Liliana Romero Quezada, directora regional del Servicio de Reinserción Social Juvenil de Tarapacá
Cumplimos tres meses desde que el Servicio de Reinserción Social Juvenil concluyó su instalación en Tarapacá y en la macrozona norte, el pasado 13 de enero; luego de cinco años de trámite legislativo y tres administraciones que impulsaron esta reforma.
Ha sido un proceso innovador, y al mismo tiempo desafiante, ya que implica poner en marcha una nueva institución, con el objetivo de modificar conductas delictivas y promover la integración social de jóvenes y adolescentes.
Asumimos no bajar los brazos ante la posibilidad de reinsertar socialmente a jóvenes en conflicto con la justicia, pero ahora con nuevas herramientas y perspectivas más efectivas, obligando al Estado en su conjunto a dar mejores respuestas.
En esta línea, la creación del Comité Operativo Regional, liderado por la Seremi de Justicia y Derechos Humanos, que cuenta con la participación de diversos servicios públicos, ha permitido gestionar acciones de apoyo a la educación y capacitación, búsqueda de alternativas laborales y Contamos con programas deportivos, que están permitiendo a cada joven construir un nuevo futuro.
Otra novedad del servicio es el tipo de intervención que estamos aplicando, que ahora es personalizada y especializada. Eso significa dejar atrás las soluciones estándar y afrontar la reintegración a partir de la historia de vida de cada joven.
Por otro lado, es clave entender que la seguridad y la reintegración se refuerzan mutuamente. En contraste con la creencia de que la respuesta del sistema penal debería ser sólo el encarcelamiento, hoy sabemos, guiados por la experiencia internacional, que cada peso invertido en la reintegración es socialmente más rentable que construir metros cuadrados de cárceles. Confinar a los jóvenes en centros de detención no pone fin a la delincuencia.
Esperamos que lo logrado en estos meses se siga traduciendo en oportunidades para reducir las posibilidades de reincidencia; y avanzar de manera duradera hacia una sociedad más segura.
También queremos dejar atrás ciclos de marginación y transformar vidas. Ya no estamos solos en esta tarea, ahora es un compromiso de todos los actores involucrados en este proceso.
