“Un mecanismo para evadir”: la declaración del fiscal de Contraloría que desató el enojo de Jadue

“Un mecanismo para evadir”: la declaración del fiscal de Contraloría que desató el enojo de Jadue
“Un mecanismo para evadir”: la declaración del fiscal de Contraloría que desató el enojo de Jadue

—Efectivamente, en mi opinión, tengo la impresión de que los acuerdos de colaboración descritos en el sumario administrativo constituirían un mecanismo para eludir las regulaciones de contratación pública, porque no pude detectar otra finalidad.

Christian Prunes llevaba siete años fungiendo en la Contraloría General de la República (CGR) cuando tuvo que inhabilitarse parcialmente para su labor. Y a mediados de 2023, su nombre apareció en todos los medios del país: el intendente de Recoleta, Daniel Jadue, había presentado una denuncia en su contra por “violación del secreto”. Los libelos y dardos también apuntaron al superior de Prunes, el entonces Contralor General de la República, Jorge Bermúdez.

“He sido acusado y sentenciado a través de los medios”, fustigó en ese momento el jefe comunal, luego de acusar la revelación de información secreta contenida en el sumario que tenía el organismo de control sobre el Municipio de Recoleta.

Resulta que en ese momento –y como reveló BBCL Investiga– la Contraloría ya había detectado numerosas irregularidades derivadas de Achifarp, el proyecto estrella del alcalde comunista, hoy en prisión preventiva en el penal Capitán Yáber. A cargo del sumario estuvo precisamente Prunes, en su calidad de fiscal instructor de la Unidad de Sumarios de la CGR.

A cinco meses de que se interpuso el libelo en su contra, el servidor público se pronunció.

“Fuera de la ley”

Christian Prunes declaró el 30 de enero de 2024 ante Giovanna Herrera, la fiscal del caso que formalizó a Daniel Jadue en una amplia audiencia. En su intervención el abogado confirmó, una a una, las irregularidades encontradas en el procedimiento.

Dijo, por ejemplo, que el resumen se elaboró ​​a finales de 2022 luego de un informe final de la Contraloría. A través de él, la organización encontró acuerdos de transferencia de dinero que “Habían sido retenidos fuera de la ley de contratación pública”.

Y aún peor. El funcionario señaló que las sumas transferidas por Achifarp, producto de esos mismos acuerdos, “no habían sido objeto de rendición de cuentas ni seguimiento por parte de estas entidades”.

—No se había solicitado ni recibido rendición de cuentas por parte de Achifarp, y existían saldos (…) cuyo destino se desconoce hasta la fecha. “De eso se trataba la investigación”, testificó.

Deuda equivalente a la mitad del proyecto

Luego, Prunes pasó a detallar los hallazgos de cada acuerdo. Primero, habló sobre el Servicio Nacional de Discapacidad (Senadis), con el que Achifarp tenía un convenio para la asignación de ayudas técnicas para personas con discapacidad. Por este concepto, el servicio desembolsó cerca de $100 millones de pesos a favor de la asociación gobernada por Jadue. Éste, a su vez, estaba obligado a declarar gastos por el dinero recibido.

Sin embargo, a juicio del auditor, Senadis “no cumplió” con los requisitos exigidos, ya que al cierre del proyecto, Achifarp aún tenía pendientes de pago de facturas a tres proveedores: Trump Ayudas Técnicas SPA, Ortomedical Lifante SA y la importadora de Medical. Equipo limitado (ISOLAB).

Las deudas, indicó Prunes, ascendían a más de 47 millones de dólares.

—Es decir, casi la mitad del importe del acuerdo. (…) Se aprobó la rendición de cuentas sin verificar el pago a proveedores. “Esto es lo que se reprocha en los cargos formulados contra los funcionarios del servicio”, dijo.

Jadue y la droga rusa

El testigo también ahondó en lo ocurrido en el Municipio de Recoleta. Aquí la atención se centró en dos acuerdos con Achifarp. Ambas entidades estuvieron presididas por el propio Jadue.

Así, el primero de los acuerdos estuvo relacionado con la solución de problemas de audiencia para lo cual el municipio transfirió más de $112 millones a la asociación. Y el segundo, por el desembolso de otros $150 millones de las arcas municipales para iniciar tratamientos en las Salas de Emergencia de la comuna con Avivafir, el fármaco ruso para combatir el covid-19 impulsado en Chile por el propio Jadue durante la pandemia.

Más allá de los cuestionamientos que surgieron por su uso, Prunes sostuvo que la celebración de dichos acuerdos era improcedente para la Contraloría.

—Ambas adquisiciones superaron las 1.000 Unidades Tributarias Mensuales, en cuyo caso se volvió obligatoria la licitación pública —enfatizó.

El testigo añadió otro antecedente:

—A lo anterior se suma que del monto total transferido por la Municipalidad de Recoleta a Achifarp para el convenio celebrado para la implementación de Avivafir, sólo se ejecutó la suma de $134 millones, dejando un saldo pendiente de ejecución equivalente a $15 millones, cuyo destino se desconoce al no haber sido objeto de rendición de cuentas ni mucho menos de reembolso al municipio de Recoleta..

En ese sentido, señaló que el inmueble “no ejerció ningún control sobre el correcto uso e inversión y destino de los fondos transferidos a Achifarp”. Tampoco “realizó gestiones de ninguna naturaleza encaminadas a asegurar su eficiente y adecuada administración o su debido reembolso”.

El Interferón que no fue

La Universidad de Concepción tampoco quedó fuera. El fiscal de la Contraloría explicó que el acuerdo con la casa de estudios para producir Interferón (ver cronología aquí) tampoco cumplió con la ley.

En términos simples, dicho acuerdo (que contemplaba la producción de 180 mil dosis del cuestionado medicamento) también permitió saltarse una licitación para, eventualmente, obtener una oferta más eficiente para las arcas municipales. Como en casos anteriores, al superar las 1.000 UTM, todo debía presentarse a una licitación pública, lo que no ocurrió.

En balance, la Municipalidad de Recoleta entregó $230 millones a Achifarp, pero esta última organización sólo transfirió $25 millones a la UdeC. Se presume que estos dineros fueron al ciclo económico de la asociación. O dicho de otro modo, para saldar cuentas pendientes con sus proveedores y no para los fines originalmente establecidos por la administración comunal.

—Existe comunicación del rector de la Universidad de Concepción del 26 de mayo de 2021 informando que el monto total que les transfirió Achifarp fue de $25 millones, a pesar de que la Municipalidad de Recoleta ya les había transferido Achifarp. a esa fecha, $230 millones”, narró.

Sea como fuere, al menos 1.300 dosis de Interferón terminaron en depósitos del Municipio de Recoleta. Allí fueron almacenados a pesar de que el Instituto de Salud Pública (ISP) determinó la prohibición de fabricar, comercializar y distribuir el medicamento por representar un riesgo para la salud de la población. La agencia no tuvo más remedio que ordenar su destrucción.

“Mecanismo de elusión”

Al finalizar su intervención, la fiscal Herrera consultó al servidor de la Contraloría sobre su participación en el sumario abierto a raíz de estas irregularidades. Este es el mismo procedimiento que desató el enojo de Jadue y que significó la presentación de la denuncia por “violación del secreto” que aún se encuentra en investigación, según confirmó este medio.

—Mi intervención en el sumario consistió en la investigación, formulación de cargos, recepción de la defensa, apertura del plazo probatorio, recepción de pruebas, incluidas testimoniales, y elaboración de un proyecto de audiencia fiscal —respondió.

Todo cambió precisamente con la entrada del libelo del jefe comunal de Recoleta. Una medida que -según fuentes de BBCL Investiga- trajo inconvenientes al organismo supervisor al tener que modificar su equipo de trabajo.

El propio Prunes afirmó lo siguiente:

—(En el) previo a la entrega de! proyecto, el imputado Jadue Jadue, presenta denuncia por presunta violación al secreto de sumario en mi contra y en el excontralor Jorge Bermúdez, tras las declaraciones de prensa del jefe del servicio en las que no intervine. A raíz de esto y de la solicitud del abogado del señor Jadue, me inhabilité para seguir escuchando el sumario.

Y sentenció:

—En respuesta a su pregunta, en mi opinión, en realidad tengo la impresión de que los acuerdos de colaboración descritos en el sumario administrativo constituirían un mecanismo para eludir las regulaciones de contratación pública, porque no pude detectar otra finalidad.

 
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