Estoy haciendo un doctorado a los 16 años: la muerte de mi madre es la razón.

Estoy haciendo un doctorado a los 16 años: la muerte de mi madre es la razón.
Estoy haciendo un doctorado a los 16 años: la muerte de mi madre es la razón.

Conocí a mi madre sólo una vez. Nuestro encuentro fue breve y no dejamos fotografías ni libros de bebés para recordarla.

En 2008, en una pequeña y remota aldea del sur de Etiopía, ella me abrazó por un momento fugaz: nuestro primero y último juntos. Poco después de mi nacimiento, sucumbió a la tuberculosis (TB), una enfermedad tratable que cruelmente nos robó un futuro juntos.

Tenía diez meses y un peso muy bajo cuando me adoptaron y me trajeron a los Estados Unidos. Me diagnosticaron tuberculosis poco después de llegar y me vi envuelto en una batalla por la vida que muchos niños en Etiopía (y en todo el mundo) nunca sobreviven.

Soy increíblemente afortunada de haber sido adoptada por una familia no sólo llena de amor sino también equipada para luchar contra la enfermedad que se cobró la vida de mi madre biológica. Mi madre, la Dra. Myiesha Taylor, médica de urgencias, se aseguró de que recibiera la atención necesaria no solo para sobrevivir sino también para prosperar.

Soy muy consciente de que mi historia es la excepción y no la regla. Refuerza mi compromiso de defender a quienes todavía están atrapados en el ciclo implacable de esta enfermedad prevenible.

Gracias al tratamiento que me salvó la vida recibí en el Kaiser Hospital de Oakland y a la atención a largo plazo brindada por la infraestructura de salud pública de nuestra nación, hoy estoy aquí. Pero esta narrativa se extiende más allá de mi recuperación: es un claro recordatorio de la lucha mundial contra la tuberculosis que continúa cobrándose vidas.

A menudo me encuentro reflexionando sobre el destino de innumerables niños que, a diferencia de mí, no escapan a las garras de la tuberculosis. ¿Cuántos Nelson Mandela, Albert Einstein, Marie Curies o Malala Yousafzai potenciales se han perdido a causa de una enfermedad que tenemos los medios para tratar y prevenir? Estos pensamientos son un sombrío recordatorio de las duras realidades que enfrentan muchas personas en todo el mundo.

Hana Taylor Schlitz (L & R) se convertirá en la graduada más joven en la historia de la Texas Woman’s University, en mayo de 2024.
Hana Taylor Schlitz (L & R) se convertirá en la graduada más joven en la historia de la Texas Woman’s University, en mayo de 2024.

Según la Organización Mundial de la Salud, la tuberculosis es una de las 10 principales causas de muerte en todo el mundo y mató a 1,5 millones de personas solo en 2020. Estos no son sólo números: representan líderes, innovadores y cuidadores potenciales cuyas contribuciones al mundo nunca se harán realidad. Cada número es una historia truncada, una luz que se apaga demasiado pronto.

Mi recuperación de la tuberculosis (TB) no fue sólo un testimonio de la ciencia médica sino también de la solidez de la infraestructura de salud pública en los Estados Unidos que apoyó mi tratamiento. La trayectoria de mi vida cambió dramáticamente debido a la atención médica y las oportunidades que recibí, un marcado contraste con el destino que corrió mi madre biológica.

Sistemas de salud sólidos como este no están disponibles universalmente, particularmente en las partes del mundo donde nací. Esta disparidad inspira mi compromiso de abogar por el apoyo internacional y la formulación de políticas que fortalezcan los sistemas de salud a nivel mundial, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos. Me impulsa la misión de garantizar que todos los niños tengan acceso al mismo nivel de atención que me permitió sobrevivir y prosperar.

Este compromiso influyó en mi decisión de realizar un doctorado en sociología, un campo que proporciona una lente para examinar las complejas interacciones entre la sociedad, la salud y la enfermedad, interacciones que he vivido personalmente.

Mi viaje desde ese pequeño pueblo de Etiopía hasta convertirme pronto en la graduada más joven en la historia de la Texas Woman’s University refleja una cuestión más amplia. Si bien mis logros son exclusivamente míos, arrojan luz sobre una realidad devastadora que afecta a muchas otras personas: vidas y futuros potenciales perdidos a causa de una enfermedad que sigue sin tratar y está muy extendida en muchas partes del mundo.

Mientras me preparo para graduarme de la Texas Woman’s University, la más joven en su historia desde su fundación en 1901, me siento honrada y emocionada de unirme a mi hermana, Haley Taylor Schlitz, en este legado único, dando un paso adelante con gratitud del récord que una vez colocar.

Al reflexionar sobre lo que simboliza mi graduación anticipada, siento una profunda conexión con este logro. Al mismo tiempo, reflexiono sobre lo que simboliza mi graduación anticipada. No es sólo un logro académico; es un llamado a la acción. Es un llamado a la comunidad global para que vuelva a comprometerse con la lucha contra la tuberculosis, no sólo para salvar vidas sino también para desbloquear el potencial de millones más que podrían cambiar el mundo.

Es alarmante que las tasas de tuberculosis estén aumentando nuevamente en los Estados Unidos. No podemos darnos el lujo de perder más vidas a causa de una condición que debería pertenecer al pasado. El mundo necesita más líderes, más sanadores, más visionarios que puedan afrontar los desafíos del mañana. Por cada niño perdido a causa de la tuberculosis, perdemos una parte de nuestro futuro.

No podemos permitir que la tuberculosis siga robando madres a sus hijos o líderes potenciales de nuestro futuro. Mi viaje desde un pequeño pueblo de Etiopía hasta convertirme en candidato a doctorado en Sociología a los 16 años no es solo un triunfo personal, es una poderosa demostración de lo que es posible cuando nos dedicamos a erradicar la tuberculosis.

Ahora es el momento de defender un mundo donde cada niño tenga la oportunidad de dejar su huella: un mundo lleno de promesas, moldeado por nuestros esfuerzos y posibilidades compartidos.

Después de perder a su madre y luchar contra problemas de salud tempranos, Hana Taylor Schlitz fue adoptada por una familia estadounidense. Con solo 16 años, se convertirá en la graduada más joven en la historia de la Texas Woman’s University en mayo de 2024, con especialización en Sociología. Este otoño, cuando comience su doctorado en Sociología en la Texas Woman’s University, Hana encarna el lema de la universidad “Boldly Go”, y continúa su búsqueda de lograr un impacto significativo en el cambio social a través de sus investigaciones y estudios.

Todas las opiniones expresadas son propias del autor.

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