Chisako Kakehi, apodada la ‘viuda negra’ japonesa, pudo haber matado a siete hombres con cianuro. Un caso que conmocionó al país japonés por el “amor al dinero”. Fue condenada a la horca en 2017.
Una anciana japonesa, conocida como la ‘viuda negra’, fue condenada a muerte en 2017 por asesinar a tres de sus cónyuges e intentar matar a otro, al final de un juicio que conmocionó al país nipón.
El ‘buscafortunas’ cometió los asesinatos entre 2007 y 2013, en las ciudades de Kioto, Hyogo y Osaka, en Japón.
Todas sus víctimas tenían un denominador común: eran solteras, ricas y ancianas. Kakehi se enamoró de ellos, se casó con ellos y, antes de envenenarlos con cianurose aseguró de quedarse con jugosas herencias o seguros de vida que cobrar.
Además, las autoridades informaron que la mujer intentó asesinar a cuatro de sus parejas sentimentales. Tres de ellos murieron a causa de la pastilla mortal que les dio, mientras que uno sobrevivió.
“Los acusados hicieron beber a las víctimas un compuesto que contenía cianuro con intenciones homicidas en los cuatro casos”, declaró Ayako Nakagawa, juez del tribunal de Kioto (oeste), donde se celebró el juicio a Kakehi en 2017.
Además: ‘El asesino del sofá’: mató a su novia de 85 golpes y durmió junto al cuerpo
Según el medio local japonés ‘NHK’, “usó una agencia de emparejamiento para conocer a las víctimas, una tras otra, y las envenenó después de hacerles confiar en ella”.
Su primera víctima fue Toshiaki Suehiro, de 78 años, que en 2007 fue el único que logró sobrevivir al intento de envenenamiento. Pero las consecuencias en su cuerpo fueron graves: quedó con “una disfunción superior incurable y una discapacidad visual”. Murió un año y medio después de “una enfermedad no relacionada”.
Chisako Kakehi recibió el apodo de ‘viuda negra’ en referencia a una araña que se come a los machos después de aparearse, y también la de ‘envenenadora’ porque usaba cianuro para lograr sus objetivos.
Según los expertos, morir por cianuro es una experiencia desgarradora que va más allá de la mera muerte. A pesar de su rápida acción, el proceso está lleno de agonía y sufrimiento.
Cuando una persona ingiere cianuro, este compuesto mortal se disuelve fácilmente en agua y se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo. Una vez en el cuerpo, el cianuro bloquea la capacidad de las células para utilizar oxígeno, interrumpiendo así el proceso vital de la respiración celular. La rápida interrupción de este proceso conduce a la muerte en cuestión de minutos.
Quizás te interese: ¡Impactante vídeo! turista se estrella contra rocas al lanzarse al mar en España; Esto es serio
A pesar de lo rápido que actúa, morir a causa del cianuro está lejos de ser indoloro. Los síntomas que experimenta la víctima son agonizantes y aterradores. A medida que el veneno bloquea la capacidad del cuerpo para utilizar oxígeno, la víctima experimenta una sensación de asfixia extrema, acompañada de confusión, mareos, convulsiones y, finalmente, pérdida del conocimiento.
Los tres asesinatos y el intento fueron premeditados y “bien preparados”, indicó la jueza, quien dijo no tener “otra opción” que enviar a los acusados a la horca por esos hechos.
Kakehi no mostró ninguna emoción al escuchar el veredicto de muerte en la horca. La mujer de pelo gris, que llevaba un audífono, había pedido al juez que hablara en voz alta. Además, el tribunal rechazó los argumentos de los abogados defensores, según los cuales la acusada padecía demencia y, por tanto, no podía ser considerada penalmente responsable.
Mire esto: El trágico final de Lacey Fletcher: confinada a un sofá durante 12 años y abandonada a morir de hambre por sus padres
En más de una década logró amasar una fortuna de mil millones de yenes (unos 8,7 millones de dólares) cobrando seguros de vida a sus cónyuges y heredando sus activos inmobiliarios y depósitos bancarios, según la prensa japonesa. Pero su dinero se acabó rápidamente, ya que perdió la mayor parte en transacciones financieras ruinosas, antes de ser arrestada en noviembre de 2014.
El juez Nakagawa declaró que Kakehi había matado “por amor al dinero”.
Durante el juicio, la acusada defendió inicialmente su inocencia, antes de negarse a hablar. Sin embargo, en julio sorprendió a todos al confesar el asesinato de su cuarto marido en 2013. “Lo maté (…) porque dio decenas de millones de yenes a otras mujeres, pero a mí no me dio nada”, dijo. aceptado. sin escrúpulos ante el tribunal.
Posteriormente declaró ante los jueces que estaba dispuesta a afrontar la pena de muerte. “Aunque me ejecuten mañana, moriré con una sonrisa”, confesó.
