Esta no fue una descripción ligeramente redactada: el propio Juan Pablo II incluso se refirió a Monseñor Sainz como “mi nuncio más político”; Aunque, tras estudiar Derecho y decidirse por el sacerdocio siguiendo lo que se consideraba una vocación tardía, las expectativas del recién ordenado Sainz se orientaron más hacia las tareas de la vida parroquial.
Pero, en 1967, una decisión inesperada de las más altas esferas del Vaticano lo llamó a Roma para unirse a la Pontificia Academia Eclesiástica, la selecta institución que forma a sus estudiantes en la diplomacia más antigua y prestigiosa del mundo.
Desde entonces, la carrera del español -nombrado obispo en 1988- se proyectaría hacia múltiples frentes de ese mundo difícil en el que aún ardían los rescoldos de los grandes conflictos que habían marcado el siglo XX.
A principios de los años 70, monseñor Sainz jugaría un papel muy relevante como miembro de la delegación de la Santa Sede en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, cabeza de puente muy importante para los cambios y la apertura que se iban a producir. la eliminación del Telón de Acero. A partir de ahí, su colaboración con el histórico cardenal Agostino Casaroli le convirtió en uno de los hombres clave de la llamada Ostpolitik vaticana. A principios de los años 70, monseñor Sainz jugaría un papel muy relevante como miembro de la delegación de la Santa Sede en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, cabeza de puente muy importante para los cambios y la apertura que se iban a producir. la eliminación del Telón de Acero. A partir de ahí, su colaboración con el histórico cardenal Agostino Casaroli le convirtió en uno de los hombres clave de la llamada Ostpolitik vaticana.
En 1978, a propósito de la disputa por el Canal de Beagle entre la dictadura chilena de Pinochet y la de la Junta Militar argentina, el almadén voló al Cono Sur junto al cardenal Samoré, donde ambos, como representantes de la mediación papal, lograron detener una guerra inminente en el último minuto.
En 1989, año de la caída del Muro de Berlín, Sainz debutó como nuncio en Cuba en la que Fidel Castro buscaba resistir a la perestroikamientras que la nueva situación precipitó a la isla hacia el llamado “período especial”.
El libro recuerda las ocasiones en que Castro visitó la sede diplomática del Vaticano en La Habana; unas apariciones no anunciadas, que, sin embargo, monseñor Sainz solía vaticinar con la irónica frase: “La Verdad está por llegar”.
En 1992, el prelado fue designado para dirigir la nunciatura de un Zaire que, en plena descomposición del régimen de Mobutu, vivía una violencia aterradora agravada por el genocidio de Ruanda. De regreso a Europa, Sainz Muñoz fue nombrado por Wojtya primer nuncio ante la Unión Europea, y sus esfuerzos se centraron en intentar lograr el reconocimiento expreso de las raíces cristianas de Europa en el texto de la Constitución comunitaria que finalmente no fue aprobado. . La carrera diplomática del prelado español se vio truncada repentinamente cuando, al frente de la nunciatura en Londres, y tras organizar la visita oficial de Benedicto XVI al Reino Unido, una enfermedad terminal le obligó a jubilarse.
La biografía escrita por Reyes Matheus, en la que se han incluido cartas y documentos del archivo personal dejado por monseñor Sainz, es un acercamiento humano al personaje., a quien también podemos ver, en las numerosas fotografías que acompañan el texto, durante sus encuentros privados con figuras como la Madre Teresa de Calcuta, los Reyes Juan Carlos y Sofía de España, la Reina Isabel II de Inglaterra, Fidel Castro y, por supuesto, por supuesto, los pontífices Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. El itinerario de vida del obispo español se convierte así en un recorrido por los grandes procesos que marcaron la posguerra: la Guerra Fría, la descolonización, la revolución marxista en América Latina, la Transición española, la unidad europea. Todo esto se examina a la luz de los desafíos asumidos por la Iglesia católica, desde la convocatoria del Concilio Vaticano II, para renovar su misión pastoral en el mundo contemporáneo.
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FUENTE: REDACCIÓN
