75 años de OTAN, belicismo y fracaso

75 años de OTAN, belicismo y fracaso
75 años de OTAN, belicismo y fracaso

La Organización del Atlántico Norte, OTAN, recordó esta semana su 75 aniversario, mientras implementa una guerra apoderado contra Rusia, a través de Ucrania. Este enfrentamiento se viene produciendo mucho antes de que comenzara la Operación Especial emprendida por la Federación Rusa en 2022. Desde la implosión de la Unión Soviética en los años 90, la OTAN no ha dejado de desplazar sus fronteras hacia el este, incumpliendo los compromisos asumidos por Washington y Bruselas de abstenerse de asediar y rodear a Moscú.

La OTAN, que comprende el 15 por ciento de la población mundial, tiene intereses estratégicos que se extienden más allá del Atlántico Norte. Busca desmembrar al Estado más grande del mundo, apoderarse de sus inmensas reservas de recursos naturales e impedir que el Sur Global construya una referencia alternativa en los BRICS, basada en el liderazgo económico y comercial de Beijing y el apoyo militar de Moscú. Su planificación actual incluye el control de la Antártida y los pasos interoceánicos -de ahí la reciente visita de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, a Tierra del Fuego-, el Ártico, el Sudeste Asiático y el continente africano. Para debilitar al Kremlin, el máximo líder de la OTAN, Jens Stoltenberg, está trabajando para desestabilizar los Balcanes acosando a Serbia –aliada histórica de Moscú–, instigando a las fuerzas rusófobas de Georgia y exigiendo a Moldavia que reprima los deseos secesionistas de Trasnistria. , que exigen su integración en la Federación de Rusia.

La OTAN nació para enfrentarse al Pacto de Varsovia, formado por países comunistas. Esta alianza de países socialistas dejó de existir hace más de dos décadas, pero la OTAN, lejos de disolverse, se amplió, pasando de los 12 países fundadores a los 32 actuales. A principios de este siglo, el propio Vladimir Putin solicitó la membresía en la OTAN y la La respuesta negativa fue contundente: de esta manera quedó claro que la alianza militar liderada por Washington tenía como objetivo prioritario su desintegración, fragmentación y/o debilitamiento.

La utilización de Ucrania como “cabeza de playa” para el cerco militar establecido por la Alianza Atlántica dejó a Moscú sin opciones: si no se defendía –moviendo las fronteras, protegiendo a los rusoparlantes del Donbass– los misiles acabarían instalados en Kiev, a 700 metros de distancia. kilómetros de Moscú. En febrero se cumplieron dos años del inicio de la Operación Militar Especial y los 32 representantes ante la OTAN admiten entre bastidores que una derrota militar ucraniana y el consiguiente fracaso de Stoltenberg, Joe Biden y la Unión Europea son inevitables. El analista militar Edward Luttwak consideró, en el aniversario de la OTAN, que los países que integran esa alianza se ven obligados a elegir entre enviar tropas a Kiev o asumir una “derrota catastrófica”.

La narrativa hegemónica ligada al conflicto de Europa del Este insiste en afirmar que la guerra de Ucrania es el primer conflicto militar en el que participa la OTAN, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, omiten la referencia a su intervención directa en la antigua Yugoslavia. En 1999, ignorando las preguntas de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, la Alianza Atlántica inició un bombardeo –el 24 de marzo de 1999– en el marco de una supuesta “intervención humanitaria”. Durante 78 días lanzaron dos mil misiles contra 990 objetivos y arrojaron 9 mil toneladas de explosivos contra ciudades e infraestructuras del país, en su mayoría civiles. Los ataques dejaron 2.500 muertos, entre ellos 89 niños.

Además, la “operación humanitaria” utilizó 15 toneladas de proyectiles fabricados con uranio empobrecido, situación que explica la proliferación, en las décadas posteriores, de diferentes enfermedades oncológicas. Fuera de Europa, la OTAN “luchó contra los grupos terroristas afganos” –que inicialmente había financiado–, invadió Irak y Siria y devastó Libia. En las últimas dos décadas –según una investigación publicada por la Universidad de Brown, en 2022– las iniciativas de la OTAN provocaron la muerte de 350.000 civiles y el desplazamiento forzado de 38 millones de personas.

El próximo mes de junio se celebrarán las elecciones parlamentarias europeas y en noviembre se enfrentarán Joe Biden y Donald Trump. Para cuestionar las críticas de este último al papel de los aliados de la OTAN, Stoltenberg afirmó que “los aliados [europeos] Proporcionan (…) vastas redes de inteligencia (…), lo que multiplica el poder estadounidense”. Para confirmar esta valoración, la ex representante de Estados Unidos ante la Alianza Atlántica, Victoria Nuland, se reunió el 31 de enero con el jefe de los servicios secretos ucranianos, Kiril Budanov. Al final de esta reunión, el funcionario prometió “sorpresas desagradables” para Putin. El ataque del 22 de marzo a la Ayuntamiento de Crocus en las afueras de Moscú parece estar estrechamente relacionada con esta amenaza.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Radio Habana Cuba | Cuba exige ingreso de Palestina a la Organización de las Naciones Unidas – .
NEXT 29 muertos y 60 desaparecidos