“La indiferencia, el individualismo que nos cierra a la suerte de quienes nos rodean y esa anestesia del corazón que ya no nos hace movernos ante las tragedias de la vida cotidiana, estas tres cosas son los peores males de nuestra sociedad”, afirmó el Papa. dijo hoy. Francisco.
En ese sentido, llamó a no sentir vergüenza de “llorar, a sentir emoción por los que sufren”, así como a no escatimar “en ejercer la compasión con los que son frágiles, porque Jesús está presente en estas personas”.
Lo afirmó el Pontífice cuando el Papa Francisco recibió esta mañana, en audiencia en la Sala Clementina, a los miembros de la Fundación Sant’Angela Merici de Siracusa, con motivo del 50º aniversario de su fundación.
El argentino Jorge Mario Bergoglio, asimismo, les pidió la gracia de saber “llorar con los que lloran”.
“Hoy es difícil tener la capacidad de conmoverse ante el dolor ajeno. Incluso Jesús se dejó conmover profundamente por el dolor de quienes encontró, hasta el punto de llorar por la muerte de su amigo Lázaro”.
“Jesús, de hecho, nos pide que nunca separemos el amor de Dios del amor a los demás, particularmente a los más pobres”, continuó el Pontífice.
“Jesús nos recuerda que al final seremos juzgados no por las prácticas externas sino por el amor – seremos juzgados por el amor – ese amor que, como aceite de consuelo, habremos sabido derramar sobre las heridas de nuestros hermanos, ” él dijo.
“Intentad hacer precisamente esto – añadió Francisco -: secar las lágrimas de quien sufre, acompañar a quien sufre, sostener a los más débiles de la sociedad, cuidar a los más vulnerables, apoyar a quienes viven en situaciones particulares de fragilidad”.
“Hermanos y hermanas”, concluyó, “el servicio que prestáis es precioso, y quisiera deciros esto: la fuente de vuestra obra es el Evangelio, la fuente de vuestra obra es el Evangelio, ¡permaneced unidos a esta fuente! “
