Argentina, de la recesión a la depresión económica – .

Argentina, de la recesión a la depresión económica – .
Argentina, de la recesión a la depresión económica – .

En marzo la industria tuvo una caída del 13,7%, afectando a todos los sectores, con mayor fuerza en construcción, siderurgia y automoción. A febrero, la actividad económica general cayó 3,6% respecto al primer bimestre de 2023, según el INDECy se espera que los datos de marzo/abril empeoren.

En febrero (último dato oficial), “ocho sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, entre los que destacan la Construcción (-19,1%) y la Intermediación Financiera (-12,1%). Junto con la Industria Manufacturera (-8,4%) y el Comercio mayorista, minorista y de reparación (-5,5%) aportan 3,1 puntos porcentuales a la caída interanual del EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica).

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Los últimos datos oficiales muestran que, en febrero, ocho sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, entre los que destaca la Construcción con un -19,1%.

Sin embargo, el Gobierno presentó como altamente positivos los resultados de su inicio de gestión porque había logrado acumular un fuerte superávit fiscal, con un aumento de las reservas del Banco Central y con porcentajes de inflación decrecientes.

Se trata de un balance parcial y engañoso por varias razones. El Gobierno no dice nada en relación a la importantísima caída de la actividad económica que transformó la recesión del segundo semestre de 2023, al final de la gestión de Alberto Fernández, en depresión. Tampoco de la caída de las ventas, en todos los segmentos de comercialización, incluidos supermercados, centros comerciales y autoservicios mayoristas.

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Tampoco se menciona que la reducción del gasto se debió en gran medida a una importante licuación, con fuertes caídas de las prestaciones sociales (-29,7%) y de los salarios (-19,8%) mientras hubo gastos “pisados” en obras públicas y pagos de energía. Es decir, gastos acumulados impagos.

Por su parte, la inflación continúa en porcentajes elevados, alimentada por los servicios públicos, con subidas de más del 100%, más del 200% y más del 300%, en electricidad, gas, peajes, agua. Tampoco la versión oficial dice que en lo que va de la actual administración hay una inflación en dólares, de alrededor del 90%, lo que lleva a que muchos insumos y productos importados sean más baratos en dólares que producirlos en el país.

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Pese al anuncio del superávit fiscal, el gobierno no menciona la importantísima caída de la actividad económica que transformó la recesión en depresión. Tampoco de la caída de las ventas, en supermercados, centros comerciales y tiendas de autoservicio mayoristas.

La realidad, como señala la Fundación Capital, es que “el ajuste fiscal se basa en gran medida en la licuefacción, que está limitada por el riesgo social y no es sostenible en el tiempo.

En materia monetaria, el aumento significativo de las reservas brutas y netas se produjo en un escenario de fijación de precios de cuotas para el pago de importaciones, mientras que la reducción de los pasivos monetarios sólo fue posible en un marco de restricciones cambiarias que permitieron una tasa de interés muy alta. por debajo de la inflación. De cara al futuro, el desafío es asegurar que el ajuste fiscal sea duradero y sostenible, que la acumulación de reservas sea genuina y que el esquema económico tenga suficiente respaldo sociopolítico”.

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Por su parte, la mejora de las reservas (+US$ 8.500 millones desde el inicio de la gestión de Milei) “debe matizarse en un contexto de pago por importaciones reducido por la Comunicaciones A 7917 (US$ 10.000 millones de diferencia respecto a las importaciones reales a marzo). ).

Además, si bien en el primer trimestre del año el FMI realizó desembolsos netos por 1.995 millones de dólares, esta situación se revertiría en el futuro, con desembolsos netos de la institución por 2.823 millones de dólares en lo que resta de 2024. Una vez, en julio, hay un pago a tenedores de bonos soberanos por 2.700 millones de dólares (de los cuales se estima que 1.200 millones de dólares se harán al sector público) y por intereses y vencimientos de deuda privada, una salida de 600 millones de dólares en promedio por mes”, agrega la Fundación Capital.

 
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