Un reciente investigación científica reveló un dato sorprendente sobre un supuesto “meteorito cubano” exhibido en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) de España desde 1871.
Al contrario de lo que se pensaba, este objeto, catalogado con el número de inventario MNCN-17294, no procede del espacio exterior. En realidad, es un hierro de fundición de aceroes decir, un residuo industrial.
El hallazgo es resultado de la colaboración entre el curador de la colección de Geología del MNCN, Aurelio Nieto, y expertos de las Universidades de La Habana y Florida.
“El meteorito cubano fue encontrado mucho antes de 1871, pero fue en ese año que fue depositado en la colección del Museo. Algunos datos se desconocen con exactitud, como el lugar donde cayó, su composición química, densidad, dureza y peso, que han ido variando a lo largo del tiempo. De hecho, se han reportado medidas que, en algunos casos, eran contradictorias”, explica Nieto.
Aunque el objeto pierde su valor geológico después de investigaciones recientes, conserva un importante interés histórico. El técnicas de fabricación de metales utilizados en su creación ya no se utilizan, lo que lo convierte en una reliquia de la historia industrial.
La pieza, ahora llamada “pseudo-meteorito de Cuba”será retirado de la exposición permanente para ser almacenado, aunque formará parte de la colección del museo con su mismo número de inventario.
Cómo detectaron que el “meteorito cubano” no es extraterrestre
La pieza fue sometida a modernas pruebas, realizadas mediante microscopía electrónica y espectroscopia de rayos X, que confirmaron su origen terrestre y su inusual composición.
La pieza fue comparada con otros meteoritos del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian, el Museo Field de Historia Natural de Chicago y con una roca que fue considerada parte del meteorito original que fue depositado en el Museo Nacional de Historia Natural de La Habana.
A lo largo de los años, los detalles sobre el origen y las características físicas de este “meteorito” han sido objeto de confusión y especulación entre los científicos.
“Los análisis modernos finalmente nos han permitido esclarecer la verdadera naturaleza de este ejemplar”, afirmó Nieto.
Este descubrimiento no sólo ajusta la historia de una pieza de museo en particular, sino que también ilustra el valor de las colecciones científicas para resolver misterios y contribuir al conocimiento histórico y científico.
