Desde este viernes 10 al miércoles 15 de mayo, en el Cine Gaumont (Avenida Rivadavia 1635) con funciones diarias a las 20:45 horas, podrás disfrutar del estreno de “Las puertas de Taquimilán”.
Nota entrevistó al director y guionista de la película, Eduardo Spagnuolo quien explicó el significado del título, cuál es el mensaje detrás de esta historia y si se podría realizar una posible secuela.
-¿Cómo nació “Las Puertas Taquimilán” y a qué hace referencia su título?
– Las puertas de Taquimilán tiene un primer comienzo, que tiene que ver con mi interés por la Conquista del Desierto y utilizar un recurso narrativo de poner frente a frente a dos personajes con las posiciones antagónicas que plantea este tema, dos representantes de dos culturas opuestas. como el mapuche y el occidental.
Los cuales tuvieron que convivir y, de los inevitables enfrentamientos y la convivencia forzada, aprendieron a escucharse y, a fuerza de respeto y cariño, generar una amistad que pudiera acercar esos extremos de la grieta.
Pero eso me pareció sólo el comienzo que me llevó a querer saber a dónde me llevaba, entonces me enteré de la existencia del Pueblo Mágico o Pueblo Fantasma de Taquimilán, un pueblo del Neuquén donde, desde hace muchos años, con cierta Condiciones meteorológicas ha surgido en el aire, contra las montañas de la cordillera, y sin explicación alguna, un pueblo. Tiene casas, puertas, ventanas, nadie sabe de dónde viene y adónde va después de flotar unos minutos.
Las preguntas de si existe más de un universo o si el tiempo no era lineal me llevaron a la cosmovisión mapuche y a la muerte con entrada a esos otros mundos posibles. Y así surge el pasado de Ceferinoun abogado mapuche que se convirtió en el conductor del camión que lleva a Martín, un yuppie porteño, a recorrer los pueblos surgidos de la línea de fuertes de Roca.
Su amistad en ese viaje y, muchos años después, la necesidad de Ceferino de que su amigo lo llevara a Taquimilán para cruzar una de las puertas del pueblo mágico y reencontrarse con sus antepasados.
-¿Cuál es el mensaje de esta historia?
El mensaje se resume en una pregunta que encabeza el cartel: ¿Y si el tiempo no fuera lineal? ¿Y si todo nuestro conocimiento racional, tecnológico y occidental no pudiera responder a la magia de la vida, a lo misterioso, a lo imposible de pensar pero muy posible de intuir?
El mensaje, en clave menos poética, sería: abramos la cabeza, pero hay mucho más en el mundo que nos rodea de lo que creemos. Y está ahí para que lo descubramos y lo celebremos.
-¿Por qué Ceferino tiene semejante encrucijada entre la vida y la muerte?
Ceferino padeció una afección cardíaca producto del estrés de su etapa como abogado de éxito, antes de dedicarse a defender a sus hermanos cuando reconoció y aceptó su origen mapuche.
En ese entonces lo abrieron como pollito para operarlo, ahora tuvo una recaída y lo tienen que operar nuevamente. Él no quiere eso, a pesar de que la cirujana es su hija que quiere salvarle la vida.
Ceferino siente que es su momento de dejar este mundo, y reivindica su derecho a elegir su muerte, así como una vez eligió su vida, ya que para sus creencias ancestrales vida y muerte son parte de un mismo futuro.
-Por otro lado, ¿estás planeando una secuela o segunda parte? Y por último, ¿qué expectativas tenéis para su lanzamiento?
En esta pregunta tan divertida, al final del rodaje los actores, el director de Imagen y yo, comenzamos a imaginar una segunda parte sobre Ceferino en ese pueblo fantasma, y la hija junto con Martín tratando de conectar con él cruzando el tiempo y el espacio.
Me encantaría seguir la historia, pero en estos momentos que vive el cine argentino, estoy satisfecho y feliz de estrenarla, pero, tal vez el tiempo no es lineal y tal vez, en algún futuro, volvamos a hacer cine. sin tantas restricciones.
Mis expectativas son que la gente vaya al cine, que vea cine argentino, que apoye esta manifestación de un cine diferente, el nuestro, el nuestro; presentando el viernes 10 a las 20:45, cuando comienza la proyección la sala está llena y todos lanzamos un grito tranquilo pero profundo: ¡Viva el cine argentino!