Mientras algunos pequeños sectores de Estados Unidos se oponen hoy al acercamiento con Cuba, en otros intentan tender puentes en medio de un estricto bloqueo que dura más de seis décadas.
Integrantes de la Red Nacional de Solidaridad con Cuba (NNOC) convocaron en Detroit, Michigan, a una recaudación de fondos el próximo 13 de abril para la compra de medicamentos que serán enviados al país caribeño.
“Con el objetivo de abrumar el sólido sistema de salud que Cuba ha construido, el bloqueo estadounidense restringe el acceso a tecnologías médicas e impide la compra de suministros médicos”, se afirma en la convocatoria.
Por su parte, activistas del espacio de educación política con sede en Nueva York, The People’s Forum, organizaron una campaña masiva para enviar 800 toneladas de harina de trigo a la isla.
“¿Qué harías si tu vecino se muriera de hambre? Esto no es hipotético. En este momento, el gobierno de Estados Unidos está matando de hambre deliberadamente al pueblo cubano a 90 millas al sur de nuestro país. “Todos debemos actuar ahora”, expresó el llamado en las redes sociales.
El movimiento Puentes de Amor llegó este fin de semana a La Habana con “una modesta carga solidaria de 1.500 libras de leche para el hospital pediátrico William Soler”, dijo a Prensa Latina el activista Carlos Lazo.
La entrega es resultado del “apoyo y donaciones de los emigrantes cubanos y estadounidenses que se oponen al bloqueo de Cuba y que quieren que se tiendan puentes de amor entre el pueblo de Cuba y Estados Unidos”, afirmó el profesor Lazo, coordinador del proyecto. . .
“En repetidas ocasiones hemos llevado leche en polvo a 13 provincias cubanas, algunas de ellas más de una vez por desastres naturales”, dijo, insistiendo en que “hay que seguir haciendo agujeros al bloqueo hasta que termine”.
Este 6 de abril se cumple 64 años del infame memorando sobre Cuba de Lester D. Mallory, quien fue Subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos en la administración de Dwight Eisenhower (1953 y 1961).
Poco después del triunfo de la Revolución Cubana, el funcionario admitió su malestar por la existencia de un innegable apoyo popular al líder Fidel Castro.
Por eso consideró que la única “forma previsible de reducir el apoyo interno (a Fidel) es a través del desencanto y la insatisfacción que surgen del malestar económico y las dificultades materiales”.
Luego sugirió “emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba (…) (lograr) el mayor progreso en privar a Cuba de dinero y suministros, reducir sus recursos financieros y salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del régimen. Gobierno.”
Después de 64 años, el Gobierno de Estados Unidos sigue apostando por el mismo guión del “Memorando Mallory”. Aplica su política de máxima presión y asfixia económica, condenada en la ONU casi unánimemente por la comunidad internacional.
