Incluso hubo incompetentes que recordaron que existen códigos y leyes. A otros les resultó que ocupan un cargo en la provincia y casualmente no se toparon con el ministro en el mismo vuelo. ¡No creer!
Todo esto y mucho más pasó entre bastidores, el viernes pasado, cuando el ministro acudió a una conferencia sobre la implementación del sistema acusatorio, que sería más o menos igual al que tiene la provincia, pero adaptado para la Justicia Federal.
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Mariano Cúneo Libarona, Ministro de Justicia, apuntado por un escándalo que rápidamente desmintió.
El desafío para la Justicia Federal
Implementarlo en jurisdicción federal será un desafío para los actores y también para la casi inexistente infraestructura con la que cuentan para iniciar tal aventura.
Además, como ocurrió en Neuquén cuando la Justicia local implementó el código en 2014, todo era nuevo, generaba fricciones y la división generalmente ganaba la escena.
Lo bueno en aquel entonces fue que la justicia abrió las puertas de su gueto y todos pudieron ver cómo se trabajaba o algo así. Los vecinos conocían el rostro del juez y el juez la acera.
Para la Justicia Federal, esta tarea será aún más difícil porque la toga y los despachos de madera siguen vigentes. “que son para caber en el ataúd”repite a menudo una aguda fuente judicial.
Tendremos que comprar WV40 para lubricar las puertas del tribunal federal porque el chirrido es impresionante.
No será sólo el desafío de abrir las puertas y exponerse al público sino también el de escribir en un lenguaje coloquial al alcance del ciudadano. Hay resoluciones que ni siquiera los abogados entienden y distorsionan bastante los sentidos.
Entre intrigas, coqueteos, abrazos, besos y fotos, Cuneo Libarona pasó por el circo neuquino y nada lo sorprendió.
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