Cómo es el nuevo libro de Joseph Stiglitz

Cómo es el nuevo libro de Joseph Stiglitz
Cómo es el nuevo libro de Joseph Stiglitz

Este nuevo trabajo cuestiona la noción de libertad del neoliberalismo

Jose Stiglitz Ha sido durante décadas el economista más eminente del mundo. Su trabajo pionero sobre las asimetrías de información en los mercados le valió el premio conjunto del Premio Nobel de Economía en 2001. Presidió el Consejo de Asesores Económicos de Bill Clinton, fue economista jefe del Banco Mundial y dirigió el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, premio Nobel de la Paz en 2007. Ha escrito más de 10 libros dirigidos a una visión general audiencia, incluido el best-seller La globalización y sus descontentos. La carrera de Stiglitz no sólo se parece a la de grandes economistas del siglo XX como John Maynard Keynes y Milton Friedman, sino que en algunos aspectos la supera.

En su nuevo libro, Otra forma de libertad: la economía y la buena sociedadStiglitz se posiciona firmemente del lado de Keynes, abogando por una mayor intervención estatal para generar prosperidad económica y ofreciendo una respuesta a obras conservadoras como Capitalismo y libertad (1962) de Friedman, que definió una generación, y el clásico de FA Hayek camino de servidumbre (1944). Stiglitz quiere rescatar la idea misma de libertad de la versión “superficial, equivocada y ideológicamente motivada” que promueve “la derecha”. El libro presenta una narrativa y un argumento coherentes: utilizando una definición errónea de libertad, que privilegia un mercado en gran medida no regulado sobre otros bienes sociales, el capitalismo neoliberal –o “capitalismo sin restricciones”– ha significado “liberar los mercados financieros para precipitar la mayor crisis financiera en tres cuartos de siglo; libre comercio para acelerar la desindustrialización; y liberar a las empresas para que exploten a los consumidores, a los trabajadores y al medio ambiente por igual. Con un argumento que recuerda al de Karl Polanyi, quien afirmó que el capitalismo desenfrenado crea políticas reaccionarias en un “doble movimiento”, Stiglitz afirma que los “crímenes” del neoliberalismo han aumentado la desigualdad, debilitado la democracia y provocado una reacción populista en todo el mundo.

Joseph Stiglitz ha sido un líder en economía mundial y ha escrito sobre globalización y desigualdad.

Para remediar esto, aboga por un capitalismo progresista, que utilice una definición diferente de libertad, una con “vínculos inherentes a las nociones de equidad, justicia y bienestar”. El concepto de compensación, moneda común en economía, ocupa un lugar central en sus argumentos. Stiglitz sostiene que la libertad siempre está limitada de una forma u otra, y que deberíamos prestar menos atención a la libertad individual y más al “conjunto de oportunidades” que la sociedad en su conjunto pone a disposición de los menos afortunados. Para ampliar las oportunidades de algunos, debemos reducir las de otros.

Este es un argumento tanto pragmático (que nuestra sociedad ha hecho concesiones equivocadas y todos somos peores por ello) como ético, en el sentido de que Stiglitz cree que las condiciones actuales son profundamente inmorales. Por ejemplo, considerando la caída de los salarios de los trabajadores estadounidenses en medio de la globalización, pregunta, un tanto hiperbólicamente: “¿Hay mucha diferencia entre la situación actual y lo que pasó en Sudáfrica, donde se obligó a la gente a trabajar en las minas porque se les prohibía hacerlo?” trabajando en la tierra? En otro pasaje, escribe que “el llamado a regresar al liberalismo bajo el nuevo nombre de neoliberalismo” era “similar a la Gran Mentira de Hitler”. ¿Cómo sería el capitalismo progresista? “Algo parecido a una socialdemocracia europea rejuvenecida” o “una versión del siglo XXI de la socialdemocracia o del Estado de bienestar escandinavo”.

Los lectores de la obra anterior de Stiglitz pueden estar familiarizados con sus argumentos a favor del capitalismo progresista, pero no encontrarán mucha economía en este texto, que profundiza en el territorio filosófico. Éste no es el punto fuerte de Stiglitz. Es más agudo cuando desacredita fábulas económicas, como la afirmación de la Escuela de Chicago de que los monopolios siempre atraerán competencia, o cuando critica los excesos de la globalización posterior a la Guerra Fría, como la venta ansiosa de dudosos bonos argentinos. . Stiglitz destaca por combatir el fuego con fuego.

En su nuevo trabajo, Stiglitz argumenta en contra de conceptos clave del neoliberalismo y propone una visión de libertad y justicia económica en contraste.

Sus argumentos éticos no tienen la misma fuerza. Una de las razones es que permanece dentro de lo que el psicólogo social Jonathan Haidt ha llamado el marco moral de daño/cuidado que guía el liberalismo estadounidense moderno. Esto hace que a Stiglitz le resulte difícil anticipar, comprender o contrarrestar el desacuerdo con sus ideas o creencias éticas, que simplemente afirma como verdades evidentes. Pero si la desigualdad es tan intrínsecamente inmoral, ¿por qué a menudo es tolerada, incluso por quienes no son ricos? Dentro de la igualmente poderosa sensibilidad moral de la equidad/reciprocidad, una cierta cantidad de desigualdad puede interpretarse como un resultado justo del esfuerzo diferencial. Interactuar seriamente con esta perspectiva habría fortalecido el argumento de Stiglitz en su contra. Esta no es una dinámica exclusiva de Stiglitz, sino que más bien refleja la lucha más amplia de lo que el Pew Research Center llama “la izquierda progresista” para conectarse con los estadounidenses que no creen, por ejemplo, que, como escribe Stiglitz, “hay poco o no se debe conceder ninguna primacía moral a los ingresos de mercado de las personas”.

Entonces, si el libro no está escrito para convencer a los no convencidos, ¿quizás sea un manual para conocer a tu enemigo? Los antagonistas nombrados por Stiglitz son Friedman y Hayek, cuyas ideas promercado despliega superficialmente para satisfacer fines polémicos. También ignora algunas de sus creencias. Señala, por ejemplo, al Fondo Monetario Internacional como una institución neoliberal depredadora que propaga la explotación por todo el mundo, pero parece ignorar que Friedman pidió la abolición tanto de esa institución como del Banco Mundial. Tampoco señala que muchos economistas de la escuela austriaca, en la tradición de Hayek, creen que la propiedad intelectual (que Stiglitz critica rotundamente por frenar la innovación y aumentar los precios) es un concepto fundamentalmente ilegítimo. Del mismo modo, Hayek creía que las rentas de mercado no tenían valor moral, una curiosa coincidencia que ciertamente vale la pena considerar, dadas sus conclusiones muy diferentes y las de Stiglitz.

A medida que avanza el libro, queda claro que su verdadero objetivo es la propia generación de economistas de Stiglitz. Al principio, identifica la “derecha” como varios grupos que comparten “la creencia de que el papel del gobierno federal y la acción colectiva deben ser limitados”, una definición tan amplia que carece de sentido. Sin embargo, con el tiempo comienza a utilizar la derecha como abreviatura de “la perspectiva económica estándar”. Aunque no añade a su texto muchos detalles de su época en el gobierno, uno puede sentir aquí los fantasmas de las batallas de la era Clinton sobre la política económica.

Al final del libro, es difícil evitar la impresión de que Stiglitz está librando batallas de los noventa. Incluso cuando detalla las privaciones del neoliberalismo, documenta su precipitado declive en los últimos años. El Green New Deal y la política industrial, signos de la evolución del Partido Demócrata, aparecen fugazmente. Y muestra poco reconocimiento de que la política económica del Partido Republicano, o de la derecha en su encarnación trumpista, ha dejado muy atrás al fundamentalismo de mercado. Si terminamos con un régimen basado en fronteras cerradas y aranceles del 100%, Stiglitz podría sentir una dolorosa nostalgia por los crímenes del neoliberalismo.

Fuente El Washington Post

[Fotos Maximiliano Luna]

 
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