Fue a nadar a la playa y encontró los restos de una bestia que podría tener un millón de años.

El trabajo de los paleontólogos puede resultar agotador en ocasiones, sobre todo cuando la búsqueda de nuevos hallazgos se prolonga durante un tiempo considerable. Con frecuencia, los expertos delimitan zonas con alta probabilidad de albergar elementos antiguos.

Sin embargo, El azar también juega un papel importante, y son gente corriente.como Lundberg, quien, por casualidad o incluso por error, se topa con maravillas prehistóricas.

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Un joven buceador descubrió en las profundidades del mar el colmillo de un mastodonte americano, una de las especies animales más grandes que jamás haya caminado sobre la Tierra. Se estima que este ejemplar vivió hace 3,5 millones de años.

Estas criaturas recorrieron el planeta desde las tierras heladas de Alaska hasta las cálidas costas de El Salvador. Alcanzaron una altura de tres metros y una longitud de seis. Una de sus características distintivas eran sus molares, de mayor tamaño que los del mamut. Estos tenían forma cónica, lo que les permitía masticar hojas y ramas con gran eficacia.

En una entrevista con la cadena de televisión ‘WWSB-ABC7 News, el joven contó cómo encontró el colmillo: Miro a lo lejos y veo lo que parecía un viejo trozo de madera. Nado hacia él y empiezo a abanicarlo y, de repente, se hace cada vez más grande y pienso, hasta que pienso: ‘Dios mío, esto es un colmillo’”.

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El emocionante descubrimiento ocurrió mientras el hombre estaba disfrutando de un día de buceo con amigosuna actividad que realiza con frecuencia.

A siete metros de profundidad se topó con los restos de una imponente criatura marina extinguida hace miles de años. Al verlo, no pudo evitar compartir su descubrimiento con sus compañeros, y según sus propias palabras, sus ojos se llenaron de asombro ante la grandiosa obra de la naturaleza.

Respecto a cómo logró recuperar el ejemplar, comentó: “Mi amigo subió conmigo a la superficie, nadamos hasta el bote. Hicimos un cabestrillo con una toalla de playa y lo izamos por la borda del barco. Es absolutamente surrealista que haya salido de una sola pieza, ¿no? “No se rompió en absoluto”.

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Lundberg mencionó que lleva cinco años buceando en la zona de Venice Beach, y que este lugar es conocido como un verdadero tesoro paleontológico, ya que allí se encontraron una gran cantidad de dientes de tiburón hace décadas.