Tras su liberación anoche tras ocho meses encerrado, Dweik, de 75 años, afirmó que la prisión del Néguev, situada en el sur de Israel, es la peor del mundo.
Lamentablemente, nos enfrentamos a un Estado canalla, que abusa de los prisioneros en todos los sentidos, afirmó el político, citado por el portal de noticias Al Quds.
Dwik destacó que el trato a los prisioneros en estas penitenciarías indica que Israel “ha perdido los estribos y el equilibrio moral”.
Ahora, tras el estallido del nuevo ciclo de violencia, el pasado 7 de octubre, el trato es verdaderamente terrible, a diferencia de épocas anteriores, en las que había cierto respeto por la humanidad de las personas, afirmó el legislador, quien padece diabetes y otras enfermedades.
Precisamente, explicó que en esta ocasión no tomaron en cuenta su situación de salud.
En el centro de detención de Etzion, donde pasé más de 15 horas, confirmé la muerte del joven Arafat Hamdan por falta de atención médica, subrayó.
Abd al-Rahman Mar’i, que pidió que no insultaran a sus padres, fue asesinado en la prisión de Megiddo y su cuerpo fue transportado en una bolsa negra, dijo.
Indicó que todos los presos pasan hambre, sin excepción, debido a la poca cantidad de alimentos que se les brinda.
Durante mi estancia allí no recibí atención médica, aunque mis captores conocían mis problemas de salud, ni recibí visitas ya que estamos aislados del mundo exterior, señaló.
Dweik, que sufre de anemia y falta de hemoglobina, explicó que la respuesta de los carceleros cuando los prisioneros piden algún medicamento o tratamiento es: “Hamás debe enviarles el medicamento”.
Esta semana, el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos reveló testimonios de palestinos torturados en prisiones y centros de detención israelíes en los últimos meses.
Citado por la organización, Samir Abdullah Jamal Marjan, de 23 años, afirmó haber sufrido palizas, descargas eléctricas, insultos y un intento de inyectarle sustancias desconocidas.
En la prisión de Ashkelon la situación era peor. Estuve en una celda de aislamiento y estuve 12 días sin comer, indicó.
Fattah Al-Aklouk, arrestado tres veces desde el 7 de octubre, informó que un compatriota, llamado Muhammad Al-Kahlot, murió como resultado de la tortura.
Un hombre de 65 años, identificado como S, confirmó los métodos de tortura y desaparición forzada de personas mientras estuvo confinado.
“Los 20 días de prisión parecieron 20 años, cada día fue una historia de torturas, golpes y humillaciones”, subrayó.
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