¿Qué pasa con las noticias cuando dejan de serlo?

¿Qué pasa con las noticias cuando dejan de serlo?
¿Qué pasa con las noticias cuando dejan de serlo?

Con lo que cuesta publicar un libro y luego, salvo contadas excepciones, apenas pasa un suspiro en las mesas de noticias. Es un mantra en el sector: cuánto se publica en España, qué poco dura una novedad, qué competencia por el espacio físico, mediático y mental. Pero los libros tienen una vida trascendente más allá de la novedad: ese Más allá de los libros es el catálogo o la colección editorial. Y aunque es un Más Allá, muchos títulos siguen muy vivos. En la Feria del Libro de Madrid, que finaliza este domingo, el fondo está muy presente en los stands de las editoriales, donde pueden exhibirlo con orgullo y sin tanta limitación espacio-temporal.

El fondo es muy importante: a pesar de su menor visibilidad, la mayoría de las ventas anuales provienen de sus profundidades. En todos los géneros supera el 50% de las ventas y de media representa el 68%, según datos de GFK de 2022. Según la propia auditora, muchas editoriales descuidan sus fondos y les sacarían más partido con más promoción o, simplemente, actualizándose los metadatos periódicamente. El fondo es como una sopa que hay que remover con frecuencia para que los tropezones no se hundan: los títulos pasados ​​necesitan energía para mantenerse a flote.

Cada descubrimiento, una novedad.

“Nos gusta pensar que una novedad es cualquier libro que llega por primera vez al lector”, afirma Pilar Reyes, directora editorial de varios sellos literarios del grupo Penguin Random House, como Alfaguara, Random House, Lumen o Caballo de Troya. . Es decir, los libros de fondo también son nuevos para muchas personas y deben ser tratados de esa manera. Dar ejemplos: Rayuelapor Cortázar, o ensayo sobre la ceguera, de Saramago, son libros que constantemente descubren nuevos lectores. Que lindo cumplir 18 años y sumergirse en ese París del enorme cronopio argentino.

Editorial Godall, 14 de junio de 2024.Claudio Álvarez

“Trabajar con el fondo es una de las cosas que le permite más creatividad a un editor; es estimulante pensar en estrategias para que el catálogo se mantenga vivo”, afirma Reyes. Algunas estrategias habituales son realizar ediciones especiales con nuevos prólogos o rediseñar las portadas de la obra de un autor consagrado. Un ejemplo notable es la edición que publicó Alfaguara de Cien años de soledad, de García Márquez, con motivo del ochenta cumpleaños del autor, acompañado de textos críticos de Mario Vargas Llosa, Víctor García de la Concha y Sergio Ramírez, en colaboración con la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española. Otro ejemplo fue el relanzamiento de El mundo de la antigüedad tardía (Taurus), de Peter Brown, que fue un éxito editorial. “Nuestra propuesta no es sólo aumentar el número de nuevos títulos sino repensar las lecturas del pasado en el presente”, añade el editor.

Aunque el fondo es fundamental para el negocio editorial, desde la pandemia, con el aumento de las ventas online, su peso en la facturación ha ido creciendo respecto a la novedad. Al fin y al cabo, en Internet las novedades y el catálogo gozan de una accesibilidad más equilibrada, a diferencia de las librerías físicas, donde los nuevos títulos brillan con fuerza, mientras que los de fondo se esconden en las estanterías o también brillan, de no ser por su ausencia.

fondo justo

Si bien en la Feria del Libro las apariciones de los escritores que firman sus comunicados son vistosas, también es un escenario propicio para que los editores saquen el pecho por todo lo que han publicado y no sólo por el hype del momento. Aquí hay tiempo (dos semanas) y espacio (un stand) para mostrar (y vender) el patrimonio libresco reunido con el trabajo acumulado.

Hay quienes defienden la bibliodiversidad que aporta el fondo. “Está muy bien que las editoriales vengan a la feria a mostrar sus colecciones, porque en los stands de las librerías suele primar la novedad”, afirma Matilde Martínez Sallés, editora de Godall, que debuta este año en la feria con su catálogo de 40 libros en formato Castellano (tienen muchos más en catalán). “Queremos luchar contra la dictadura de la novedad”, afirma. Exigen que se saquen menos libros, que vayamos más lento. “Tenemos que salir de esa maldita rueda de noticias que imponen los grandes grupos, donde los libros sólo duran dos o tres semanas”, afirma el editor.

Stand de la editorial Capitán Swing, que trae sus 400 títulos de catálogo.Claudio Álvarez

En Captain Swing desembarcan con todo su catálogo, compuesto por unos 400 títulos, para exponerlo al visitante. “Además, para la feria imprimimos un catálogo con todos nuestros títulos, empezando por el primero, y cada año, por supuesto, se va haciendo más grueso. Se lo damos a los lectores, hay quien viene a buscarlo expresamente”, explica Verónica Vicente, responsable de comunicación. “A través de él puedes descubrir libros que quizás ya no estén en el radar”, añade. La otra forma de aprovechar el fondo son las redes sociales: como Captain Swing se dedica a discutir temas sociopolíticos candentes, es habitual que algún acontecimiento de actualidad les permita sacar a relucir algunas de las obras de su amplio catálogo. De Palestina a la gentrificación, pasando por los impuestos, el acceso a la vivienda o el ascenso de la extrema derecha.

En Pepitas de Calabaza también traen todo su material, más de 380 títulos. “Hay editoriales que están más centradas en la actualidad, pero nosotros nos consideramos una editorial de arraigo”, afirma Víctor Sáenz-Díez, que atiende el stand con delantal, como si de un librero se tratase. Esto implica no sólo elegir los textos pensando en su supervivencia más allá de la novedad, sino también realizar tiradas más largas sin preocuparse de que no se agoten en el lanzamiento. En Logroño tienen la tienda Semilla Negra donde puedes encontrar todo su catálogo expuesto en la fachada, como si de una librería se tratase un antiguo videoclub. “Mucha gente viene a la Feria a buscar esos libros atrasados ​​que no se encuentran fácilmente en las librerías”, afirma Sáenz-Díez. Durante el año “inventan cosas”: buscan aniversarios para ventilar algunos libros o crean listas de reproducción con canciones relacionadas con algún título (lo hacían con libros como Fidelapor Elvira Valgañón, o La filosofía es La Polla, de Tomás García Azkonobieta). “Nuestro fondo está muy vivo”.

“Nuestro motor es el resultado final”, afirma David Lacal, vendedor de la editorial Kalandraka, “hay algunos clásicos que se venden desde hace 20 o 30 años y continúan. No tienen fin”. Suena cierto, porque esta editorial centrada en la infancia y la juventud tiene en su haber algunas de las vendedores largos que los padres experimentados recomiendan, generación tras generación, a los padres noveles, los que están en todas las escuelas infantiles (por ejemplo, la colección De la cuna a la lunade Antonio Rubio y Óscar Villán o ¿A qué sabe la luna? por Michael Griejniec). El boca a boca funciona a toda velocidad. En el stand de Kalandraka tienen una estrategia determinada: entre semana, cuando hay algo más de calma y tiempo para dar explicaciones, colocan algunos de sus libros más underground en los lugares más visibles; El fin de semana lanzan su material más vendible, sus grandes éxitos. “Nuestro objetivo es conseguir títulos que perduren en el tiempo”, afirma.

el libro de bolsillo

Una opción clásica para seguir jugando con el catálogo es el libro de bolsillo: después de editar comercio (así se llama la edición original de tapa dura), algunos títulos, aquellos que adquieren cierta notoriedad y ventas sostenidas, se reeditan en formato de bolsillo. A eso se dedica el sello Debolsillo con el catálogo de Penguin Random House. “Lo que intentamos hacer con los autores actuales es crear sinergias, para que los nuevos desarrollos en comercio llevar al lector a los libros de bolsillo y dejar que los libros de bolsillo lo lleven a las noticias en comercio”, explica la editora Lucía Luengo. “Buscamos el formato ideal para la publicación de cada obra”, añade.

Editorial Kalandraka: la colección editorial es de gran importancia en la literatura infantil y juvenil. Claudio Álvarez

Un ejemplo: cada novedad del autor de crecimiento personal Robin S. Sharma provoca que se vendan libros del catálogo, como su ya clásico El monje que vendió su Ferrari. Cuando los lectores se entusiasman con un autor intentan llegar a toda su obra, y toda su obra, lógicamente, está en el catálogo. Además, las ediciones de bolsillo pueden convivir perfectamente con otros formatos, ya que los lectores pueden preferir distintos tamaños, calidades y precios según se trate de un libro para leer en el metro o para quedar bien como regalo de Navidad.

En el fondo del fondo hay obras realmente antiguas que siguen dando sus frutos. es el ejemplo de El arte de la guerra de Sun Tzu, reeditado recientemente, o el vendedor largo inagotable Meditaciones, de Marco Aurelio (especialmente ahora que el estoicismo está de moda). “A veces se dice que un Mejor vendido “lleva no sé cuántas semanas en las listas de los más vendidos”, dice Luengo, “podemos decir que Marco Aurelio ha estado Mejor vendido durante dos mil años”.

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