El pasado domingo 10 de diciembre se realizó un allanamiento a una vivienda en Luis N. Palma, entre Soldado Mosto y Misiones, a pedido de la fiscal Martina Cedrés como corolario de una investigación iniciada en julio de 2022 por denuncias de dos adolescentes. . Jóvenes de 16 años que aseguraron haber sido víctimas de un hombre de 44 años que los filmó, fotografió y tocó a cambio de drogas.
Este hombre, que no tenía actividad laboral registrada y afirmó en su declaración que vive de las regalías del campo, fue imputado por los delitos de promoción de la corrupción y prostitución de menores. Se trata de una acusación grave, por dos casos denunciados, que prevé una pena de prisión efectiva de 10 a 15 años.
Luego de su detención en diciembre de 2023, fue puesto en prisión preventiva por 30 días y vencido ese tiempo, la medida se amplió bajo arresto domiciliario. Este lunes venció el último plazo que le había impuesto el Juez y como el caso aún no ha sido elevado a juicio porque la Fiscalía aún espera contar con los peritajes, se le concedió la libertad.
Si bien Telenta ordenó en su orden de libertad la prohibición a este hombre de tener cualquier tipo de contacto con cualquiera de las dos víctimas menores, su liberación tan pronto después de un juicio podría suponer algún obstáculo en la investigación; y Cedrés así lo señaló en su argumento para que se le ampliara el domicilio, pero no tuvo éxito.
En ambas denuncias, la primera en 2022 y la segunda poco antes del allanamiento en 2023, coincidieron en que este sujeto les entregó drogas a cambio de permitirles tomarse fotos, filmarse y dejarse tocar; y que el lugar que ambos describieron era el mismo: la casa de Luis N. Palma.
Según el caso, este hombre los contactó a través de redes sociales y acordaron hacer “un adelanto” en su casa durante el fin de semana. Pero lo supuestamente sucedido llegó a oídos del familiar de uno de los menores y de ahí se realizó el primer informe donde se precisó lo sucedido y se aclaró que no hubo relaciones sexuales.
Se trataba de “fiestas” que se recordaban primero por mensaje de Instagram, Whatsapp o Telegram, e incluso algunos de los menores habían decidido no acudir más a dichas fiestas “para no quemarse”, ya que las fotos luego fueron subidas a las redes sociales. redes. En algunas ocasiones los vecinos habían avisado a la Policía por la música alta o por algún conflicto en la acera del domicilio.