40 años de leyenda – .

40 años de leyenda – .
40 años de leyenda – .

El 57° Festival de la Leyenda Vallenata, que se realizará hasta el sábado 4 de mayo en Valledupar, dedica su homenaje central a Iván Villazón Aponte, Cantante y compositor que cumple 40 años de carrera en la música.

Autor de canciones como El arcoiris, Mis penas, Terminaste con mi vida, El amor de tu vida. Fue nominado al Grammy Latino en 2015 por su álbum El Camino de Mi Existencia.

(Documental especial: ‘Vallenato, una canción contada’: viaje al origen y corazón del Festival de la Leyenda Vallenata)

​Ricardo Arquez, escritor mompoxino y analista del diario Portafolio, quien actualmente trabaja en un proyecto de investigación sobre la carrera y vida del artista Iván Villazón, el cual lleva por título ‘Vivo para cantar’, compartió la siguiente nota en homenaje al artista vallenato

Iván Villazón Aponte ha llevado sobre sus hombros un importante compromiso con hacer música vallenata, no es sorpresa para nadie.. El artista colombiano, con 40 años de carrera musical (1984-2024), se ha consolidado como una de las figuras más importantes e influyentes del género vallenato.

Su obra musical se ha enmarcado en una población que ancestralmente decidió expresar su identidad y sentimientos colectivos a través de una música innovadora y a la vez radical. Estos rotundos planteamientos nos llevan a preguntarnos: ¿Qué ha representado y cómo sigue vivo en el palé? Iván Villazón encarna la esencia del vallenato tradicional, y, con un estilo que ha innovado con tipos de canciones, sin haber deteriorado la esencia misma de lo vernáculo, heredando y preservando los valores y sonidos auténticos del género. Su impecable dominio de su inconfundible voz de “tenor” y su extenso repertorio de vallenatos clásicos lo convierten en un guardián de la memoria musical.

“Mi musicalidad viene por parte de mi padre, mi abuela paterna Ana María de Armas Pumarejo quien tocaba guitarra, tiples, a su vez mi bisabuela Clemencia Pumarejo tocaba piano, violín.”

La vida en la música de Iván Villazón ha sido una “variante” de la cultura regional, el concepto como persona y como cantante lleva a considerar la génesis, que ha avanzado como un eco eterno hacia el sentimiento colectivo en la memoria histórica. de la NACION. A medida que su espíritu musical se disparó, su influencia a través de su mentalidad y liderazgo continuó resonando en el “alma” colectiva, dejando una marca indeleble en el panorama cultural de Colombia y más allá. Su legado sirve como un faro de inspiración para las generaciones venideras, recordándonos el poder transformador de la música y la belleza perdurable del patrimonio cultural. Lo anterior define su dimensión, llama a pensar en sus particularidades cognitivas, su carácter, disciplina y creatividad, para explicar por qué y cómo su involucramiento con la música vallenata produjo resultados efectivos.

La narrativa en la vida y obra de Iván Villazón, desde un principio, conectó profundamente con el pueblo, Desde un principio tuvo contacto con las fuentes espirituales de Urumita, Pueblo Bello y el río Guatapurí. La dimensión natural del Cerro Pintao donde brota una gran reserva hídrica, penetró con fuerza oralmente en su sociología humana. El camino concebido por Iván a lo largo del tiempo va in crescendo mientras descubre y construye al artista interior a través de la conciencia que adquirió de sí mismo frente a la música.

Bajo el palo e’ mango, en la Plaza Alfonso López de Valledupar, entre la sombra abrazada calmando el calor del sol penetrante que se cernía sobre la piel de la gente, con sus palabras que caminaban solas, contaron cómo Iván surgió del agujeros en la tierra. El ámbito social y político que se tejió en la época. Valledupar, y el resto del territorio, pertenecieron al Departamento del Magdalena hasta 1967 cuando logró su autonomía, como nuevo Departamento, entonces Iván Villazón Aponte tenía 8 años. Vivió en una sociedad campesina y rural (hasta mediados del siglo XX). Un manto blanco de algodón se extendió por casi todo el territorio (1950 y 1980).

Durante este período se produjo el “despertar” de Valledupar, luego de un largo tiempo de letargo y aislamiento. Iván Francisco, desde un principio, creció en ese entorno social de tradiciones culturales. El papel de su padre Crispín como impulsor político de la creación del Departamento del Cesar. En ese ambiente se complementó su formación, experiencias sociales y culturales. Tenía una marcada conexión con lo provinciano, el paisaje regional con el espíritu de las fuentes de agua, los cantos lácteos, la tradición oral que germinaba silvestre, junto con la música de banda y vallenato que empezaba a brotar, penetraron en el alma de Iván. . Bebió de esos manantiales espirituales.

Urumita y Pueblo Bello fueron un reducto que ayudó a Iván a conectarse con la naturaleza, con el ecosistema oral y folclórico. En la casa de sus abuelos Pedro Nel Aponte Marzal y Blasina López Baquero, fue un refugio donde empezó a sentir el fuego del folklore sonoro como visión manifiesta, porque en casa de sus abuelos vivía Rafael Escalona, ​​y Ada Luz su hija mayor. nació allí. Asistían con frecuencia músicos de banda y grupos vallenatos, lo que dejó huella en los ojos de Iván. Todas estas escenas produjeron el marcado de una estructura cultural y social a la que Iván ha obedecido.

Iván Villazón es consciente del impacto que puede tener la industria musical, que las masas sociales pueden ser manipuladas para promover antivalores. Villazón ha tenido respeto por las masas o el público que consume lo que canta, ha tenido un firme compromiso con el propósito de la música: unir a familiares y amigos, no condenar a la sociedad a la destrucción moral y convertirlos en presa fácil. del consumismo con canciones banales. Villazón no pertenece a un engendro que fomenta un antivalor cultural ante lo que sucede con determinados estilos musicales. Villazón recrea en cada escena el artista que lleva dentro, e Iván no grita mientras canta. Hay muchos cantantes de música vallenata que gritan. Iván es un caballero en el escenario, en su estilo no oculta para nada que es cantante y que es cantante. A Iván Villazón no le gustan las canciones abusivas ni machistas», subraya su firme postura frente a los contenidos nocivos. Se niega a comprometer su integridad artística promoviendo canciones que perpetúan estereotipos negativos o alientan la violencia contra las mujeres.

Se dice en Valledupar que sin tener necesidades desplazó los compromisos familiares por su radical “abandono” a los estudios. El origen “genético” del que germinó musicalmente, evidentemente la música se le quedó pegada en las arterias, así lo expresó Iván:

“La musicalidad viene por parte de mi padre, mi abuela paterna Ana María de Armas Pumarejo quien tocaba guitarra, tiples, a su vez mi bisabuela Clemencia Pumarejo tocaba piano, violín, además de que por parte de los Mestres también tenía una formación musical. ancla, del lado de los Baqueros sangre de Emiliano Zuleta Baquero, también hubo un ramillete de música”.

Su capacidad para elegir letras de canciones ha capturado los corazones de millones.. Iván Villazón es un artista que ha sabido preservar la esencia del vallenato, adaptándose a los nuevos tiempos sin perder su identidad. Un legado que lo consolida como un ícono cultural de Colombia en 40 años de leyenda.

Iván Villazón y el escritor Ricardo Arquez.

Foto:Cortesía del autor

Ricardo Árquez Benavides
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