¿Quién gobierna en democracia: los ciudadanos, las autoridades, la iniciativa privada o todos en igualdad de condiciones? ¿Cuál será nuestra realidad en SLP? ¿Hasta qué punto las administraciones actuales toman en cuenta la voz ciudadana? En teoría, la democracia se basa en el “gobierno del pueblo”, pero la realidad suele presentar un escenario más complejo en el que algunos tienen más peso que otros en las decisiones urbanas.
La gobernanza no se trata de la capacidad del gobierno para tomar sus propias decisiones y de cuánto les permiten gobernar sus ciudadanos. La gobernanza tiene que ver más bien con la capacidad, las herramientas y los recursos disponibles para los ciudadanos para influir en su forma de vivir, organizar y gestionar los asuntos colectivos, sobre la base de principios de participación, transparencia, rendición de cuentas, equidad y eficiencia. y justicia.
La idea de gobernanza está estrechamente relacionada con el concepto de “derecho a la ciudad”, desarrollado por Henry Lefebvre en 1969, que habla de la posibilidad y capacidad de los habitantes de crear y producir la ciudad en la que viven. Este derecho conlleva una obligación: la participación. Si los ciudadanos quieren mejorar su calidad de vida, deben participar activamente en las decisiones y políticas que afectan su vida diaria.
Pero, ¿cuánto pueden participar los ciudadanos? ¿Cuánto nos escuchan nuestros líderes? Nos hemos enfrentado a numerosas promesas incumplidas y a otras autoridades que no dan la cara. Casos como el de los vecinos del barrio San Miguelito o Saucito defendiendo su patrimonio, grupos que exigen la armonización de la aún inconclusa Ley de Movilidad, la poca atención del consejo de movilidad ciudadana y la implementación de la Agenda de Movilidad Segura, Sostenible, accesible y eficientes entre muchas otras cosas nos dejan mucho que hablar de nuestras autoridades, sumado a las enormes cantidades de dinero destinadas a publicidad incluso en “medios de información” construyendo una narrativa que atenta contra la transparencia y la verdad.
Algunas propuestas muy específicas que como ciudadanos podríamos vislumbrar y exigir son: implementar el caso análogo del programa “Decide San Pedro” en San Pedro Garza, que consiste en una plataforma digital para que los ciudadanos presenten y voten proyectos de mejora a través de un programa definido y Presupuesto ciudadano transparente.
Así como el fortalecimiento de los consejos ciudadanos hoy olvidados, con recursos humanos para facilitar la comunicación y vinculación con la ciudadanía; la generación de foros temáticos que permitan el debate y la recogida de propuestas sobre intereses ciudadanos, y finalmente el establecimiento de auditorías ciudadanas para evaluar los proyectos realizados, promoviendo una gestión abierta, transparente y responsable.
No se trata de darnos un pez, sino de darnos las herramientas para pescar. ¿Hasta dónde eres capaz de “hacer” para mejorar el espacio en el que vives y el de tus seres queridos? ¿Cómo vas a participar?
Luis Fernando Rodríguez Román
