“Todas las patrias son en realidad imaginarias” – .

Las últimas palabras de Adolfo Eichmann, el arquitecto del Holocausto y la Solución Final, fueron estos; “¡Larga vida a Alemania! ¡Viva Austria! ¡Viva Argentina! ¡Nunca te olvidaré!”. La cita que el escritor y periodista Jorge Fernández Díaz optó por abrir la charla con su homólogo español Sergio del Molino (Madrid, 1979) en el 48ª Feria del Libro No fue nada extemporáneo: el libro que el autor ibérico vino a presentar este sábado se titula, precisamente, alemanes y, como explicó con gracia el propio Del Molino hace tres meses, cuando ganó el Premio Alfaguara: “Si se titula alemanes y no aparecen nazis, devuélveme mi dinero”.

El periodista y narrador Jorge Fernández Díaz conversó con el escritor español Sergio del Molino en la Feria del Libro. Fotos Emmanuel Fernández

También en enero, al ganar el XXVII Premio Alfaguara de Novela, el autor dijo que alemanes trata de uno “de los Los episodios más vergonzosos y menos divulgados de la historia de España.”. Del Molino tomó una evento real que ya había abordado años atrás en el ensayo Soldados en el jardín de la paz: la llegada al puerto de Cádiz en 1916, en plena Primera Guerra Mundial, de dos barcos con más de 600 alemanes procedente de Camerún.

Esta noche, frente a la sala Adolfo Bioy Casares con sus 80 escaños ocupadosrecuperó esa historia: “Durante la Primera Guerra Mundial, los colonos alemanes que vivían en Camerún aprovecharon la frontera con lo que entonces era Guinea Española para Entregarse a las autoridades españolas., que era una potencia neutral en el conflicto. Es así como son llevados, bajo la figura de internados y jurisdicción militar, a la península y a la ciudad de Zaragozaque es donde vivo”.

Del Molino dijo que, si bien fue “una comunidad muy pequeñaSin embargo fue muy influyente y desarrolló una relación con el nazismo lo cual está muy poco estudiado”.

Dos temas de interés

La novela alemanes, Así, sus protagonistas son Fede y Eva, dos descendientes de una de esas familias que “en realidad son una historia ficticia aunque podría ser la historia de cualquiera de esas familias a quien conocí hace unos 15 años”, señaló.

Al escritor le interesaron estas referencias de la historia de España porque concentraban, dijo, dos temas que le son especialmente cercanos: dislocación y esa sensación de ser un intruso, por un lado, y la creación de patrias imaginarias: “Aunque tengo que decir que para mí, todas las patrias son en realidad imaginarias”, aclaró. Pero estos alemanes ciertamente vivieron en una Alemania imaginaria y fomentaron un sentimiento de casta manteniendo el idioma y las costumbres”.

Además, indicó que estaba interesado en analizar Cómo el pasado de una familia puede influir en el presente: “Esto es lo que les pasa a estos personajes, cuyos traumas no tienen que ver con sus acciones sino que provienen de sus antepasados ​​para arruinarles la vida sin que ellos puedan hacer nada para evitarlo”, afirmó.

El periodista y narrador Jorge Fernández Díaz conversó con el escritor español Sergio del Molino en la Feria del Libro. Fotos Emmanuel Fernández

“Hay dos maneras de escribir una novela”, explicó Fernández Díaz: “la improvisación avanzar línea por línea o el estudio metódico De todo el material y la planificación disponibles: ¿cuál es el tuyo?” quería saber. Del Molino consideró que ambos en distintos momentos del proceso: “Pienso escribiendo, o sea, para saber lo que pienso, necesito escribir. Pero luego, rompo, rehago y no tengo problema en reformular”, describió.

La muerte de un hijo

El autor que vive en Zaragoza también informó otros de sus libros. La hora violetaun ensayo autobiográfico que escribió poco después la muerte de su hijo pablo“que no es un diario sino algunas cosas que escribí de manera muy anárquica hasta que mi esposa me convenció de que sería bueno que le diera forma de libro”, puntualizó.

El libro ganó el Premio Tigre Juan y el Ojo Crítico de Narrativa, entre otros. Con La hora violeta sucedieron cosas extraordinarias: “Primero, encontró un editor muy entusiasta. Luego, encontró lectores, premios y una recepción literariaque era lo que me interesaba”, recuerda el autor.

El segundo libro sobre el que Fernández Díaz quiso conocer detalles fue La piel: “Desde los 20 años sufro de psoriasis, que es una enfermedad autoinmune que en mi caso aparece en un grado que, para los médicos, resulta “interesante”. Estoy controlado pero con el tiempo me di cuenta de que ese cuadro estaba condicionando mi relación con el mundo”, explicó.

Por lo tanto, en La piel, explora el vínculo que otros escritores anteriores a él tuvieron con este mismo mal: desde Stalin, John Updike o Nabokov: “Traté de comprender cómo me afectaba explorando las vidas de otros pacientes”. dicho.

El escritor español Sergio del Molino durante la rueda de prensa celebrada este jueves en Madrid, tras recibir el XXVII Premio Alfaguara de Novela por ‘Los alemanes. EFE/Rodrigo Jiménez

Al final del diálogo, el escritor argentino quiso saber cómo era La relación de Del Molino con Buenos Aires. Recordó que la capital argentina fue la primera ciudad latinoamericana que conoció, hace veinte años porque se había desarrollado con esta metrópoli. una “relación cultural”, por lo que representó el descubrimiento de Julio Cortázar para un joven que apenas comenzaba a escribir”. Además, dijo que escuchó a Charly García en una España donde nadie sabía quién era el músico del bigote bicolor. “Buenos Aires es parte de mi educación sentimental”, concluyó.

 
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