Parte del Congreso salió a las calles a marchar mientras se calientan las negociaciones con el oficialismo

Parte del Congreso salió a las calles a marchar mientras se calientan las negociaciones con el oficialismo
Parte del Congreso salió a las calles a marchar mientras se calientan las negociaciones con el oficialismo

El 24 de marzo no todos salieron a la calle, pero el recorte del presupuesto universitario y el peligro para la educación pública movilizaron a casi todos los sectores. La extrema derecha fue la que quedó marginada de una movilización tan importante que, como hacía tiempo que no se veía, supo unir distintas fuerzas políticas, sociales y sindicales.

Después de tantos años de estigmatización, cierta dirigencia política huye de la posibilidad de quedar “pegados” al kirchnerismo. Lo hace en las votaciones parlamentarias y también en las calles. Salvo excepciones, hay consenso en condenar la última dictadura cívico-militar pero, pese a ello, no todos salieron a las calles en un contexto tan importante.

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La marcha del 24 es percibida, en algunas latitudes, como una manifestación del kirchnerismo, con un discurso inspirado en la cosmovisión de un sector de la sociedad. Eso hizo que algunos prefirieran salvarse y dejar un mensaje en la pantalla. Pero con las universidades ese cerco se rompió.

En marzo, el radicalismo, que enarbola la bandera de la democracia por haber sido el primer gobierno posdictadura, tuvo dificultades para estar en las calles. La convocatoria fue de organizaciones juveniles y universitarias, y la presencia de Martín Lousteau, presidente del Comité Nacional, no fue confirmado hasta poco antes de la publicación de la columna. A diferencia del mes pasado, La UCR convocó con una semana de anticipación a marchar por las universidades y logró unificar a los más críticos con el gobierno con quienes están dispuestos a no ir en contra de la gestión de Javier Milei. Todos lucharon por el presupuesto educativo. Habrá que ver si el miércoles bajan a dar quórum para habilitar una sesión convocada al efecto.

Desde el bloque radical no consideraron prioritaria la sesión solicitada por Unión por la Patria, pero de uno de los escaños que se rebajarán para intentar habilitar el quórum no se contabilizó más de un dígito de diputados con la misma intención. La proximidad de la Ley de bases y el pacto fiscal Afectan directamente a las decisiones de ciertos legisladores que no quieren complicar a sus gobernadores y otros que están más orientados a facilitar la gestión de Javier Milei que a jugar como oposición. “La mayoría no está a favor de las universidades. Se cuelgan de los que pasamos”.lanzó una fuente radical con pocas esperanzas con el acompañamiento de sus compañeros.

Los negociadores radicales confían en que el gobierno permitirá las modificaciones sugeridas en temas aún no cerrados. “Tendrán que aceptar”, dijo una fuente familiarizada con la situación. En principio, la UCR se va a pronunciar sobre el proyecto del Ejecutivo, con algunas observaciones que intentarán resolver previamente.

Entre los rubros está el régimen de incentivos a grandes inversiones que perjudicarían a la industria nacional, algo que, por ejemplo, preocupa al gobierno boina blanca de Santa Fe. También hay reparos a la reforma del Estado que permite disolver o intervenir organismos públicos (artículo 3), además de miradas agudas a los fideicomisos que financian programas y provincias. El gobierno quiere que el presidente pueda modificarlos, transformarlos, unificarlos, disolverlos, liquidarlos o cancelarlos (artículo 5).

Por otro lado, los radicales cuestionan darle a Milei la facultad de intervenir en organismos descentralizados, empresas y empresas del Estado y todas aquellas donde el Estado tenga participación (artículo 6). Además, siguen de cerca el artículo 70 destinado a garantizar la desregulación de la economía, con la derogación de normas que regulan determinados precios -para el presidente, los distorsionan-. Entre los puntos cuestionados está la derogación de la moratoria de las pensiones.

De nuevo en marcha. Algo similar pasó con la Coalición Cívica. Como ya informó El Destape la semana pasada, Elisa Carrió está a favor de marchar para defender la universidad pública, pero una interna con Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA, puso obstáculos en su camino en la movilización. Sin embargo, varios de los líderes de su grupo aparecieron en las calles.

El resto de la “oposición dialogante”

Alguno lilitos Habían estado en la marcha del 24 de marzo, pero en esta ocasión fueron convocados más dirigentes para hacerlo y las apariciones se hicieron públicas. El hecho de que no sea una jugada identificada con el kirchnerismo sirvió para romper algunas barreras, el momento político también incidió.

El bloque Hacemos Coalición Federal tendrá posiciones heterogéneas respecto a la sesión para financiar las universidades, restablecer el FONID y designar la comisión de Presupuesto para avanzar con las jubilaciones. El lilitoslos socialistas Mónica Fein y Esteban Paulónademás de otros líderes como Margarita Stolbizer Se unieron a la marcha. natalia de la sota También brindó su apoyo. Se espera que estos representantes brinden quórum para la sesión solicitada por la UP.

Como el radicalismo, desde HCF no han cerrado el acuerdo con el gobierno. Entienden que la ley en general tendrá los votos -aunque no todos en el espacio la apoyarán, los socialistas tendrán su propia opinión-, pero se siguen negociando algunas cosas. Antes de la marcha universitaria, José Rolandi, El subjefe de Gabinete, recibió a los diputados para avanzar con los detalles.

Entre los puntos objetados, además de algunas coincidencias con la UCR, está la devolución de Ganancias, que con un piso tan bajo no tendrá los votos. Para los cordobeses, por ejemplo, es un problema que el Banco Nación esté entre las empresas a privatizar y lo quieren quitar o poner solo, aparte en un anexo, para no acompañarlo, tal como es el caso de Nucleoeléctrica y YCRT.

Una vez más, a la calle. Egresada de la Universidad de Buenos Aires, A la marcha también se sumó el exjefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. De perfil bajo, el capitalino optó por reaparecer en la escena política con viajes al interior, conversaciones con dirigentes con los que supo construir una buena relación durante la campaña y posicionamiento en redes sociales. Pero la defensa de la educación pública lo puso en la calle.

Larreta, el 24 de marzo y como cada año, fue uno de los dirigentes que se pronunció a favor de la memoria, la verdad y la justicia, pero no marchó. Aunque en ese momento no se encontraba en el país, se sintió más acogido por el lema sólido de la comunidad educativa. Una de las dirigentes referenciadas en el mismo, la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, dio públicamente su apoyo. Con un mensaje en las redes recordó su paso por la institución estatal de educación superior y su acompañamiento a los estudiantes en la lucha.

Hace un mes optó por dejar un mensaje en las redes sociales y, junto a la presencia de Martín Lousteau en las calles, contribuyó a la presencia de ese incipiente sector moderado que intenta escapar de la grieta. Esta vez, la virtualidad se hizo corporal y, junto a la UCR, la CGT, el peronismo, la Coalición Cívica y otros movimientos políticos, se mostró abiertamente contra el gobierno.

Si algo está claro es que el espacio que se pueda construir o no desde el centro tendrá que mostrar una oposición clara a Javier Milei, no una armada para negociar sino una que sepa posicionarse para presentar un proyecto. diferente al de los dos extremos. Aún no es seguro que algo así suceda en el ámbito político argentino, por lo que prefieren esperar que el tiempo arregle las cosas y los ánimos. Sólo el año que viene podrían aparecer algunas señales más concretas.

 
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