 (desde un 0,6% en 2023). Sus cálculos, ya de por sí moderados, se basan en los efectos tardíos de la política monetaria del Banco de la República, que han sido tildados de “contractuales” por su impacto en el consumo, así como en la lentitud del proceso desinflacionario y incertidumbre política.
Boletin informativo
El análisis de la actualidad y las mejores historias de Colombia, cada semana en tu buzón
RECIBE EL
Suscríbete aquí al boletín de EL PAÍS sobre Colombia y aqui al canal en whatsappy recibe todas las claves de información sobre la actualidad del país.
