La contradicción de liquidar un plan exitoso

Durante algunos años de la última década, Catamarca ocupó el primer lugar entre las provincias en número de embarazos adolescentes en proporción al número de habitantes. En 2018, por ejemplo, el 19 por ciento de los embarazos se produjeron entre niñas menores de 20 años, la mayoría de las cuales no querían quedar embarazadas. Poco a poco el monto se fue reduciendo, como en el resto de las jurisdicciones, gracias a la implementación de políticas públicas efectivas.

Uno de ellos es el Plan ENIA, diseñado para prevenir el embarazo no intencionado en adolescentes. Fue ejecutado de manera transversal por los Ministerios de Salud, Desarrollo Social y Educación nacionales con el objetivo de garantizar los derechos de los adolescentes al libre acceso a métodos anticonceptivos, educación sexual integral y consejería en las escuelas, consejería en salud sexual y reproductiva. y actividades de defensa de la comunidad. Además, buscó fortalecer las políticas de prevención del abuso, la violencia sexual y el acceso a la interrupción del embarazo de acuerdo al marco regulatorio vigente. Logró reducir la tasa de embarazos en adolescentes en un 50%. En Catamarca hubo una disminución del 32,3% en la tasa de fecundidad específica de la población adolescente temprana, es decir, menores de 15 años; y para la tasa específica de embarazo adolescente, la adolescencia tardía, que es de 15 a 19 años, disminuyó un 53,5%.

Comenzó en 2017 con el gobierno de Mauricio Macri y continuó con el de Alberto Fernández. Pero tras las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei, el programa, que se destacó como un ejemplo a seguir en el resto de los países de la región, fue desfinanciado y ha dejado de funcionar.

A la falta de recursos presupuestarios se sumó el despido de más de seiscientos profesionales de la salud que trabajan en doce provincias para brindar consejería de salud sexual en escuelas secundarias y espacios comunitarios, garantizando al mismo tiempo el acceso a métodos anticonceptivos de larga duración. Las provincias en las que operó son las que hace siete años tenían peores índices de embarazo adolescente: Catamarca, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, Salta, Jujuy y la provincia de Buenos Aires.

Entre los expertos en el tema, que valoran el impacto positivo del plan, prevalece la idea de que además de los motivos económicos, existen otros motivos ideológicos que influyen en la paralización de la actividad. El propio presidente y otros representantes del espacio La Libertad Avanza se han pronunciado reiteradamente en contra de la Educación Sexual Integral.

Desmantelar políticas públicas que han resultado exitosas para los sectores más vulnerables de la población por cuestiones de ajuste fiscal o prejuicios ideológicos es un error que debe corregirse. Las ignominiosas estadísticas del pasado que han ido disminuyendo volverán a aumentar más temprano que tarde si se abandonan las herramientas que lo hicieron posible.