Con autorización de la editorial Grijalbo publicamos un fragmento del primer capítulo del libro Hace tiempo. La vida de Gustavo Ceratidel periodista Sergio Marchiquien hace un biografía del líder de Soda Stereo basada en entrevistas a sus allegadosy las que él mismo hizo durante su carrera al autor de En la ciudad de la furia.
Al calor de los bises Gustavo Cerati Captó la sonrisa y el movimiento ascendente de su cabeza. carlos santana que lo invitó a dar una vuelta más en solitario al monumental espectáculo que se había montado en El Campín de Bogotá, Colombia. “Esa noche Gustavo la rompió”, dice Adrián Taverna, ingeniero de sonido de toda la carrera de Gustavo y uno de sus más grandes amigos.
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Santana es intrínsecamente generoso pero no es un hombre demagógico: si pidió otra ronda fue porque realmente la quería. Lo disfrutó más que el propio Gustavo, serio, concentrado y trabajando duro.
No podía fracasar: no quería fracasar. Y ella no lo hizo. ¿Lo disfrutó? Hmmm, es difícil darle un giro a esa experiencia dentro de su cabeza, porque tenía miedo de que la emoción arruinara su solo. Después de todo, se trataba de una improvisación en torno a “Exodus”, una canción de Bob Marleya lo que uno de los cantantes de Santana insertó algunos versos de “Get Up, Stand Up” para que la gente cantara.
Pero esa noche el público quedó más enganchado con los solos de Santana y Gustavo juntos. Los colombianos no hacían distinción entre ambos: adoraban a ambos sin reparos y quedaban fascinados por la unión de dos guitarristas universales. Sandro Pujía, iluminador de refresco estéreo y buena parte de la carrera solista de Cerati coincidió con Adrián: “Lo que tocó Gustavo esa noche fue algo increíble”.
El 15 de marzo de 1996 llovió furiosamente sobre Bogotá y las fuerzas naturales parecieron concentrarse aún más en El Campín y las 35 mil personas que resistieron la tormenta.
santana Había llegado temprano para la prueba de sonido y decidió quedarse en el estadio porque ese día el tráfico era atroz: sería agotador ir y volver del hotel.
Taverna también fue una de las primeras en estar presente; Se quedó esperando la llegada de refresco estéreo para la prueba de sonido y recibí las bendiciones que carlos santana solía enseñar. “El tipo nos saludó a todos”, cuenta Adrián, “y detrás de él venía el encargado encendiendo manojos de incienso que desprendían un olor tan fuerte que era insoportable al aire libre; Fuiste al camerino de Santana y encontraste un altar: su Dios en ese momento era Haile Selassie. Él estaba ahí afuera con su gorra hindú “Ya saludé a todos”.
-Eso Dios Que te bendiga, hermano – sonreía a todo aquel que cruzaba su mirada yóguica.
Alguien informó que el refresco estéreo y santana Dijo al aire, sabiendo que alguien lo iba a escuchar: “Quiero invitar a Gustavo a tocar”. No dijo Soda Stereo, dijo Gustavo, como si lo conociera del barrio. “Parece que vino con datos”, reflexiona Taverna, que cogió el relevo y respondió en su nombre: “¡Vaya, le va a encantar! Gustavo te admira desde niño y apuró sus pasos para ir a decírtelo.
-Gus, Santana quiere que vengas a jugar con él esta noche. Ahora viene a verte.
-¡No puedo creerte! –El rostro de Cerati se iluminó.
Aunque hacía mucho tiempo que no escuchaba su música, gustavo Fue una invitación celestial: el primer recital de su vida fue el que dio santana en el “Gasómetro”, el histórico y desaparecido estadio del club de fútbol San Lorenzoen el vecindario boedo. Era el 16 de octubre de 1973; con algunos amigos mayores, que excepto uno no pertenecían al círculo de los colegio sanroque, Peregrinó lleno de emoción hasta el concierto.
En aquella época, los músicos de roca internacional no alcanzó el Argentina. La llegada de Santana encendió el entusiasmo de los melómanos y se realizaron cuatro funciones, una enormidad para la época: las dos primeras, con entradas carísimas, en el cine-teatro Metro; el tercero, un poco más barato, en el parque Luna al día siguiente, y el último en la cancha de San Lorenzo a precios populares, que era lo máximo que podían estirar los bolsillos de Gustavo y sus amigos.
Disfrutó mucho la experiencia de asistir a una primera espectáculo de rock y salió del estadio emocionado, ardiendo por la ardiente música de Santana, con las hormonas hirviendo. Y ahora, veintitrés años después, era el propio Santana quien quería jugar con él. Para Cerati fue un impulso porque la gira por refresco estéreo Fue todo un éxito, y de hecho acababan de grabar un disco mentiroso. desenchufado (acústico) para mtv, pero el grupo estaba en un acelerado proceso de desintegración y la mala vibra era palpable como un muro. Hablaron entre sí cuando fue necesario y principalmente a través de intermediarios.
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“Gustavo se volvió loco con la invitación”, dice Taverna; Escuchábamos mucho a Santana al principio. Estaba en un estado entre feliz y asustado, y se preguntaba qué tema podría tocar con él”.
“Creo que Santana invitó a Gustavo a tocar a pedido del promotor del espectáculo”, sugiere el empresario colombiano Julio Correal, amigo de Cerati. Pero la cosa parecía venir de hace mucho tiempo. Al parecer, en 1989, Carlos Santana recibió un CD de Soda Stereo de manos del argentino Rudy Pensacuya tienda de instrumentos en la calle 48 de la ciudad de Nueva York se ha convertido en una especie de La meca de los músicos de todas las latitudes. Y además, Santana fue uno de los primeros en recibir el patrocinio (e instrumentos) de guitarras PRS (Pablo Reed Smith). Fue el propio Pensa quien Le vendió uno a Cerati.