Naciones Unidas-. Las mujeres y los niños en Sudán enfrentan hoy una situación particularmente alarmante tanto dentro como fuera de las fronteras de la nación en conflicto, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Los desplazados más allá del territorio sudanés, en su mayoría mujeres y niños, llegan a zonas remotas con poco o nada y con una necesidad desesperada de alimentos, agua, refugio y atención médica, advirtió la portavoz de la agencia, Olga Sarrado.
Muchas familias han sido separadas y llegan angustiadas mientras los padres y sus hijos sufren una violencia atroz, por lo que el apoyo psicosocial es una prioridad, añadió.
Los desafíos son mayores dada la financiación críticamente baja para satisfacer sus necesidades a pesar de la magnitud de la crisis.
Un año después del brote, el Plan Regional de Respuesta a Refugiados de Sudán para 2024 apenas acumula el siete por ciento de los fondos necesarios, mientras que el esfuerzo de respuesta dentro de Sudán sólo cuenta con el seis por ciento de financiación.
“Se necesitan compromisos firmes de la comunidad internacional para apoyar a Sudán y a los países que acogen refugiados para garantizar que aquellos obligados a huir de la guerra puedan vivir con dignidad”, insistió el representante de ACNUR.
Cifras de esa agencia estiman que más de 8,5 millones de sudaneses han huido de sus hogares desde que estalló la guerra entre ejércitos rivales en abril pasado.
Al menos 1,8 millones cruzaron la frontera hacia los vecinos Sudán del Sur, Chad, República Centroafricana, Egipto y Etiopía; así como Uganda.
El flujo continúa mientras miles más siguen llegando a diario, según el portavoz, como consecuencia del conflicto que estalló hace un año entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido y sus milicias afiliadas.
Esto ha destrozado la vida de las personas, llenándolas de miedo y pérdida, lamentó Sarrado.
