En la intersección de la primavera y la magia, Países Bajos se convierte en un espectáculo de colores que encanta a quienes lo visitan.
Como surgiendo de un sueño invernal, la ciudad se transforma en un paraíso floral, con tulipanes y otras flores adornando cada rincón, desde los jardines más conocidos hasta los rincones más secretos.
El despertar floral de Ámsterdam
La llegada de la primavera a Holanda se celebra con la inauguración del Keukenhof, una exhibición floral que marca el inicio oficial de la temporada. Pero la magia no se detiene ahí.
Desde los campos hasta los balcones de las casas, toda la ciudad se viste de colores vibrantes, recordando el glorioso pasado comercial de los tulipanes y la pasión de los holandeses por las flores.
Jardines icónicos y parques encantados
El país cuenta con una serie de jardines y parques que se convierten en destinos imprescindibles durante la primavera.
Fotos: Reuters
Vondelpark, el pulmón verde de la ciudad de Ámsterdam, da la bienvenida tanto a visitantes como a lugareños, ofreciendo un oasis de tranquilidad y belleza natural. Conocido por sus festivales y eventos culturales, este parque es el lugar perfecto para caminar entre tulipanes y conocer su historia y cuidado.
La Museumplein, situada cerca del Vondelpark, es otro punto destacado de la ciudad durante la primavera. Rodeado de algunos de los museos más importantes de Holanda, este espacio verde te invita a relajarte y disfrutar de las vistas mientras paseas por sus jardines floridos.
Descubriendo tesoros escondidos
Monumentos y museos esconden jardines privados que sólo pueden apreciarse durante la primavera y el verano. El Museo del Canal de la capital, por ejemplo, alberga un jardín secreto que florece con la llegada del buen tiempo, ofreciendo un oasis de paz en medio del bullicio de la ciudad.
El mercado flotante de flores
Por supuesto, ningún viaje a los Países Bajos en primavera estaría completo sin una visita al Bloemenmarkt, el famoso mercado flotante de flores que se extiende a lo largo del Canal Singel. Aquí los tulipanes son los protagonistas indiscutibles, llenando el aire con su aroma y alegrando el corazón de quien los contempla.
Orgullo nacional, con historia
Los tulipanes han desempeñado un papel importante en la historia de los Países Bajos, dejando una huella imborrable en su cultura y economía. Originarios de Asia Central, los tulipanes se introdujeron en los Países Bajos en el siglo XVI. Durante el siglo XVII, conocido como la “Edad de Oro” holandesa, los tulipanes experimentaron un espectacular auge en popularidad y demanda.
Fotógrafo fotografiado entre los tulipanes este 23 de abril en Lisse. Fotos: Reuters Este período se conoce como el “Tulipomanía”, una fiebre especulativa sin precedentes en la que los tulipanes se convirtieron en símbolos de estatus y riqueza. Los precios de los bulbos de tulipán alcanzaron niveles exorbitantes y se comercializaban en las bolsas de valores como activos financieros. Sin embargo, este mercado especulativo colapsó en 1637, provocando una crisis económica conocida como “la crisis de los tulipanes”.
A pesar de este colapso, los tulipanes siguieron siendo una parte integral de la cultura holandesa. Hoy en día, los tulipanes siguen siendo uno de los símbolos más reconocidos de los Países Bajos y la industria de la floricultura, incluida la exportación de tulipanes, sigue siendo una parte importante de su economía.
Ver tambiénUn dron sobrevoló los campos de flores en Holanda Los campos de tulipanes que florecen durante la primavera atraen a millones de turistas cada año, lo que contribuye tanto a la economía como al orgullo nacional de los Países Bajos.
