gramoAbril García Márquez Escribió lo que vio en Colombia para que el mundo lo leyera y, diez años después de su muerte, su legado en la literatura y el periodismo está más vivo que nunca, afirma el director general de la Fundación Gabo, Jaime Abello Banfi.
Magnífico narrador de historias reales como si fueran historias del universo mágico de Macondo, Gabo tuvo una fuerza narrativa reconocida con el Premio Nobel de Literatura en 1982 y por una legión de lectores y admiradores que hacen de su “legado definitivamente vivo y activo”. .” , que está evolucionando”, afirma Abello.
“Él El legado de Gabo Está presente de muchas maneras en la vida cotidiana de los colombianos. Es parte de nuestra cultura popular, está en los billetes que usamos, nos sentimos identificados con el nombre Macondo y todos, en un momento dado, vamos a usar el adjetivo Macondiano”, señala.
García Márquez Nació en Aracataca, pueblo del departamento de Magdalena, el 6 de marzo de 1927, y falleció a los 87 años un día como hoy, 17 de abril, pero de 2014, en la Ciudad de México, donde vivió durante un buen tiempo. parte de su vida tras recorrer medio mundo dedicado a la literatura y al periodismo, al que definió como “la profesión más bonita del mundo”.
Según Abello, la fascinación que ejerce el autor de Cien años de soledad Es tal que en el país “hablamos de los personajes y de los libros de Gabo aunque no los hayamos leído y nos damos cuenta de que es el colombiano más importante o uno de los más importantes que ha habido en nuestra historia”. “Nos sorprende que, después de diez años, aparezca un libro póstumo (Nos vemos en agosto), que anuncia claramente que no fue aprobado por él, pero que la familia ha decidido proponerlo a una editorial y que despierta tanto Hay mucho interés a nivel mundial porque antes de fin de año habrá ediciones en todos los idiomas importantes, más de 30 en los cinco continentes”, subraya.
Por ello, añade: “García Márquez se lee en todo el mundo”.
“Era un hombre apasionado por los derechos humanos, la justicia social, el periodismo, el cine, la creatividad y por supuesto, el cuento y la creación literaria”, dice Abello sobre la versatilidad del autor. Además de su obra literaria, Gabo dejó una profunda huella en el periodismo, profesión que ejerció con pasión y que, junto con el cine, fue otra de sus formas de creación.
Ese legado late en el Fundación Gabocreado por él mismo, “para formar, movilizar, apoyar a los periodistas” y que cada año celebra un festival en el que entrega el Premio Gabo, un galardón “que nos muestra la vivacidad del periodismo en lengua española y portuguesa”.
Efe
