La tarde del 28 de abril, los rayos del sol cayeron con fuerza sobre la piel de hombres, mujeres, jóvenes y niños que acudieron al Monumento a la Resistencia, en el sureste de Cali, para sumarse al Concierto por la Paz en el Cauca.
A un costado del escenario, un grupo de jóvenes rodearon con andamios el puño que parece emerger del asfalto y que fue construido en el marco del estallido social de 2021. Luego de tres años, la comunidad une fuerzas con el Ministerio de Culturas, Artes y Saberes para que el monumento sea declarado Bien de Interés Cultural de la Nación.
Alrededor de las 12:40 de la tarde, el grupo ‘Cacerolazo Sinfónico’, con 45 músicos de los barrios Agua Blanca, Bellavista y Mariano Ramos, abrió el concierto interpretando temas como el himno de la guardia indígena y ‘Latinoamérica’ de Calle 13.
Al mismo tiempo, la gente deambulaba entre artesanías, grabados y el jardín orgánico circundante. Allí florecían plantas medicinales. Los aromas de albahaca y limoncillo se mezclaban con el olor del sancocho preparado por un grupo de mujeres en una olla comunitaria.
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“No cocino en casa, pero quería venir y ayudar a preparar la comida para la gente que viene a acompañarnos”, mencionó Pilar Rodríguez mientras pica zanahorias. Llegaron distintas personas con lentejas, papas, chicharrones, platos y otras verduras; otros ponen sus manos y su tiempo al servicio de la cocina. Como dicen, donde comen dos, comen tres; y en Puerto Rellena se comieron 150.
Cocinaban desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la tarde para que los asistentes al concierto comieran sancocho o lentejas. Foto: Lina Rozo.
Luego de Cacerolazo Sinfónico, Hermandad Redentor subió al escenario con sonidos urbanos como salsa choque, como Nene Lukumi. La gente los acompañó con bailes y aplausos. SATIRA también hizo vibrar el sur de Cali con mucho punk y letras llenas de crítica social.
Posteriormente, los asistentes movieron sus cabezas arriba y abajo al ritmo y rimas de Cocodrilo, Mc Cholo, Morfina y Yoky Barrios y El Barragán. Este último recordó el motivo de este encuentro en torno a la paz e invitó a compartir abrazos. En ese momento, conocidos y desconocidos comenzaron a abrazarse mientras las primeras gotas caían del cielo. Y Yoky les dijo: “Aquí está la energía de muchos de los caídos. Este es un homenaje a todos los que estuvimos en el estallido social”. Muchos levantaron el puño como el monumento, identificándose con el manifiesto.
El rap de Cali desde Bogotá se unió en el Concierto por la Paz del Cauca. Fotos: Lina Rozo.
Al final de la tarde, subió al escenario la Orquesta 16. La lluvia aumentó, pero la gente no se fue, muchos se quedaron bailando las canciones de esta banda caleña. Tras ellos, Adriana Lizcano y Edson Velandia se levantaron para cantar temas como ‘Su patria’, ‘Todo regalado’ y ‘El amanecer’. Contaban con un coro de 150 personas que acompañaban cada letra. Ellos también saltaron, la energía permaneció en sus cuerpos a pesar del cansancio y la lluvia.
A medida que se acercaba el cierre, Kei Linch invitó a los asistentes a sumergirse en sus rimas llenas de justicia social y sueños. El rapero cundinamarcano también subió al escenario a un colega caleño y juntos cantaron ‘De la esquina al cielo’ en un acto de hermandad entre dos diferentes partes del país que comparten un mismo lenguaje: la música.
. Edson Velandia con Adriana Lizcano. Fotos: Lina Rozo.
El cierre estuvo a cargo de La Pacifican Power, grupo integrado por Nidia Góngora, Heriberto Bonilla, Alexis Play, Jeffrey Obando, Jacobo Vélez, Maikcel, Fredy Colorado, Andrés Felipe Pinzón, Sebastián Blackburn y Mulatho. Su presentación fue un homenaje a los sonidos del Pacífico colombiano, sus costumbres y su historia.
Esa noche, los caleños tomaron sus calles y se fusionaron en música, arte, danza y resistencia. Ni siquiera el frío y la lluvia los ahuyentaron. Algunos compartieron paraguas, algunos compartieron agua, otros compartieron comida o sonrisas, y todos compartieron solidaridad.
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