De amores humanos y animales, un nuevo libro de la poeta Natasha Valdés – .

De amores humanos y animales, un nuevo libro de la poeta Natasha Valdés – .
De amores humanos y animales, un nuevo libro de la poeta Natasha Valdés – .

Un libro que revela el amor por los animales (para algunos, nuestros “hermanos menores”) y un profundo conocimiento de ellos, especialmente de aquellos domésticos que nos acompañan en la vida diaria: perros, gatos, similares y tan diferentes a la vez.

Pero no sólo eso, el poeta y escritor nos habla del origen de algunos, como el nacimiento del tigre, que nace del amor casi prohibido entre una joven leona y una hermosa pantera; Nos describe los bonobos, las ballenas jorobadas, los delfines que alguna vez fueron humanos, los cangrejos que caminan de lado, los búhos, los canguros y su maternidad, los osos y los lobos, estos últimos antepasados ​​de nuestros perros.

Este es, pues, un libro que a veces se remonta a los inicios de la creación, pero que se inserta en nuestro tiempo. Es una mirada mítica, poética, enamorada de la zoología, del mundo de los animales. El conocimiento que el autor tiene de su comportamiento es sorprendente y más que científico: es poético, cordial, sincero.

Prosa y poema se combinan en estas páginas. Las historias de la creación, y aquellas otras escritas desde el alma del propio animal, transfigurando la voz del poeta en la del animal. Son poemas muy sencillos, coloquiales, como si hablaran a quienes los inspiran.

Por ejemplo:

“Eres devoción hecha ternura/ nunca me juzgas ni me criticas/ perdonas mis errores/ eres feliz con mis triunfos/ te duelen mis heridas/ que lames con tesón de terapeuta/ me curas en cuerpo y alma/ guardiana amorosa sanador/ nadie podrá superar/ tu fidelidad ni tu nobleza” (Mi perro, p. 109). Aquí la voz lírica es la del poeta.

En otras ocasiones, la voz pasa a la experiencia del “hermano pequeño”, fusionándose con lo humano: “Este dolor es el odio descargado en mi cuerpo culpable de sentir hambre y frío. Me patean, me lastiman, me tiran piedras. Sólo vengo a pedir algo de comer. Me dicen palabras duras y amargas. ¡Simplemente hundo la cola y las orejas y salgo corriendo! (Perro herido, fragmento, p. 108). Es muy difícil para el lector atento no trasladar esa experiencia del animal al humano. Aquí se juntan y son gemelos, perro y hombre o mujer.

Otra cita: “Sabía que ella tenía comida. La seguí por cuadras llenas de gente y traté de llamar su atención pisándome entre sus piernas, pero ella caminaba rápido y me evitaba; Llevaba una bolsa con algo pesado y miraba unos papeles. Su olor era similar al de mi madre; aunque apenas la recuerdo. De vez en cuando, un sonido agudo salía de su bolsillo y ella metía la mano, sacaba una caja y hablaba sola. Noté cierta ansiedad en su voz, casi gritaba y pensé, ‘ella me necesita, no la voy a abandonar’” (Stalker, fragmento, p. 107).

El cuento Orión narra la separación de la poeta con su perro, al cual nombró como recuerdo de un perro héroe que salvó a muchas personas (¡la importancia de nombrar!), esta vez la poeta-narradora escribe: “Te fuiste una mañana de Navidad y Con mi llanto me creció nieve. Lloré tormentas de invierno, el invierno en el que ya no calentaste mis pies ni mi alma, Con fuerza de loca rompí la tierra fría hasta hacerte un lecho que acune tus restos y mi dolor. // ¡Escribí una lápida y estas palabras para nunca olvidarte! (Orión, fragmento, p. 113).

También me han conmovido otros cuentos y poemas: La jauría (con el paso del lobo al mismo ya domesticado, transformado, pero con recuerdo de sus orígenes), Promesa, Dolor de puta, este último: “Dejaré de hablar / las palabras engañan / mejor maúllo, ladro, grazno, ululo/ me convierto en un perro parido/ con ojos penetrantes y dientes alerta/ cuyos cachorros son arrebatados”.

Y uno de los textos más intensos del volumen: Linaje de perra, en el que encontramos la transición entre el lobo, el perro y la apasionada condición humana de la voz lírico-narrativa: “Éramos jóvenes. Tú, el líder de la manada, podrías elegir a cualquier mujer” (p. 121) […] “¡Perros! Entonces soy una perra y parezco un lobo. Qué listo que me llame así: loba. “¿Cómo dejé de ser lobo y me convertí en perra?” (pág.123) […] “Soy una mujer. ¿Qué significa eso? Nací en un lugar frío, lleno de sonidos y máquinas. Una humana me abraza y me acerca a su pecho y siento el sabor a leche y amor. […] Tengo varias camadas de humanos. No conozco a los padres. // Mi linaje sigue siendo el de una perra” (págs. 126-127).

Y la poeta finaliza con un canto a su gato, otro de sus queridos compañeros: “Tus ojos son las monedas/ que le daré a Caronte/ el oro profundo/ de tus ojos/ vale la pena el viaje” (Monedas, p. 141 ).

Un intenso libro de amor por la creación animal, con ilustraciones de Pamela Espinoza: Natasha Valdés transforma ese amor en poesía, en historias que se sumergen en la experiencia humano-animal, amorosas, recíprocas, con promesas de eternidad. Quienes amamos y amamos a nuestros “hermanos menores” (o “mayores” a veces, “según el lente con el que se mire”), sabemos qué mueve la mano que puntea la cuerda interior tensa y afinada del poeta.

Ficha de datos:

Zoología Amorosa, Natasha Valdés, Ediciones del Gato, 1.ª edición diciembre 2023, 147 páginas.

 
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