Reseña de Mi reno de peluche (Baby Reindeer), la última bomba de Netflix

Reseña de Mi reno de peluche (Baby Reindeer), la última bomba de Netflix
Reseña de Mi reno de peluche (Baby Reindeer), la última bomba de Netflix

Más que escribir el guión de una serie, Richard Gadd Ha abierto su carne para mostrar algunas de esas experiencias que marcan la vida de las personas para siempre. No es una historia típica, de esas que buscan una especie de redención o justificación, sino más bien expone, con claridad, los rincones más oscuros, turbios y depravados del alma humana.

Esta es quizás la razón por la que mi reno de peluche (Reno bebé) lleva dos semanas en el top 1 de Netflix sin que la plataforma tenga que promocionarlo. Se ha convertido en un éxito por el famoso “boca a boca”, o se ha visto potenciado por el propio algoritmo recomendándolo a usuarios que no han podido resistirse a su formato digestivo.

Se compone de siete episodios de media hora. Una vez que le das al “play”, no podrás dejar de verlo hasta el final. Aunque a veces pone a prueba la sensibilidad del espectador. De más está decir que es para un público adulto y muestra situaciones gravísimas de abuso sexual, consumo de drogas y violencia, sobre todo verbal.

¿De qué trata la trama?

El protagonista se presenta y actúa como narrador de su historia, que comienza con un encuentro casual en un pub donde trabaja como camarero. Donny Dann Está detrás de la barra cuando irrumpe en el local. Marta Scottuna mujer de lo más peculiar que no para de hablar y halagarle.

Él sigue el juego, casi sin darse cuenta de que se está enredando en una relación que se convertirá en una pesadilla. Obsesionada con él, Martha lo persigue, lo acosa y lo inunda con mensajes fuera de lugar. Pero Donny continúa animándola y huye hacia adelante.

Tarda mucho en reaccionar y, cuando lo hace, se da cuenta de que su decisión tiene relación con otra experiencia previa que aún lo atormenta. Así conoceremos el motivo por el que aceptó el trabajo, su frustrada vocación de humorista y qué le hace sentir lástima por una mujer que claramente padece un grave trastorno de personalidad.

Esto no le exime de tomar malas decisiones y pasar por momentos muy difíciles en los que tendrá que recurrir a su familia y repensar su vida.

Al contrario de lo que pueda parecer en un principio, mi reno de peluche No es una comedia negra o al menos no es sólo eso.. Quizás pueda dar esa impresión por el principio o incluso por el título casual que atañe a un elemento aparentemente infantil, pero que cobra un significado más profundo a medida que llegamos al desenlace.

En realidad, es una radiografía de las pasiones más bajas, las obsesiones y la forma en que conectamos a las personas. También existen distintos discursos sobre la dificultad de comprender la propia identidad sexual y mostrarla sin avergonzarse a nivel social, pero sin dejar de señalar situaciones extremas que entrañan un peligro muy real.

El abuso y el acoso sexual se muestran en todas sus vertientes: callejero, sexual, psicológico, ciberbullying… Y sirve también de advertencia para no minimizar ni restar importancia a momentos aberrantes que pueden derivar en un grave deterioro de la autoestima, lesiones o incluso la muerte. poner en riesgo la propia vida y la de los seres queridos así como la estabilidad mental.

Netflix España

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención es el vínculo con la realidad, de ahí que casi haya una campaña en las redes sociales para poner nombres y apellidos a las iteraciones ficticias de la historia. Esto ya está teniendo consecuencias: el verdadero acosador del creador y protagonista de la serie pide privacidad y el equipo detrás de la serie se posiciona en contra de la caza de brujas.

Al final, podría convertirse, paradójicamente, en todo lo contrario de lo que pretende. En lugar de un espacio de mejora y comprensión, y por tanto una herramienta para sanar, un machete para cargar contra el pasado y buscar represalias.

Volviendo al terreno de la serie como tal y su valoración, hay que hacer especial mención a las actuaciones de todo el reparto de mi reno de peluche: desde el propio Gadd, al que le ha costado recrear momentos muy dolorosos, hasta Jessica Gunning en un papel tan excéntrico y cargado de registros que la llevan de la euforia al hieratismo y de la verbosidad al silencio inquietante.

Se puede decir, sin pretender ser falso, que Hay momentos en los que la serie abraza el terror. No el de los elementos sobrenaturales ni el de los baños de sangre y despojos, sino uno mucho más atávico: el de perder la cabeza y rozar la autodestrucción al ver cómo se rompe la identidad. Es duro para la nariz y no se recomienda para todos.

 
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