Los desafíos históricos a menudo llegan sin previo aviso y traen cambios dramáticos en el escenario internacional, así como en la vida de nuestras naciones. Actualmente estamos pasando por esto, y en momentos así siempre es mejor sobrellevarlo con un amigo. Ha pasado más de una década desde que un Ministro checo de Asuntos Exteriores visitó la Argentina. Es hora de rectificar esta deuda.
Valores comunes
A pesar de la distancia geográfica, a Chequia y Argentina les une una sólida amistad, basada en valores compartidos y una cooperación mutuamente beneficiosa. Este estrecho vínculo se lo debemos, entre otras cosas, a nuestros compatriotas que llegaron a la Argentina desde el territorio de la actual República Checa en varias oleadas migratorias desde mediados del siglo XIX y que contribuyeron a la construcción del país. Hasta el día de hoy, Argentina es el hogar de la comunidad checa más grande y activa de América del Sur.
Sin embargo, nuestras relaciones actuales y su potencial no se encuentran sólo en el pasado. El Gobierno checo ha estado construyendo activamente vínculos de largo plazo con socios democráticos de todo el mundo, y Argentina es sin duda uno de esos socios. Como importante fuerza regional y actor clave que enfatiza su responsabilidad global, Argentina es un socio estratégico para la República Checa, tanto en el ámbito político como económico-comercial.
Compartimos valores democráticos comunes, el respeto por los derechos humanos y el medio ambiente, y colaboramos en diversos ámbitos, así como en foros multilaterales. Un ejemplo de ello es, entre otras cosas, la estrecha colaboración de ambos países en el Consejo de Derechos Humanos. Fue precisamente Argentina desde donde Chequia asumió en 2022 la presidencia del Consejo.
Es significativo que cuando Chequia fue elegida miembro del Consejo de Derechos Humanos en mayo de 2022, en sustitución de Rusia, el presidente argentino del Consejo, Federico Villegas, estuviera precisamente en Praga para la Semana Iberoamericana.
Agresión imperialista
Desde hace más de dos años, una guerra asola Europa, cerca de las fronteras checas. Desde el primer día, Chequia y Argentina han condenado abiertamente y con principios la agresión imperialista rusa contra Ucrania. Durante mi viaje quiero agradecer a mis socios argentinos por esta clara posición.
El brutal ataque no provocado de Rusia contra su vecino no puede considerarse un conflicto regional. No se trata sólo de Ucrania. Las insaciables ambiciones de Vladimir Putin van mucho más allá, pues se trata de una guerra que tiene consecuencias no sólo para todo el continente europeo, sino para el mundo entero. Nuestra interconexión significa que la seguridad en Europa afecta la seguridad en América Latina, y viceversa.
No olvidemos que las ambiciones imperiales rusas no conocen límites, por lo que nos corresponde a nosotros establecer esos límites. Si permitiéramos que Rusia destruyera y ocupara Ucrania y que su agresión quedara impune, abriríamos la puerta no sólo a otras “operaciones militares especiales” en Europa central y oriental, sino también a otros agresores en otras partes del mundo. Después de todo, los malos ejemplos tienen un efecto dominó.
Ucrania lucha por su supervivencia, pero también lucha por nuestros valores. Lucha en nuestro nombre y debemos apoyarlo política y militarmente. En la República Checa creemos que debemos ayudar a quienes son atacados sin justificación; Por eso nuestro país ayuda a Ucrania en los aspectos humanitarios, financieros y militares. Chequia ha acogido a medio millón de refugiados ucranianos, la cifra más alta per cápita en el mundo. El respeto por la Carta de las Naciones Unidas y el orden internacional basado en normas es un valor vital para nosotros.
No olvidamos nuestra propia trágica experiencia histórica con la ocupación y opresión extranjeras. Esta experiencia nos ha dado una especial simpatía y solidaridad con aquellos cuya independencia, soberanía e integridad territorial están amenazadas.
Fortalecer las relaciones
Quienes cuestionan la Carta de las Naciones Unidas y el orden internacional basado en reglas están colaborando cada vez más últimamente, por lo que en respuesta, como comunidad de países democráticos que protegen la libertad, debemos hacer lo mismo y con más éxito. Nuestros valores democráticos nos dan una base, pero debemos empezar a trabajar mucho más para no perderlos.
Argentina, como potencia cada vez más importante en el escenario mundial y miembro del G-20, con un lugar sólido en esta comunidad de democracias, tiene derecho a que su voz sea escuchada y considerada.
Durante mi viaje a Argentina tengo interés en fortalecer nuestras relaciones y abrir nuevas oportunidades de cooperación. Su país tiene un enorme potencial en la economía global, especialmente en las áreas de seguridad alimentaria y energética. Deseo discutir con los socios argentinos nuestro comercio, que todavía tiene un potencial sin explotar. El mercado argentino atrae a las empresas checas por sus oportunidades de crecimiento y expansión.
En la economía abierta de Chequia, el comercio exterior es clave y las empresas checas están dispuestas a cooperar. Los sectores prometedores incluyen la industria alimentaria, la industria maderera, la defensa, la seguridad, la energía limpia y la ciberseguridad. Creo que la apertura de la economía argentina traerá nuevas oportunidades para nuestra cooperación.
Espero descubrir la cultura, la belleza y la hospitalidad de su país, y creo que el desarrollo de nuestras relaciones bilaterales se fortalecerá. Después de todo, la protección del orden internacional redunda en nuestro interés común. Hoy podemos lamentarnos de cómo el mundo se ha vuelto tan inestable o podemos actuar para restaurar la estabilidad.
* Ministro de Asuntos Exteriores de la República Checa
