La llegada del invierno trae consigo la necesidad de encender los sistemas de calefacción en los hogares, pero este año, con las subidas de las tarifas de gas y electricidad, surge la pregunta: ¿qué opción es más conveniente para el bolsillo del usuario? En este contexto, Es crucial evaluar las ventajas y desventajas de cada sistema para tomar la mejor decisión.
Tradicionalmente, el gas natural ha sido la opción más común para calentar los hogares, debido a su rapidez en el aumento de la temperatura ambiente y su costo relativamente bajo a fin de mes. Sin embargo, el riesgo de una mala conexión o de una combustión genera preocupaciones de seguridad. Las estufas de tiro balanceado se consideran una opción segura y eficiente, aunque su precio puede variar desde $80000, dependiendo del consumo de kilocalorías por hora y costes de instalación.
Por otro lado, la calefacción eléctrica ofrece productos con poco mantenimiento, más sencilla instalación y la posibilidad de colocarse en cualquier tipo de estancia sin riesgos de combustión. Sin embargo, su principal desventaja radica en el elevado consumo eléctrico y el largo tiempo necesario para calentar un espacio. Las estufas de cuarzo son una opción económica, sin coste de instalación, con precios desde $16000. Mientras tanto, los cuadros eléctricos, los cuales varían en precio dependiendo de su tamaño y potencia, oscilando desde $80.000 y 100.000 dólares
La venta de aires acondicionados Split (frío-calor) ha aumentado notablemente en los últimos años, ofreciendo un mayor rendimiento pero también aumentando el consumo eléctrico. Con precios que van desde medio millon de pesos, Sumado a los costos de instalación, esta opción tiene una inversión inicial mayor pero puede ser más eficiente a largo plazo.
Ante la preocupación por el aumento de las tarifas, es importante considerar consejos para ahorrar energía, como optar por electrodomésticos de menor consumo energético y apagar los pilotos de las estufas cuando no estén en uso. Además, existen categorías de consumo de gas que pueden afectar las tarifas, por lo que es crucial monitorear y reducir el consumo para evitar aumentos excesivos en las facturas.