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ROMA.- Institucionalización de prácticas racistas, prejuicios, discriminación, abuso, maltrato, tortura, Terribles condiciones en los centros de recepción de migrantes -cárceles virtuales, muchas veces sin agua, sin calefacción, donde sirven comida podrida-, hacinamiento en las cárceles, donde aumentan los suicidios y donde destaca un encarcelamiento desproporcionado de personas de origen africano.
Es el resultado de la Primera misión que un equipo de expertos independientes de Naciones Unidas realiza en Italia con el objetivo de investigar la violaciónes de derechos humanos, especialmente contra personas de origen africano, por parte de las fuerzas del orden. Durante ocho días los expertos estuvieron en Roma, Milán, Catania y Nápolesdonde visitaron diversos centros de detención penal y administrativa, centros de permanencia y repatriación de migrantes, así como sedes policiales, donde conversaron con representantes de organizaciones civiles, jueces y fiscales.
La misión se desarrolló en el marco de Mecanismo Internacional de Expertos Independientes para Promover la Justicia y la Igualdad Racial en el Contexto de la Aplicación de la Leyque fue creado en julio de 2021 por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas después de la crimen de george floyd. Hasta el momento, con la correspondiente autorización, los expertos realizaron cuatro misiones: Estados Unidos, Brasil, Suecia e Italia.
Juan Méndez, abogado argentino de 79 años, experto en derechos humanos, que vive desde hace décadas en Estados Unidos -donde tuvo que exiliarse tras ser torturado por la dictadura por defender a presos políticos-, participó en esta misión en Italia. En entrevista con LA NACION en la sede de la Asociación de Prensa Extranjera, donde se presentaron los resultados, Méndez, profesor de Derechos Humanos en la Washington College of Law de la American University, no ocultó su alarma por la disminución del respeto a los derechos humanos y al derecho internacionalespecialmente en lo que respecta al fenómeno migratorio.
-Parece que hay una tendencia global a percibir al extranjero como un enemigo…
-Eso es cierto especialmente en los países del norte, en toda Europa y América del Norte, y se ve exacerbado por actitudes politicas que juegan demagógicamente con los sentimientos de la población. Pero desde nuestro punto de vista, esas razones, que pueden ser circunstanciales o de largo plazo, no justifican la violación de obligaciones internacionales del Estado. Evidentemente, reconocimos en nuestro informe que Italia tiene un problema grave eso no es de su creación, es decir del flujo de personas que vienen de todo el mundo, para entrar en Europa o quedarse en Italia y pensamos que es un problema importante, pero las soluciones tienen que centrarse dentro de los parámetros que escribe el derecho internacional y los derechos humanos y de los refugiados.
-Hablando de derecho internacional, a 75 años de la Declaración Internacional de los Derechos Humanos parece que hubo un retroceso, una regresión por lo que estamos viendo suceder…
–En materia de inmigración ciertamente hay una regresión y no es sólo en Italia, obviamente, e incluso en las medidas de protección que ofrece el derecho internacional. En otras áreas, el problema es que las violaciones de los derechos humanos adquieren un carácter y una forma diferentes a medida que cambian las circunstancias de la política internacional. Siempre hay nuevas formas de violaciones; es una tarea que nunca termina. Ahora bien, en cuanto al marco normativo del derecho internacional, afortunadamente todavía no ha habido muchos retrocesos, pero sí Intentos de reducir la protección contra la tortura en la lucha contra el terrorismo internacional.…Pero afortunadamente los estándares internacionales no cambiaron. Lo que sí, se vuelve muy problemático encontrar formas de implementación. Las normas no cambian, pero sí se deteriora la posibilidad de hacerlas cumplir.
-Usted calificó de muy problemático este acuerdo migratorio que Italia está cerrando con Albania para que los inmigrantes que lleguen a la península sean llevados a centros que se instalarán allí; el acuerdo entre el Reino Unido y Ruanda; y de Estados Unidos con México, que no es un acuerdo sino una imposición…
-Llamamos a los países a evitar trasladar migrantes a otras naciones porque es algo que pone en duda la responsabilidad del primer Estado que los recibe. No son infracciones automáticamente porque dependen de las condiciones y duración del plazo., pero está claro que son medidas para desalentar la migración. Y eso es problemático porque todos los países tienen derecho a determinar quién entra y quién no, pero hay un marco regulatorio, que es la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, que prohíbe enviar al migrante de regreso a un lugar donde pueden ser perseguidos, es decir, aquellos que tienen derecho a solicitar asilo. Por otro lado, aunque no se tenga derecho de asilo, la Convención contra la Tortura establece absolutamente prohibido enviar a alguien a un lugar donde pueda ser torturado. Por lo tanto, nos preocupa que estos acuerdos, si no están bien estructurados y bien protocolizados, puedan disminuir la responsabilidad del Estado receptor en sus obligaciones de respetar el principio de no retorno y el principio de dar a cada persona que solicita asilo una oportunidad justa de reclamarlo y explicar por qué, y el principio de no discriminación por motivos raciales, religiosos o de otra índole. Creo que todas estas garantías se debilitan mucho cuando se crean estos acuerdos, como el de Italia y Albania, sobre todo si significan que las personas que solicitan asilo pasarán meses y años esperando con privación de libertad.
-Estos centros se convierten, de hecho, en cárceles…
-Creo que la privación de libertad de una persona que no violó ninguna ley, que no cometió ningún delito, tiene que limitarse a casos muy extremos. Pero la pérdida de libertad no debería ser automática, porque eso acaba siendo una forma de desalentar la solicitud de asilo. Y con todos los conflictos del mundo tenemos muchas necesidades para proteger a las personas que huyen de la persecución.
-No sé si viste los videos de un niño italiano que fue arrestado en Miami, donde fue víctima de la brutalidad policial…
-No vi las imágenes, lo escuché ahora, pero no me sorprende. Tenemos un informe ya publicado por las Naciones Unidas sobre nuestra visita a Estados Unidos y, por supuesto, hay una gran diversidad de situaciones, creo que hay 18.000 fuerzas policiales diferentes en Estados Unidos, pero en algunos lugares de Estados Unidos Dice que estas cosas pasan, no tengo ninguna duda…
-Con su experiencia académica y viendo que vive en Estados Unidos, ¿cómo juzga las protestas pro palestinas en los campus universitarios de Estados Unidos que también se extendieron por el mundo?
-Esto está fuera del mandato, pero como ciudadano argentino y norteamericano puedo responder. Creo que lamentablemente el conflicto en Gaza está creando una situación en la que se puede violar el derecho a la libertad de expresión. Creo, al menos por lo que he visto, que en su mayor parte las manifestaciones en los campus universitarios han sido pacíficas. Y si hubiera algunos problemas entre estudiantes de diferentes facciones, pro palestinos y pro israelíes, se pueden prevenir, sin violar el principio de libertad de expresión. Creo que algunas universidades se están dejando presionar por sectores políticos de extrema derecha en Estados Unidos que, con la amenaza de pedirles la renuncia, provocan que las autoridades terminen suspendiendo o expulsando a estudiantes que no han cometido ningún delito o incluso cualquier violación de sus obligaciones como estudiantes. . Eso me parece muy problemático y lo peor es que va a crecer in crescendo porque como pasó en otros lados y como pasó en otros países, la protesta por lo que está pasando en Gaza va a crecer.
-Usted que ha trabajado toda su vida en el tema de los derechos humanos, defendiendo la tortura, ¿cómo se siente en este mundo convulso?
-Sentir ciertamente frustrado que, después de tantos años, siempre estoy empezando de nuevo y siempre encuentro nuevas razones para actuar. Pero también me reconforta ver que hay nuevas generaciones de personas que defienden sus propios derechos y los de los demás. Me parece que esto es una fuente de entusiasmo y confianza en el futuro que todavía no he perdido.
-¿Ha regresado a la Argentina últimamente?
-La última vez que fui en mayo del año pasado, pero vuelvo cada vez que puedo.
-¿Cómo ve la situación allí?
-Con mi sombrero de funcionario internacional prefiero no opinar sobre política, ni sobre mi país ni el país donde vivo, que es Estados Unidos. Pero sí me parece importante que de una manera u otra se protejan los logros alcanzados en los últimos 40 años de democracia, empezando por mantener la vigencia de la política de memoria, justicia y juicios por las violaciones cometidos por la dictadura militar. . Y también que la ampliación de derechos que se dio en las últimas décadas sea protegida en temas como la movilización popular, las manifestaciones públicas, pero también la igualdad de derechos para mujeres y hombres y personas LGBT: todo esto es un patrimonio importante que obtuvo la sociedad argentina y yo espero que se mantenga.
