Más libros y menos pantallas – .

Más libros y menos pantallas – .
Más libros y menos pantallas – .

Leemos cada vez menos, no es ninguna revelación. El siglo XXI es el siglo de las pantallas, de la batalla por la atención, de la hiperconectividad. Todos esos son elementoss que no parecen ser compatibles con el clásico Hábito de leer en papel. Especialmente entre las generaciones más jóvenes.

Este desplazamiento de libros plantea todo tipo de interrogantes y despierta la preocupación de los profesionales. ¿Qué pasa si no leemos?“de VERDADERO”? ¿Cuáles son las consecuencias de consumir tanto contenido a través de las pantallas? ¿Es tan alarmante la situación?

“Ésta es la generación que más lee”: una mala interpretación

Michel Desmurget, doctor en neurociencia e investigador, ha publicado recientemente Más libros y menos pantallas, un libro en el que expresa abiertamente su preocupación por los efectos que la pérdida de lectura está teniendo en nuestra sociedad.

Desmurget aclara la idea falsamente difundida de que esta es la generación que más lee y que el acceso a Internet es precisamente uno de los factores que lo está fomentando. Las preguntas del neurocientífico ¿Qué entendemos por lectura? y sostiene que sólo hay que mirar los resultados de los estudios PISA para darse cuenta de que la comprensión lectora es dcolapsando.

Lectura en cifras

Uno de los datos más reveladores que aporta el autor es que, de media, los niños de entre 8 y 10 años pasan unos 5 horas frente a la pantalla. Adolescentes, más aún: 7 horas. Grandes cantidades de tiempo, muchas veces, se resta de otras actividades básicas, no sólo de la lectura. El abuso de las pantallas de alguna manera también afecta al sueño y al tiempo en familia. cualquiera a la actividad física.

¿El resultado? En 1960 un adolescente podía leer unas 240 palabras por minuto. Hoy 190: 20% menos. Y no es sólo una cuestión de velocidad. El léxico es cada vez menos rico. los textoscada vez más básico. Todo se está simplificando.

La lectura es un hábito saludable, no una actividad reservada a las élites. Su detrimento tiene un efecto negativo directo sobre el pensamiento crítico., aspecto clave para el desarrollo intelectual maduro y una sociedad reflexiva. Como comenta Desmurget, aún no es tarde para repensar el tiempo que pasamos frente a la pantalla y fomentar la lectura. Porque leer significa cuidar nuestra salud en todos los aspectos y siempre es un buen momento para volver a ello.

 
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