El último adiós del pueblo de Nájer al padre Lucas

El último adiós del pueblo de Nájer al padre Lucas
El último adiós del pueblo de Nájer al padre Lucas

No es necesario nacer en un lugar para sentirse parte de él, y un perfecto ejemplo de ello es el del padre Lucas Uranga, de la orden franciscana, que ha dedicado casi cuatro décadas de su vida a Nájera. Durante este tiempo no sólo ejerció como padre guardián del Monasterio de Santa María la Real, sino que también participó en decenas de actividades e iniciativas que ayudaron a movilizar a la juventud de Nájera.

Por ello, cuando se recibió la triste noticia de su fallecimiento, decenas de najerenses mostraron su pesar y condolencias por una persona “muy entrañable y querida” que marcó a gran parte del pueblo. Las muestras de cariño pronto aparecieron en las redes sociales, con fotografías y recuerdos del tiempo que pasó el padre Lucas en la ciudad.

Una ciudad que, este martes a las 20.00 horas, dará el último adiós a Lucas Uranga en la iglesia del Monasterio de Santa María la Real, que fue su hogar durante muchos años. Allí está previsto que multitud de najeras acudan a despedir a una persona que tanto jóvenes como mayores recuerdan con especial cariño. “Era una persona muy cercana que con su cariño y sus bromas gustaba mucho tanto a los pequeños como a los mayores”, recuerdan algunos.

Durante 40 años estuvo en Nájera, donde se dedicó a actividades con la juventud y dirigió el Coro Najerense.

Lucas llegó a Nájera a principios de los años ochenta, y quienes le conocieron entonces destacan que desde el primer momento se implicó en toda la ciudad y sus habitantes, ya que “llegó a Nájera muy joven y con todas las ganas del mundo”. .” Esto hizo que inmediatamente los jóvenes se interesaran por las iniciativas que proponía el padre Lucas, y se empezaron a formar grupos, como los de la Asociación Juvenil TAU.

En las clases de religión que impartía en el instituto también era “muy cercano, y la gente fue entendiendo todo eso poco a poco”, tanto que, como recuerdan algunos, “a los niños les gustaba mucho, era el de la calle”. y a veces decían ‘¡Adiós Lucky Luke!’, y él se reía. Otra de las actividades en las que los najerenses destacan la implicación de Lucas Uranga fue la cabalgata de Reyes Magos donde él, junto a Benito Morras, “estaba siempre cuidando de todos”.

En 1986 pasó a ser director del Coro Najerense, convirtiéndose en su alma mater hasta 2017, cuando la orden franciscana tuvo que abandonar el monasterio najerense. “El coro era su pasión, decía: ‘No me quiten el coro, me da vida estar aquí’”, dice desde el coro.

Sus misas también son recordadas con especial ternura. Unas misas muy particulares” en las que bajaba del altar y preguntaba al pueblo. Algunos pensaban: ‘No quiero estar en las primeras filas, porque vendrá el padre Lucas y me preguntará algo que no sé’”, recuerda entre risas una Najerina.

Seguro que estas y otras anécdotas vendrán a la mente de muchos hoy cuando den el último adiós al padre Lucas, una persona “que dejó una profunda huella” en Nájera.

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