reseña de “Baby Reindeer”, de Richard Gadd (Netflix)

Estrenado casi sin aviso ni prensa y con un título que, convengamos, no resulta del todo atractivo, BEBÉ RENO Es toda una sorpresa, una serie potente y demoledora que no se veía desde entonces. Puedo destruirte, otra impactante miniserie británica inspirada también en un caso real. Creado, escrito y protagonizado por el comediante escocés Richard Gadd, BEBÉ RENO Comenzó como un suceso terrorífico vivido por el propio Gadd, fue adaptado por él mismo como un unipersonal teatral y, ahora, convertido en siete episodios de la comedia negra más oscura y desgarradora, si al final aún se la puede considerar un “ comedia.”

Al principio parece que sí. Donny Dunn (Gadd) es el típico aspirante. comediante el que lo está haciendo mal – su estilo está del lado de la convocatoria anticomedia, apostando por el humor vanguardista, con artilugios extraños y salidas inesperadas, que al público no parece interesarle en absoluto– y trabaja detrás del mostrador de un pub en Camden, Londres, mientras espera su gran oportunidad, la eso tal vez nunca llegue. Un día entra al bar Martha (Jessica Gunning), una mujer triste y aparentemente solitaria que se sienta, llorosa y muy angustiada, en la barra, sin dinero para pagar nada. Donny se apiada de ella y le da té caliente. El rostro de Martha se ilumina y comienza a hablar. Ella nunca se detendrá.

BEBÉ RENO Es, en principio, la historia de un tipo que tiene que lidiar con un acosadorun personaje como el de MISERIA pero en lugar de ser fanática de su “presa”, rápidamente se enamora de él. Eso le pasa a Marta. Una vez que Donny le preste atención, la chica irá todos los días a sentarse horas en el bar, le contará historias cada vez más delirantes sobre sus amistades con famosos y, lo que es igual o más angustioso para Donny, le enviará cientos de incómodos correos electrónicos cada noche. , escrito con una ortografía horrible y firmado “desde mi iPhone”. Pero la mujer no tiene iPhone…

En sus mensajes y, cada vez más, en sus apariciones en persona, se percibirá como su novia, escribirá y dirá cosas cada vez más provocativas y enloquecerá al protagonista. Pero el principal problema de Donny es que, como no sabe qué hacer con ella y siente una mezcla de empatía y una constante necesidad de atención, le da más espacio del necesario, de vez en cuando entra en su juego e incluso se preocupa. cuando ella desaparece de él. su vida. Por eso no quiere llamar a la policía y prefiere solucionarlo solo. Sin embargo, cuando lo haga, no será la gran solución que imaginaba, por razones que cualquiera puede adivinar.

Esta historia adquiere características cada vez más brutales y desconcertantes, sobre todo porque nada parece poder detener a esta chica que tiene claros problemas. Martha entra en los shows de Donny y puede ayudarlo a salir de una situación incómoda o avergonzarlo, meterlo en problemas, dependiendo de dónde esté “la relación” entre ellos. Al mismo tiempo, Donny está empezando a salir con una chica trans y teme que Martha arruine su relación, una relación que el propio Donny duda en hacer pública.

Este es solo el comienzo de una historia que se volverá más complicada (quizás, cuando llegue el último episodio, demasiado complicada) y sorprendentemente brutal. El cuarto episodio, que funciona como escena retrospectiva sobre un momento clave en la vida de Donny cuando apenas iniciaba su carrera en el mundo de la comedia, no sólo será denso y violento sino que ayudará un poco a entender su forma de actuar hacia Martha y hacia la vida.

Poco a poco, BEBÉ RENO –así lo llama Martha en sus bizarros emails– va a ser algo mucho más complicado que una comedia negra sobre lidiar con un acosador para ser otra cosa, una historia de trauma, de intentos de superación, de recaídas, de falta de yo -estima y de los intentos desesperados y desesperados de un hombre por ser amado, apreciado, respetado, incluso cuando esas características pueden llevarlo a meterse en situaciones peligrosas.

La serie se transforma en una abrumadora historia de terror (tras el cuarto episodio no hay vuelta atrás), el humor desaparece o se convierte en un grito de desesperación, Donny se enreda en una cadena de actitudes de autoboicot y Martha, casi como un demonio interno. que toma forma humana y lo persigue, sigue ahí, apostando siempre por más y más, como una de esas baterías que siguen funcionando cuando parecen estar completamente agotadas.

Cuando todo parece indicar que la serie avanzará hacia una especie de equilibrio y cierre reparador, prototípico de muchas de estas narrativas traumáticas, Gadd vuelve a complicar las cosas, impidiendo cualquier tipo de resolución limpia y acercándose a las infinitas tonalidades de grises que existen. en el comportamiento humano. En BEBÉ RENO, las cosas son mucho más complejas que las que pueden resolverse mediante una simple trama de víctimas y perpetradores, de culpables e inocentes. Lo que pasa es que el verdadero enemigo a veces está en los lugares menos esperados.


 
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