Muchas producciones francesas suelen destacar en Netflix. Pero el 10 de abril llegó a la plataforma “Antracita”, que además de ser actualmente la tercera serie más vista del mundo, también restableció un tema polémico en la sociedad: el de los suicidios colectivos de los seguidores de algunas sectas.
Para sumergirnos en la trama de “Antracita” debemos remontarnos a 1994, cuando el suicidio colectivo de una secta con sede en un pequeño pueblo de los Alpes fue noticia. Pero, tres décadas después, una mujer es asesinada siguiendo los rituales de esa extraña comunidad. Entonces, el frágil equilibrio que habían encontrado los vecinos vuelve a tambalearse.
A partir de ahí, Jaro Gatsi se convierte en el perfecto chivo expiatorio: siendo un joven delincuente que había llegado a la montaña para retomar su vida, pronto se enfrenta a fuertes acusaciones. Sin embargo, en el camino el chico encuentra a un aliado inesperado: Ida, una excéntrica friki y amante de la tecnología que busca a su padre, que ha desaparecido allí. Así, ambos se dan cuenta de que su participación en el caso no es casual y que las respuestas que necesitan están conectadas con los secretos que esconde su propio pasado…
