Milei desfinancia universidades públicas con el argumento de que son “centros de adoctrinamiento”. Comprender la naturaleza creativa de las historias y símbolos utilizados por ella nos muestra que la disciplina no es un argumento válido, sino más bien un argumento creado por un sector político partidista en pos de sus beneficios particulares.
El relato histórico se construye sobre fuentes que son arbitrarias, no fueron pensadas para ser leídas hoy, fueron hechas por un sector con intenciones específicas. Se interpretan: no lo dicen todo, hay que entenderlos y descifrarlos lo mejor posible. No podemos ver “lo que realmente pasó”. El relato histórico representa lo sucedido, no lo rastrea, es imposible. La historia es una construcción que responde a intereses. No quiere decir que, desde el método científico, no seamos lo más fieles posible a la complejidad que existía.
El relato como construcción no presenta problema, nos brindan debates, formas de tomar posición y un panorama más completo del pasado. Podemos problematizarlo a partir de que el relato histórico se inserta en la memoria. Según Pierre Nora, la distribución de un relato histórico institucionalizado forma una nueva memoria colectiva que se hereda de unos a otros dentro de un mismo grupo, creando significados sobre su identidad.
Hay claros ejemplos de ello: los símbolos patrios, las fechas, la bandera, el himno, elementos que nos conducen a la historia de la nación unida y la defensa de la patria. Historia que choca con la heterogeneidad del país. Según Jelin, las historias que hemos aprendido y repetido obedecen a “elementos invariables” (1) de los acontecimientos. Ej: la guerra de Malvinas, (2) personajes. Ej: Sarmiento. (3) Lugares. Ej: el salón de mujeres como lugar de la memoria.
El gobierno utiliza historias que mantienen el status quo patriarcal, etnocéntrico y liberal, útiles a sus intereses. El 2 de abril fuimos llamados a la reconciliación con las fuerzas armadas, en referencia a las fuerzas paramilitares que llevaron a los argentinos a una guerra conmemorada ese mismo día. Hay una construcción sobre la guerra, el régimen dictatorial y las fuerzas armadas. Milei, durante su campaña, reivindicó a personalidades de la historia liberal del país. Ej: Sarmiento, tenía entre sus ideales la accesibilidad a la educación. Vemos la contradicción en la que están llevando a cabo el ajuste y desmantelamiento de la educación pública. El 8 de marzo declararon que la sala de mujeres discriminaba al género masculino. Continúa con la opresión e invisibilidad que ha llevado a cabo el cuento clásico. Detrás de la historia hay odio a las mujeres negras, trans, militantes y políticas; Funciona como siempre: hace invisible.
Según Traverso, son ejemplos de los usos políticos del pasado que construyen la memoria. Primero, la cosificación del pasado: la memoria se convierte en objeto de consumo, no se problematiza, no se piensa ni se pregunta, sólo se repite. En segundo lugar, la intención de la tradición: un pasado en torno al cual se construyen prácticas rituales para reforzar la cohesión social, proporcionar legitimidad e inculcar valores. Ambos casos muestran al gobierno utilizando políticamente a su favor la narrativa histórica insertada en la memoria. Todorov dice que se abusa de la memoria siempre que se utilice para la satisfacción de los propios intereses. El problema de recuperar el pasado es cuando la construcción pretende mantener la opresión sobre sectores vulnerables de la población.
El Estado ejerce el poder y la violencia en manos del gobierno, dando reconocimiento público a historias históricas violentas con sectores populares, étnicos, feministas y disidentes. Desde el poder se debilita la salvaguarda de todos ellos, la violencia surge incesantemente con nuevas configuraciones. En este caso, un Estado que dice estar ausente y tiene gran presencia en el ataque a la universidad pública. El poder establece un pensamiento dominante y crea el monumento a la memoria. Según Portelli, se impone por las instituciones, narra una identidad nacional, sólo recuerda lo que le enorgullece, borrando sombras y contradicciones. La memoria constituida, institucionalizada, reconocida y fortalecida por la cual el gobierno adoctrina.
Entendemos por adoctrinar: inculcar ciertas ideas en alguien. Lo entendemos con una carga negativa en la que no se inculca, se fuerza de forma violenta y en la que se da un juicio de valor a las ideas. Hoy adoctrinan políticas que no son del oficialismo y específicamente de la educación pública. Adoctrina al maestro que enseña historias no violentas; como el investigador que crea nuevos conocimientos que no coinciden con la imparcialidad que favorece el status quo. Esta idea responde al interés particular de sectores que abogan por la educación paga.
Entendemos que cualquier idea es una creación y que no es neutral, debemos entender que no tiene sentido hablar de adoctrinamiento. Aún así, adoctrinamiento ya no es una palabra más en el ámbito familiar o en las redes sociales, con el gobierno de Milei es un argumento inválido para desfinanciar a las universidades públicas.
Las historias son de diferente naturaleza. Hay historias que son violentas, no tienen fundamento y responden a abusos de la memoria, son manipuladas para favorecer intereses ocultos. Podemos sintetizar los ejemplos dados como la realización de condiciones ideológicas para la eliminación de derechos básicos para la clase popular. Pero hay historias que se dirigen a estos sectores, ven la memoria como una lucha por la representación del pasado, el poder, la legitimidad y el reconocimiento.
Ésta es la importancia de poder desentrañar la creación de historias. Todos los sectores tienen una construcción sobre el pasado, su diferencia radica en la intención de esa construcción: ya sea legitimar la violencia o crear una sociedad un poco más justa. Debemos armarnos de herramientas para poder desmontar el relato oficial, parte del campo de batalla en la lucha por la representación del pasado, es decir, por la búsqueda de significados.
Ainhoa Alarcón Escalante
Estudiante de Historia Avanzada, Unco Neuquén.
