De libro de culto a serie de lujo

De libro de culto a serie de lujo
De libro de culto a serie de lujo

De libro de culto a serie de lujo

La bostoniana Amor Towles sorprendió en 2016 con una segunda novela, Un caballero en Moscú (editorial Salamandra), llena de ingenio y humanismo y escrita con la prosa más grácil imaginable. Su héroe fue el conde Aleksandr Ilich Rostov, un aristócrata ruso que sobrevivió a la revolución bolchevique gracias al poema teóricamente subversivo que escribió en 1913. El tribunal conmutó la pena máxima por un único arresto domiciliario: deberá pasar el resto de sus días en el Metropol. Hotel. , donde residía desde hacía unos años, además de renunciar a su dinero y posesiones. Además, ya no vivirá en su lujosa suite con vistas al Teatro Bolshoi, sino en condiciones mucho peores, en uno de los pequeños dormitorios del ático donde un día se hospedaron los mayordomos y criadas de los huéspedes del hotel.

Estaba claro que la vida de Aleksandr en ese microcosmos decadente y, al mismo tiempo, lleno de vida, exultante de vida, daba lugar a una gran serie, y de hecho el proyecto ya estaba en marcha en 2017, inicialmente con Kenneth Branagh como protagonista. En agosto de 2022 se anunció un sustituto nada despreciable: sería Ewan McGregor quien se dejaría un imponente bigote para encarnar a ese noble que además era nada despreciable, educado, amable, pensador, lector, conversador, pero también capaz de asestar un buen golpe. si la situación no deja otra solución.

El trabajo de McGregor por sí solo es motivo suficiente para acercarse a Un caballero en Moscú (SkyShowtime y Movistar Plus+), una serie casi tan depurada como su protagonista, en la que se dosifica la información y se deja filtrar la emoción pausadamente entre los encuentros. . El actor del Moulin Rouge sabe cómo hacer reír cada vez que quiere, pero no es menos hábil a la hora de captar la melancolía de un hombre que ha perdido a su familia y su clase, la vida que conocía.

Lo que le espera ahora, sea lo que sea, tampoco es tan malo. Se hace muy amigo, curiosamente, de una niña de nueve años, Nina (Alexa Goodall), que conoce todos los pasadizos secretos del lugar y quiere saberlo todo sobre las princesas y los duelos de la vida pasada del conde. El interés amoroso de Rostov es la actriz Anna Urbanova (Mary Elizabeth Winstead), cuyas películas, asegura la sabia Nina, no son nada buenas. Anna queda muy intrigada por el misterio que rodea al conde; el misterio de “¿lo harán o no?” Dura muy poco. Pero el amor… el amor es otra cuestión, un verdadero misterio.

Este es un mundo en el que, a pesar de la falta de libertad, uno quiere quedarse y vivir. El guionista Ben Vanstone (All Creatures Great and Small), también creador de la serie, cuenta con estupendos e íntimos diálogos, en algunos casos bastante similares a los del original literario, todo hay que decirlo. El director principal Sam Miller tiene el clásico moderno I Could Destroy You en su currículum. Y las maravillosas salas del Metropol corren a cargo del diseñador de producción Víctor Molero, talento español recientemente contratado también en la muy recomendable Criminales.

 
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