Los huevos contienen una variedad bastante amplia de nutrientes. Son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, que contienen todos los aminoácidos esenciales necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo. La proteína es importante para construir y reparar tejidos, así como para el crecimiento muscular.
Además, los huevos son ricos en vitaminas y minerales, destacando las vitaminas A, D, E, B2 (riboflavina), B12, ácido fólico y minerales como el hierro, zinc y selenio.
La presencia de colina en los huevos es esencial para la función cerebral y la salud del sistema nervioso. Además, los huevos son una fuente natural de vitamina D, crucial para la salud ósea y la función inmune.
A pesar de las preocupaciones pasadas sobre el contenido de colesterol en los huevos, investigaciones más recientes sugieren que su impacto en los niveles de colesterol en sangre puede no ser tan significativo como se pensaba anteriormente. De hecho, el consumo moderado de huevos puede incluso mejorar el perfil lipídico en algunas personas, favoreciendo un aumento del colesterol HDL (bueno).
Los números impresos en los huevos suelen indicar información importante sobre el sistema de producción y la calidad del huevo. Los primeros dígitos del número indican el código del país donde se produjo el huevo. Cada país tiene su propio código asignado.
Los siguientes números indican el método de producción de huevos; 0, orgánico, 1, criado en libertad, 2, criado en tierra, 3, criado en jaula.
El huevo se puede cocinar varias veces y aporta jugosidad, sabor, textura…
Los siguientes dígitos identifican la granja específica donde se produjo el huevo. Esto puede resultar útil para rastrear la fuente en caso de problemas de calidad o seguridad.
También encontraremos la fecha de caducidad y el número de lote.
A la hora de cocinar huevos es importante conocer los riesgos de consumirlos crudos o poco cocidos y el riesgo de intoxicación es bastante alto, por lo que se recomienda cocinarlos bien o al menos hacerlo con niños.
Se pueden comer en tortillas, cocidas, revueltas, incluidas en un puré como aporte extra de proteínas o utilizadas en repostería. Es un alimento que aporta sabor, textura, jugosidad… a las recetas, además de saludable, por lo que puede resultar imprescindible en nuestro frigorífico.
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