El Papa, en su saludo tras el Regina Caeli, lanza de nuevo su llamamiento para que cese la violencia entre Israel y Palestina y prevalezca el diálogo y la diplomacia. Nos invita a no olvidar “la Ucrania mártir que tanto sufre por la guerra”. Del Pontífice, reflexiones sobre la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones de hoy y la memoria de Matteo Pettinari, misionero fallecido hace unos días en Costa de Marfil.
Francesca Sabatinelli – Ciudad del Vaticano
Palestina, Israel, Ucrania, en las palabras y oraciones del Papa, una vez más, durante los saludos después del Regina Caeli recitado desde la ventana del Palacio Apostólico, en un domingo soleado de primavera. La preocupación y el dolor del Pontífice son inmensos, tan poderosos como su llamado a seguir el camino de la diplomacia en Medio Oriente y a no ceder “a la lógica de las exigencias”.
También sigo la situación en Oriente Medio con preocupación y también con dolor. Renuevo mi llamamiento a no ceder a la lógica de exigir la guerra y a dejar que prevalezcan en su lugar los medios del diálogo y la diplomacia, que tanto pueden hacer. Rezo todos los días por la paz en Palestina e Israel y espero que estos dos pueblos pronto dejen de sufrir.
No te olvides de Ucrania
La invitación apremiante es también a no olvidar nunca otra tierra atormentada por el conflicto, la de Ucrania “que sufre tanto”. A continuación, Francisco dirige su pensamiento al padre Matteo Pettinari, de la Orden de los Misioneros de la Consolata, misionero en Costa de Marfil desde hace 13 años, fallecido el 18 de abril en un accidente de tráfico y era conocido, subraya el Papa, “como el misionero incansable que dejó un gran testimonio de generoso servicio”.
Sembrar esperanza y construir paz
En la apertura, Francisco saludó a los nuevos sacerdotes de la diócesis de Roma, ordenados ayer, sábado 20 de abril, en la basílica de San Pedro, y luego recordó la celebración hoy de la Jornada mundial de oración por las vocaciones, con el tema “Llamados para sembrar esperanza y construir la paz”. Una hermosa ocasión, en palabras del Papa, “para redescubrir a la Iglesia como comunidad caracterizada por una polifonía de carismas y vocaciones al servicio del Evangelio”.
