Alvise Pérez recoge los frutos de la teoría del fraude electoral sembrada por el PP y Vox | Elecciones europeas 2024

Alvise Pérez recoge los frutos de la teoría del fraude electoral sembrada por el PP y Vox | Elecciones europeas 2024
Alvise Pérez recoge los frutos de la teoría del fraude electoral sembrada por el PP y Vox | Elecciones europeas 2024

“Por si acaso”, responde Ana Delgado, una sevillana de 20 años. Es la misma respuesta que ofrece Javier, de Isla Cristina (Huelva), de 49 años, que prefiere ocultar su apellido, cuando le hacen la misma pregunta que Ana. ¿Por qué viene a recoger las boletas de Se Acabó la Fiesta (SALF)? ), la candidatura de Luis Pérez, más conocido como Alvise, a las elecciones europeas? ¿Por qué no recoge su papeleta de entre los montones de su colegio electoral el domingo? “Por si acaso”, dice Javier. Los dos, Ana y Javier, que asistieron este viernes por la mañana a un acto de Alvise en Sevilla comparten un temor: que el 9-J no haya votaciones Over del Partido en su colegio porque algún tipo de complot lo impide. Aunque cada uno tiene su principal motivo para votar por él: la “defensa de España” para Ana; “meter a los corruptos en la cárcel” para Javier: su acuerdo es milimétrico en que debemos estar preparados para un posible despropósito. Esta convicción ha sido alentada por el propio Alvise, cuya campaña tiene como elemento básico la alerta contra el presunto fraude electoral, una narrativa similar a la utilizada antes por el PP y Vox el 23-J.

Pérez, a quien los sondeos auguran entre uno o dos escaños en el Parlamento Europeo, ha convocado a sus seguidores este viernes a las 11 de la mañana en el Monumento a la Tolerancia, una escultura de Eduardo Chillida bajo el Puente de Triana, en Sevilla, de donde es originario el candidato. . Llega con unos minutos de retraso, cuando ya le esperan cientos de personas. La multitud despierta la atención de los transeúntes. Megáfono en mano, Alvise se dirige a sus fieles con una arenga con múltiples elementos que no faltarían en un mitin de Santiago Abascal: vincular la inmigración con la delincuencia; nostalgia por los supuestos viejos tiempos de seguridad, cuando en Sevilla “se podían dejar las puertas abiertas”; predicciones de una España convertida en Venezuela… su amenaza directa al presidente recibe una gran ovación. “Pedrito, te voy a meter preso”, dice. Otro aplauso es para su compromiso de construir una prisión “sin gimnasio ni piscina” para 40.000 delincuentes. Prisiones y deportaciones, castigos a corruptos y violadores, todo ello forma el núcleo de un imaginario que se completa con una idea insistente: cuidado con el fraude electoral.

Contra Correos e Indra

El tema aparece varias veces en su discurso en Sevilla. Si votas por correo, advierte a sus seguidores, “es posible que estés votando a Pedro Sánchez sin saberlo”. “De nada sirve votar si cuentan los votos”, insiste. Con ese “ellos” se refiere a Indra, empresa que permitir participar en el proceso electoral es “como poner a una prostituta al frente de un convento”. Se oyen risas entre la multitud, que también se ve alentada por el paso de dos policías nacionales a caballo. Alvise pide un aplauso para ellos, correspondido con un saludo y una maniobra sobre el lomo del animal por parte de uno de los agentes.

Los mensajes que niegan la limpieza electoral han calado. Javier, mencionado en el primer párrafo, que se dirige a Huelva con un pequeño camión cargado de albero, se detiene junto al Puente de Triana para recoger papeletas para él, sus familiares y amigos. “Por si acaso”, reitera. Con un discurso que mezcla teorías sobre el Club Bilderberg, grafeno en las vacunas y fumigación aérea, Javier asegura que desconfía del recuento de votos y pregunta al periodista si sabe algo del fraude en marcha. Ana Delgado, en paro, también está molesta. Se pone las gafas de sol en la cabeza, que no le sirven de mucho en una mañana nublada, y fuma un cigarrillo mientras advierte de la inminente “estafa” de Indra. Cuando se le pregunta por detalles, afirma que hay “mucha información” para investigar fuera de los “grandes medios”.

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Juan Burgos, de 39 años, viste una camiseta con una inscripción en la espalda que presenta a Alvise como “el azote de los corruptos”. No le convence el discurso del candidato sobre la inmigración, “demasiado duro”, pero sí su compromiso contra la corrupción. Asiente junto a él su pareja, un venezolano que prefiere no aparecer en esta crónica. “Ella viene del futuro”, dice Juan, en referencia a que España acabará convirtiéndose en un régimen de tipo bolivariano. En la visión de Juan de las cosas aparece un rasgo dominante en todo este movimiento: el escepticismo extremo. En este caso, dirigido nuevamente contra los medios de comunicación.

Es evidente que existe preocupación entre los asistentes ante la posibilidad de no poder votar por su líder. Al final del evento, son muchos los que quieren su papeleta y los repartidores no dan abasto. Uno recibe un trozo de papel para, dice, ponerlo en su colegio electoral, donde está seguro de que no habrá suficientes papeletas. Dos mujeres en actitud entusiasta gritan que si detectan el más mínimo problema en la votación a Alvise lo denunciarán en el cuartel de la Guardia Civil. Dos jóvenes confunden al periodista, por su larga libreta, con un dispensador de papeletas. Al descubrir su confusión, la decepción es doble. El periodismo no es la profesión más respetada aquí.

Un terreno fértil para la sospecha

Las reuniones de Alvise con sus seguidores, como la de este viernes en Sevilla, se presentan como una forma de evitar el “sabotaje electoral”. Este tema es central en Se Acabó la Fiesta. Se trata de “un tercio” de su campaña, estima el sociólogo Iago Moreno, observador de este movimiento. Pérez incluso ha pedido a sus seguidores que solo voten por él en las urnas, tal es su certeza de que existe una trampa en el voto por correo. Su llamamiento a reclutar representantes para el 9-J consiste en fomentar la “lucha” contra Indra, la empresa que Pedro Sánchez quisiera utilizar, junto a Correos, para ejecutar su golpe, todo ello según esta teoría del fraude.

El nuevo candidato presume en su canal de Telegram de ser “el único candidato” que realiza esta denuncia. Pero no siempre ha sido así. Otros le han precedido. El cabeza de lista del SALF recoge ahora sus frutos en un terreno abonado por el PP, que antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023 y de las generales de julio del mismo año alimentó la teoría del fraude electoral, en un compromiso compartido con Vox.

La ofensiva duró más de un año. En junio de 2022, dirigentes del PP comenzaron a insinuar que el Gobierno pretendía controlar a Indra para manipular el recuento de votos en futuras elecciones generales. Durante meses, esa idea tomó forma de insinuación o advertencia del PP y de acusación frontal de Vox. Pero esa diferencia explotó en la previa de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de marzo, cuando el PP decidió poner todo su esfuerzo en acción. Tras una serie de noticias sobre casos aislados de posibles irregularidades en el voto por correo, el más grave en Melilla, el partido de Alberto Núñez Feijóo centró el resto de su campaña en lo que según su líder Esteban González Pons ya era “una trama”. . Isabel Díaz Ayuso proclamó en el último mitin: “Sánchez se va a ir como llegó, con un intento de puñetazo”. En la campaña general, Feijóo mantuvo este marco al pedir a los carteros, “independientemente de sus jefes, que repartieran la totalidad del voto”, alimentando así la teoría según la cual el Gobierno estaba obstaculizando la votación.

El sociólogo Iago Moreno, especialista en política digital, ve en el surgimiento de este fenómeno una “ampliación” del espacio de la derecha a través de “una crítica conspirativa al sistema centrada en la corrupción”, terreno fértil porque conecta con “las ficciones de nuestro tiempo”, en el que abundan las representaciones de la política como una actividad dominada en las sombras por una élite malvada.

La teoría del fraude electoral no es la única utilizada por Alvise y también por los grandes partidos de derecha. El nuevo candidato es partidario de la teoría conspirativa del 11-M, impulsada por el PP en el primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2008). Además, alienta una hipótesis que también han aireado Vox y el PP: que la política de Sánchez sobre Marruecos está condicionada por la información que el régimen marroquí tiene sobre él a raíz de una hackear de tu móvil. El candidato del SALF es también uno de los principales impulsores de las especulaciones en torno a las “maletas Delcy”, es decir, las supuestamente traídas a Barajas por la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. PP y Vox también han levantado sospechas sobre estas maletas, su contenido y sus destinatarios.

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