La presencia del Tren Aragua, la banda criminal internacional cuyos tentáculos se han extendido por varios países latinoamericanos y ha llegado hasta España, ha enfrentado a los gobiernos de Chile y Venezuela. El canciller del Gobierno de Nicolás Maduro dijo el lunes que la organización es una “ficción mediática internacional” y que incluso habría registros de personas “con acento chileno y peruano” que dirían ser parte del grupo. Las declaraciones fueron respondidas este martes por la Administración de Gabriel Boric, que las ha calificado de insulto.
La polémica ha comenzado a partir de una reunión entre el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, junto a su homólogo colombiano, Luis Gilberto Murillo, en la ciudad fronteriza de Cúcuta. En conferencia de prensa, el representante de la diplomacia venezolana se pronunció sobre las denuncias contra los integrantes de la pandilla, surgidas a finales de los años 2000 en el Centro Penitenciario de Tocorón, en el estado Aragua.
“El Tren Aragua es una ficción creada por los medios internacionales para intentar crear una etiqueta inexistente, como hicieron en su momento con el cartel de los Soles”, dijo el canciller venezolano, en alusión al cartel de los Soles, un nombre genérico. que en Venezuela se refiere a la connivencia entre el narcotráfico y el poder que logró el sector militar durante el chavismo, y cuya existencia es negada por el régimen de Maduro.
Gil ha ido más allá en su postura e incluso ha afirmado que personas de otras nacionalidades se han identificado como presuntos miembros del grupo criminal. “Ahora inventan un llamado Tren Aragua, una organización que existía en Venezuela, localizada, y que luego intentaron ponerle marca. Hemos visto, por ejemplo, cómo de manera ridícula aparecen videos incluso de gente diciendo ‘somos del Tren Aragua’, con acento peruano, con acento chileno”, afirmó.
Las palabras del representante chavista provocaron un fuerte malestar en la ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá. La autoridad, máxima encargada de la seguridad pública del Gobierno de izquierda del presidente Boric, ha mencionado que la presencia detectada del Tren Aragua en territorio chileno ha implicado homicidios, robos y secuestros que han acumulado decenas de víctimas.
“Es muy impresionante. Venezuela se autodenomina país Bolivariano y la verdad es que Chile, Perú, Ecuador, Colombia, los pueblos latinoamericanos, han sufrido mucho el flagelo de esta banda criminal. La gente ha perdido a sus familias, ha perdido la tranquilidad de sus barrios, ha perdido sus negocios por eso. Entonces es un insulto, no al Gobierno de Chile, al pueblo de Chile y no sólo a Chile, al pueblo de América Latina, que se le diga algo así. Es inaceptable”, expresó Tohá durante la inspección a la construcción de una subcomisaría de Carabineros en el municipio de Peñalolén, en el sector oriente de Santiago de Chile.
El director de la Policía de Investigaciones de Chile, PDI, Eduardo Cerna, ha complementado las palabras de la ministra Carolina Tohá, aunque evitó responder directamente al canciller venezolano. “La evidencia [sobre la existencia del Tren de Aragua] Es notorio. Se han desarrollado procesos investigativos minuciosos, de larga data, con evidencia científica, con georreferenciación, con evidencia tangible”, afirmó.
La relación entre Santiago y Caracas ha sido distante, sobre todo por las críticas públicas de Boric a la represión ejercida por el Gobierno de Maduro contra sus opositores. Recientemente, ambos países habían intentado estrechar lazos, con la llegada del experimentado político socialista chileno Jaime Gazmuri como embajador a Venezuela, después de varios años sin que Chile tuviera embajador. Uno de los objetivos del diplomático fue avanzar en un acuerdo para contener la crisis migratoria que afecta a Chile, la cual es protagonizada principalmente por ciudadanos venezolanos que ingresan al país por pasos fronterizos irregulares.
Chile ha detectado la presencia del Tren Aragua hace poco más de dos años. En sus inicios, la mayor parte de sus operaciones se concentraban en el norte del país sudamericano, aunque recientemente ha tomado conciencia de la presencia de sus integrantes en otras partes del territorio. La violencia de sus acciones ha sorprendido a las autoridades chilenas, que han tenido que centrar sus esfuerzos en combatir directamente el crimen organizado. “Teníamos el problema del crimen organizado, pero no estábamos discutiendo su amenaza. En 2022 ya teníamos bandas transnacionales operando, como el Tren Aragua, pero no hablábamos del Tren Aragua”, afirmó el fiscal nacional, Ángel Valencia, en una entrevista con EL PAÍS.
La última alerta sobre las actividades de la banda transnacional en el país sudamericano se levantó el pasado mes de febrero, con el secuestro y asesinato del exteniente venezolano Ronald Ojeda, un militar disidente del chavismo que residía en Chile como refugiado. Las primeras investigaciones han apuntado a la eventual participación del grupo en el crimen.
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