En la Argentina de hoy parecen coexistir puntos de vista opuestos. Algunos de esperanza, que ven que por fin estamos afrontando los problemas de frente, y buscando la solución. balance de cuentas publicas. Mientras que, por otro lado, otros se centran en el hecho de que las medidas que conducen al equilibrio fiscal implican costos sociales marcados y considerable.
En este contexto, el papel de una institución como CIPPEC se vuelve central. La realidad nunca es totalmente blanca, ni totalmente negra, sino que es compleja., y la evidencia lo demuestra. Desde hace años, en CIPPEC venimos trabajando en la búsqueda de mejores políticas públicas para Argentina. En muchas ocasiones encontramos soluciones que funcionan porque son resultado de la investigación, conocimiento de la gestion publicael territorio y la colaboración con otras organizaciones.
Por ejemplo, mejoramos las políticas de primera infancia, la forma de votar o cómo reducir el impacto de las olas de calor, entre muchos otros temas. Además de eso, también impulsamos soluciones a nivel nacional. Testimonio de ello son ni más ni menos que los debate presidencial ola ley de acceso a la información.
El impacto que tienen estas políticas es real. Entre 2016 y 2020, Disminución del embarazo adolescente un 47%, y todo indica que se debe en gran medida a una política que hoy está en riesgo: la Plan Nacional para Reducir el Embarazo No Intencional en Adolescentes que apoyamos desde CIPPEC junto con el Centro de Estudios del Estado y la Sociedad.
Al pensar en cómo podemos contribuir a la construcción de un futuro próspero, en CIPPEC trabajamos en una agenda que concibe el desarrollo y la democracia como dos conceptos indivisibles e innegociables.
La única manera de cultivar un desarrollo auténtico y sostenido debe ocurrir dentro del marco de instituciones profundamente democráticas. Porque el desarrollo dividido de los valores y prácticas democráticas no es duradero. Nos haría caer nuevamente en una lógica pendular que, como nos ha sucedido en otras ocasiones, no aborda los problemas estructurales y medulares de nuestro país. Inevitablemente, para lograr la prosperidad debemos fortalecer nuestra democracia.
Partiendo de esta base, consideramos que existen cuatro ejes temáticos, ejes claves para comenzar a construir un desarrollo sostenido y equitativo: finanzas públicas sostenibles, educación para el desarrollo, inclusión social y un Estado capaz e inteligente.
El año 2024 probablemente será recordado como un punto de inflexión. Podemos ir en dos direcciones muy diferentes. Esta puede ser una experiencia más en la historia pendular de Argentina, o puede ser una oportunidad para resolver nuestros problemas centrales, como pobreza. Mientras seis de cada diez niños vivan y crezcan en la pobreza, la posibilidad de una Argentina próspera será sólo una quimera. De cualquier manera, esta situación es mucho más que un número; Impacta directamente en la vida cotidiana de casi la mitad de la población argentina. En un contexto de restricción como el actual, es fundamental prestar especial atención a este punto.
La única manera de lograr cambios sostenidos en el tiempo es ponernos en el lugar del otro, hablar y cooperar. No es necesario que todos estemos de acuerdo en todo, pero sí podemos dar pequeños pasos que sean genuinos y nos permitan solucionar nuestros problemas. El papel del liderazgo argentino radica en asegurar que los pasos que demos den resultados, así como reconstruir tejidos que permitan desarrollar una visión común de largo plazo.
