Antes de que existiera el cine, estos libros eran como viajar a otro lugar sin salir del lugar
19 de septiembre de 2023, 09:01
Siempre me ha parecido de lo más interesante. como avanza la tecnologia. Hoy en día es desolador afrontar cambios como plantearse viajar a otros planetas o que la IA de una máquina pretenda quitarme este trabajo, pero si hay algo que me fascina especialmente no es mirar hacia el futuro, sino mirar hacia el futuro. pasado.
Encontrar los puntos de conexión que marcaron la inspiración de diferentes creativos a lo largo de la historia y ver cómo esas ideas se retuercen y transforman en lo que podemos disfrutar hoy me parece un ejercicio fantástico. Este libro de 1830 y su conexión con nuestra actualidad realidad virtual Creo que es el mejor ejemplo de esto.
Viajar sin moverse del lugar: edición de 1830
Si pensamos en la realidad virtual, es fácil reducir la idea a la posibilidad de desplazarnos a otros mundos, ya sean reales o inventados, a través de un dispositivo. A partir de ahí podemos añadir interacción, narrativa y demás fanfarrias que terminan de decorar el conjunto, pero en esencia siempre he visto esta tecnología como una forma de haz que mis ojos viajen a lugares a los que mis pies probablemente nunca podrán viajar.
Conscientes de hasta qué punto ni las gafas 3D ni otras tecnologías recientes son capaces de igualar esa sensación, asumiendo que la realidad virtual es algo tan familiar y actual que sería difícil encontrar un punto de partida que tenga un potencial similar mirándola. Atrás, hace unos días me encontré con esto en las redes sociales.
De la mano de un libro con sus páginas pegadas en forma de acordeón, esta joya de 1830 valorada en 2.462€ Su intención es trasladarnos al París de la época para mostrar al gran público cómo era el Jardín de las Tullerías.
---La idea es que, una vez desplegado, el “lector” se podía ver a través de tres agujeros diferentes en su tapa, recreando la sensación de un entorno 3D Gracias a la profundidad y la perspectiva, presencia de primera mano una recreación del lugar que iría más allá de simples fotografías o pinturas incapaces de proporcionar esa sensación de engañar a la vista haciéndote creer que estás allí.
El origen de los libros de túneles.
Entiendo hasta qué punto la idea, vista con los ojos de hoy, difícilmente puede relacionarse con la experiencia de que algo tan vanguardista como el realidad virtualpero es justo ahí donde tenemos que hacer un ejercicio de empatía, ponernos en la piel de la gente de aquella época e intentar entender cómo este tipo de libros se convirtieron en un éxito sin precedentes.
Teniendo en cuenta que en aquella época aún faltaban unos 40 años para la llegada del cine, la libros de túneles cualquiera espectáculo de miradas y su magia de perspectiva recreaba lugares a los que el ojo de aquella época podía viajar pese a la imposibilidad de que, en un mundo en el que el turismo era un lujo, sus pies pudieran hacerlo.
Antes de llegar al gran público y dar paso a obras más centradas en la infancia, dando forma así a la libros plegables que aún hoy podemos encontrar en las librerías, este tipo de experiencias eran llevadas de una ciudad a otra en forma de espectáculo en el que, colocado en una caja con un visor que protegía la creación de posibles daños, se elaboraba el libro. a disposición del público de a pie para que pudiera contemplar y maravillarse con sus recreaciones a cambio de un puñado de monedas.
Inspirándose en el mundo del teatro y en las puestas en escena que se llevaron a cabo en grandes obras, los libros del túnel, que llevan el nombre de la explosión de la fórmula durante la celebración de la construcción del túnel bajo el río Támesis, estas maravillas tecnológicas de nuestra gran -Los abuelos vivieron una gran explosión hasta otro espectáculo, el de la llegada del cine de los hermanos Lumière al París de 1895convirtió aquel espectacular invento en algo obsoleto.
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