Por otra parte, ¿cómo construye el historiador el conocimiento? En primer lugar, como científicos, les resulta muy importante hacer buenas preguntas. En referencia a Aráoz, por ejemplo, le preocupa menos el día exacto en que nació y más el significado que el propio Aráoz y sus contemporáneos dieron a las acciones que realizaron. Y esto es así, en particular, porque el historiador sabe que en el momento en que actúa Aráoz, el Estado o la nación argentina como tal aún no existe. El historiador indaga en los recursos que tuvo Aráoz, el margen de libertad que tuvo para tomar decisiones, las motivaciones, vínculos locales y regionales, lenguajes a los que apeló en su vida pública. Se pregunta por las decisiones que tomó Aráoz y los caminos que le abrieron pero también por aquellas puertas que se le cerraron. Sopesa el actuar del gobernador tucumano en relación a sus contemporáneos. En definitiva, se pregunta una y otra vez, desde distintos ángulos, sobre el impacto de su acción, en extensión e intensidad. Para ello apela a herramientas que toma de otras ciencias sociales como la antropología, la ciencia política. Sociología o incluso derecho, para evaluar la información que obtiene de las preguntas que formula a los documentos que consulta. Examina lo que otros historiadores escribieron sobre Bernabé Araoz. A partir de este recorrido, el historiador construye interpretaciones complejas e incómodas, no certezas tranquilizadoras.
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